Uno de los graves problemas que tiene este país es que las
ideas más brillantes –incluso aquellas que nacen en una borrachera- no quedan
por escrito. Lamentablemente nuestras mentes más brillantes están sometidas a
la generación 2.0 del internet, aunque creo que el problema tiene un origen más
antiguo: Fue en los 80´s cuando Edmundo Chirinos, psiquiatra, sádico, asesino y
chavista, bautizó a la juventud de aquel entonces como la “generación boba”.
Y eso lo dijo en el contexto de una Venezuela medianamente
próspera, que apenas empezaba a sentir los dolores de parto de una crisis económica
que supera los 30 años ¿Será que somos bobos porque no hemos ido a una guerra
civil? ¿O somos bobos porque un grupo de venezolanos le hace el juego a un
gobierno corrupto que defiende al hampa?
Todo producto de una mente brillante que violaba niñas –para
su edad- bajo hipnosis. Y les recuerdo: Socialista del Siglo XXI.
Ya que comencé escribiendo sobre innombrables, hablemos
ahora de Hitler. Un hombre que fue capaz de enloquecer al que tal vez sea el
pueblo más brillante de la humanidad –la mayoría de los premios Nobel o una
buena parte, tienen al alemán como su Muttersprache (lengua materna)- con un
discurso de odio, luego que el país quedara arruinado por una primera guerra
mundial y que según el Führer, también fue culpa de los judíos que no ayudaban
a la economía.
Las ideas de Hitler fueron conceptualizadas en un libro,
desgraciadamente de culto, llamado Mein Kampf –Mi lucha- el cual tiene en sus primeras
páginas su versión de su frustrado sueño de ser arquitecto y de su “glorioso
pasado” en la primera guerra como cartero. Luego se transforma en una especie
de Nietzsche, pero no como un anticristo sino como un antijudío. Lo demás es
historia.
El mérito de Hitler fue plasmar sus ideas –perfectamente coherentes
en una sociedad arruinada y que buscaba culpables- en un texto. Aquí pasó lo
mismo con el Plan de la Patria, el cual en varias versiones me ha tocado
hojearlo lo suficiente como para decir que lo he leído. Ponga usted unas 20
páginas sobre una infancia en Barinas, estudios militares en Maracay y ya a
partir del golpe de estado es la misma mierda. Cambie la palabra “Judíos” por “Oligarquía”
y tendrá una obra literaria que solo busca echarle la culpa a otro.
Incluso puedo ser más dilapidario con la obra cumbre del “Supremo”:
Sí, admito que tiene un “Para qué”, en su deseo de buscar la paz
interplanetaria, pero nunca un “Cómo”. Incluso existe una versión llamada “Los
objetivos del Plan de la Patria”, donde sustituye el “Vamos a producir caraotas
en Apure” por “Vamos a producir XX toneladas de caraotas en Apure”. Claro,
nunca dijo si con las tierras expropiadas que se cogieron algunos militares o
con las cooperativas que se declaran en banca rota una vez le bajan recursos.
Tampoco si deben construirse “Misiones Vivienda” en tierras fértiles.
Es más, me atrevo a asegurar que ningún chavista ha leído si
quera los “spoilers” de tan inmamable escrito –al menos el Mein Kampf tiene sus
fanáticos-, pero lo tienen en físico en su casa. Yo la tengo en mi oficina, al
lado del libro azul, como todos los fanáticos que creen en algo que en el fondo
no comprenden su inutilidad ni su no factibilidad.
Pero allí caigo en un argumento más profundo ¿Qué ideas
tienes tú para sacar al país adelante? El único venezolano brillante que se
atrevió a desarrollar un modelo para pensar fue Luis Alberto Machado, quien al
ser nombrado “ministro de la Inteligencia” fue sometido al Bullying venezolano,
bajo el argumento de la burocracia innecesaria de Luis Herrera. Pues su modelo
es la base del sistema de orquestas juveniles –sí, el del Maestro Abreu, a
quien todos le jalamos bolas-, ya que se demuestra la posibilidad real de
reunir a un grupo de niños sin ningún tipo de conocimiento de música y ponerlos
a tocar en unas semanas.
La oposición no es un grupo de políticos sentados en una
mesa de unidad tratando de resolver los peos de los partidos –algo que además
será necesario cuando tengamos que sentarnos con aquellos que creyeron que esta
locura era posible-, sino aquellos venezolanos de buena voluntad que quieren
hacer las cosas distintas.
¿Qué has escrito tú para sacar a tu país adelante? ¿Estas
resignado a la “zona de confort” de huir a un país con más seguridad, pero
donde cambiarás unos problemas por otros? Por eso te invito a escribir tus
ideas: Este es mi peo, tú peo, nuestro peo: Venezuela.
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