Lo que tal vez fue el momento de popularidad más alto de Nicolás Maduro desde el Dakazo, cuando los pueblos libres confrontaron a Obama, quien decidió huir de Panamá antes de escuchar que Erick Clapton es su “compatriota”, ya en Venezuela formaba parte del pasado.
Cencoex, organismo del Estado encargado de la administración de divisas, anunció la disminución del cupo de dólares para viajero (beneficio que solo existe en Venezuela y contra lo cual, como venezolano consciente, estoy en desacuerdo) y fraccionamiento de los “cupos” electrónicos.
Limitar el acceso a dólares para placer no solo era una medida lógica, también era la primera que debía ser tomada, ya que la mayoría de las misiones ayudan al más pobre (Que ya aprendió a comprar en Amazon y de eso hablaré luego) y no tiene un impacto tan grave sobre las estructuras de costos, como un aumento de la gasolina, en un país cuyo ferrocarril hasta Puerto Cabello va para 18 años sin terminar y con el doble de inversión que la ampliación del Canal de Panamá.
Por tanto, esa medida –pensó Oscar Schemmel, Jorge Rodríguez y los asesores franceses del Estado- sería la que menos afectaría su piso político. La gran sorpresa: Ante el fuerte reclamo de las clases populares, Nicolás Maduro anunció el martes en la noche que los usuarios del Banco de Venezuela mantendrían sus cupos. Ojo, esta afirmación nunca llegó a Gaceta.
El miércoles, Cencoex anunció que flexibilizaría el “racionamiento” del cupo electrónico, de 100 dólares cada cuatro meses, a 300 en cualquier momento entre enero y diciembre. Eso sí, la migración a la banca pública se mantiene.
Y hablo con propiedad, porque me ha tocado buscar mis artículos comprados con mi cupo (y las cosas de mi hermana) en una empresa privada de traslado que cobra en bolívares. Allí vi muchas “caras lindas”, como las de Ismael Rivera, diciendo que tienen algún primo que se fue a disfrutar de la maravilla económica peruana, que le permite en 14 meses vivir en un apartamento en Miraflores y tener un Hyundai 2015, otros histéricos porque un militar se coleó y un grupo afirmando que “hay que reclamar, pero en nuestro Miraflores”.
Honestamente, son muchos los tiene dos años ahorrando sus cupos con gift card para traer un televisor o un Iphone, o simplemente venderlo para salir de una deuda. A ellos también el coñazo les pegó. Jamás había recibido tantas cadenas de Whatsapp de chavistas defendiendo la dolarización –porque Correa es chavista y le funciona- o criticando que la Polisucre (Petare) que mataron esta semana estaba desarmada, siendo un cuerpo de seguridad pública.
Hay leves intentos de suavizar políticamente el golpe bajo, como uno que otro artículo en “La Iguana” o “Misión Verdad”, pero la sensación generalizada es que “estos corruptos jodieron al pueblo”.
Por eso me animo a decir que esta vaina va a caer… por vez LXXXII. Si la “arrechera” fue tan grande por quitar un beneficio absurdo, imaginen cuando aumenten la gasolina y desregularicen los alimentos. No se vayan, que esto se pone bueno.
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