sábado, 3 de abril de 2010

El tío sin seguro. Parte 15. La historia de la cama de Ismael

Presagios

Esa mañana desperté en mi casa a eso de las 6 am. Oí caer un matero. Pensé que un gato se metió a la casa o en el peor de los casos, un ladrón. Verifiqué que todas las puertas de la casa estaban trancadas por dentro con candado. La teoría del presagio tomaba fuerza.

Esa mañana mi tío insistía a su hermana –mi tía- que veía un zamuro en la habitación.

La cama de Ismael

Esa noche –tal vez mi última en esa habitación- dormí en una colchoneta que pasamos a la habitación a escondidas. En la tarde hablé con un amigo periodista, a quien llamaré “La tota”, y le conté sobre mi experimento literario con la salud pública.

“Chamo, usted está corriendo peligro. Más de una vez ha ocurrido, que cuando estás recluido con malandros, vienen sicarios a rematarlo y ellos no diferencian entre los pacientes y su víctima”. Una enfermera contó esa misma historia a mi mamá.

Antes de recluir a Ismael, su cama estuvo ocupada por un “Jíbaro”. Durante su reclusión, durmió debajo de su cama uno de sus compañeros, quien estaba armado. La solución en esos casos es dar rápida solución a la fractura del malandro. Ahora yo, durmiendo en ese mismo sitio, me sentí MacGyver.

En el cuarto

Raquel –mi mamá- hizo amistad con la mamá de “Cara é crimen”. Es una mujer muy gorda, morena, no tan fea como su hijo. Además de comentar sobre lo “putas” que son las mujeres de “papi chulo”, ella le contó su historia.

Hace 3 meses perdió a su madre. Ella era diabética, al punto que le cortaron sus dos piernas antes de morir. En su último cumpleaños la visitaron sus hijos. Pidió que le hicieran una sopa de camarones. Dijo que realmente la disfrutó. A los tres días murió.

“Cara é crimen” come ligero, cosa que no había notado. Él también es diabético.

“el jose” le echó vaina a “Papi Chulo” esa madrugada. “Coño, hoy lo volvieron a dejar solo. Todos los días es lo mismo, unos besitos, unos cariños y luego se le van arrechas”. Horas antes, “papi chulo” le pidió el número telefónico del “Habla Ya” a “el jose”, para que lo llamen sus mujeres ahí y no gasten tanto saldo. Él dice que no sabe el número. La verdad se arrechó con su tocayo porque él dijo que por ese teléfono solo llama a hombres.

A venezuelan psyco y la hora del loco

Pasan los días y ya extraño a mi buen humor. Luego de intentar dar solución al tema de la doble medicación, mi tío cogió una maña de levantarse a joder a la 1 de la mañana. Hoy fue a las 2. Quiere levantarse de la cama, se quita el pañal, se orina cuando no tiene el pito colocado en sus genitales y por último me amenazó con un “cuchillo” y con no dejarme dormir.

Lo peor del psicópata que hay en mi salió esa noche. Ya siendo su segunda amenaza con un arma punzo penetrante –que gracias a Dios solo ve en sus visiones- le agarré las manos y le dije que el que no lo iba a dejar dormir era yo. Cada vez que se me alzaba con sus escazas fuerzas le respondía agarrándole las manos más fuerte. Así estuve por 2 horas hasta que cayó rendido.

Pienso en que esa situación no es sostenible a largo plazo. Su agresividad, que puede ser controlada hasta por un niño de 12 años, no deja de ser inquietante y peligrosa. No se le puede amarrar o atar en ese estado (más de lo que está). La verdad no sé qué hacer.

De niño estudié en un colegio de curas. En él siempre defendí en las clases de catesismo la eutanasia y el aborto en el caso que los niños no puedan defenderse por sí mismos en su vida adulta. Los “hermanos” no sabían que ya en mi niñez tenía dos doctorados en trato con enfermos mentales.

Sin embargo, quisiera hacer una salvedad. Conozco a tres personas con “Síndrome de Down”. Limberg, el hijo del ex dueño de los Leones del Caracas, una prima segunda y el hijo de un compañero de trabajo. Ciertamente pudieran ser una carga, pero ellos son cariñosos, aseados y más inteligentes de lo que uno cree. Tal vez en ese caso debería reconsiderar mi postura. Tal vez en ese caso influyó la crianza.

El colombiano me dijo el miércoles cuando donó sangre que admiraba mi entereza y mi estómago para escribir sobre este problema familiar y personal. Ya al quinceavo día, a veces considero que no debí escribir nada. Sin embargo, quería hacer un reportaje sobre la situación real de la salud pública y el verdadero riesgo de no tener contratada a una empresa aseguradora. Tal vez lo he logrado, tal vez fue una tontería.

No hay comentarios: