La pasada noche Raquel la pasó muy mal. Ismael no paró de joder. Golpeaba la cama, gritaba, decía cosas tales como “Hoy no va a dormir nadie”, “A mí no me importa un coño” e incluso le lanzó un coñazo.
Como el lunes era día feriado, yo me comprometí a pasar la noche de domingo. El solo pensar en pasar una noche así, entré en una histeria de ciclo menstrual. Incluso grité a mi hermana cuando me reclamó que cargaba un pantalón roto “Nojoda, yo duermo en esa habitación con 3 malandros, quieres que me vaya de Armani al hospital”.
Esa noche suministramos un poderoso somnífero para pasar una buena noche. Se lo di a las 8 y media. Me dijo “mañana me voy a casa de mi mamá. Me dijo Rita”. Pensé por un momento que a mi tía se le pegó el espíritu de Edwind Valero e iba a matar al pobre viejo.
Luego le suministré el fenobarbital a las 11. Tuve que medio despertarlo, porque estaba muy profundo. Pasaron las 12, la 1, 2… y no empezaba a joder. Roncaba de una manera extraña. Pensé que hasta le pudo dar un ataque respiratorio.
A las 7am, cuando llegó Raquel, Ismael le dijo apenas le despertó “¿Dónde estoy? ¿Quién soy yo?
El poderoso somnífero hizo efecto, gracias a Dios.
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