“Tú siempre estás ligando”

Yo no soy un tipo simpático. Tal vez de comentarios ocurrentes, pero siempre en pequeños grupos que tengan un buen sentido del humor negro.
Uno de mis mejores amigos del AFTA, a quien llamaremos “Taiva”, tiene como mejor amiga a una chama a quien llamaremos “La magallanera”. La chama no es fea, pero está lejos de ser un bombón.
Cuando salimos en grupo, mucha gente se ríe de mis vulgaridades, pero pocos, como ella, les desagrada. Generalmente cuando empiezo a hacer comentarios en la tribuna, la magallanera me pide que me calle o hace alguna broma para exigir mi silencio.
Toda la pandilla se reunió en casa de Taiva para ver el juego, sin exagerar éramos más de 50 personas. En el octavo inning, seguros de la victoria, Taiva, mis primos –uno de ellos en la gráfica- y yo nos pusimos atorrantes. Ella, en vez de exigir mi silencio, dijo “Jorge, siéntate aquí”. Mis primos lo sintieron como un reto a mi hombría –no sabían que su novio estaba allí-. Yo respondí “No me muevo porque estoy ligando el triunfo”. Ella respondió “Tú siempre estás ligando”.
Valió la pena haber conservado mi puesto porque ganamos, pero reconozco que me jodió.