Esta historia ocurrió hace algunos años en el José Pérez Colmenares, en un juego Tigres Cardenales.
Un pana de Tigreros, a quien llamaré Taiba, tiene demasiada mala leche apostando, y es apostador compulsivo. Otro pana, fanático de los Tiburones de la Guaira, por alguna extraña razón se encontraba en el estadio. Él conocía de la mala leche de Taiba, y lo “picó” para que apostara.
Cada apuesta era por mil bolívares (BsF. 1). En la primera ocasión, el tiburonero dijo “a que el bateador se embasa por golpeado. En vista de lo pelúo de la propuesta, ya que cada bateador tiene al menos un 65% de ser out, un 25% de embasarse por hit y un 10% por base por bola, golpeado, error, fielders choice… Taiba aceptó… y perdió.
La segunda apuesta fue aun más sádica. A que el bateador da un hit a la derecha con conteo de 2-2. Taiba aceptó y perdió. De no haber estado en el estadio habría pensado que el carajo había visto el juego por Meridiano TV, lo memorizó y lo que estábamos viendo era un gran monitor con un juego viejo.
Y continuaron las apuestas absurdas. “A que falla en 3-1 con foul fly al receptor”, “A que batea un rolling por tercera y fuerzan el out del corredor de segunda”… hasta que sumaron 10 consecutivas, todas perdidas por Taiba, quien solo le bastaba que ocurriera cualquier otra vaina con un conteo distinto.
Al final el “escualo” decidió cambiar el esquema de la apuesta. “Yo voy a cualquier vaina, menos jonrón”. Taiba no aceptó y Róbert Pérez la sacó por el jardín izquierdo. Hubiera ganado.
En esa época cada cerveza en el estadio costaba Bs. 300 (BsF. 0.3) y con los 10 mil que perdió Taiba perfectamente podías llevar a comer a tu novia a Mc Donalds.
No hay comentarios:
Publicar un comentario