Enrique Tejera París es un personaje venezolano que se dio a
conocer por algo muy común en tiempos de revolución: Un “fallido” intento de
golpe de Estado.
Recuerdo cuando Globovisión transmitió en vivo el
allanamiento a su hogar. Funcionarios del Sebin, vestidos estilo Rambo,
entraron a su casa. Él salió en pijamas y con pantuflas, declaró ante el medio
privado y pidió a los funcionarios que por favor le devolvieran la agenda que
se llevaron, porque era de su señora.
Los troleó tan de pinga que por un momento pensé que el viejo
en realidad estaba metido en una vaina. Pero que va, lo buscaron muy parecido a
Carmona Estanga.
Años después empecé a trabajar en un diario de la ciudad de
Valencia. Alfredo Fermín, el periodista más respetado del periódico se
encontraba en una pauta y por supuesto mandaron al de institucionales. Era un
personaje demasiado importante para mandar al pasante.
Con el dueño del periódico a un lado y del otro al gerente
general, prendí mi grabador en la sala VIP –a la cual nunca había entrado- para
entrevistar a quien, según las salas “situacionales” de quienes dirigen las
políticas de comunicaciones del Estado, sería el nuevo “Autoproclamado” o “Pedro
el breve”.
Tejera habló y expuso con tranquilidad su punto de vista.
Mis preguntas, abiertas todas, dejaron que un viejo con muchos conocimientos,
expusiera durante una. En lo personal me pareció el propio pendejo que cree
tener la capacidad para liderar la oposición, pero es incapaz de meterse en el
barrio “Los Hornos” a escuchar las necesidades de la gente.
Al finalizar la entrevista, me dijo en frente de mis jefes: “Usted
es un gran periodista, porque sabe escuchar”.
Luego de publicado el artículo, el propio Fermín dijo: “Muchacho,
usted tiene vena para la política”.
Esa ha sido la única vez que he escrito seriamente para esa
fuente. Ah, lo olvidaba, mi último día de trabajo en TalCual, Teodoro Petkoff
me dejó titular el editorial: “Tracalero”, ya que el texto hacía referencia a
las trampas tecnificadas del CNE, tales como aumentar la población de un municipio,
aun en contra de la data del INE, para asignar mayor cantidad de diputados en
municipios donde las UBCH son fuertes.
Bueno, en aquella época se llamaban “Círculos Bolivarianos”
y yo soñaba con escribir para deportes. La vida me llevó a las páginas de
negocio y tecnología. La verdad no me arrepiento.
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