sábado, 21 de febrero de 2009

Barufle

Cada persona es un personaje, y cada personaje tiene una historia que contar. O al menos eso creo.
Cuando trabajé en Caracas en el año 2002, utilizaba el transporte del periódico. Habían dos carros, uno era una bronco verde que pertenecía a un fotógrafo llamado Ilich Otero, y el otro un Fiat Uno rojo de un pana a quien llamaremos “Barufe”.
Este pana literalmente ha pasado de todo en la vida, lo supe cuando me dijo que vivía en Baruta, con un sueldo de chofer. Antes de terminar como taxista tenía una empresa de construcción, la cual perdió cuando invirtió todo el dinero de la misma tratando de salvar la vida de su socio, cuando éste tuvo una enfermedad que finalmente lo llevó a la muerte.
Pero su vida no fue solo pasar de la riqueza a la pobreza. Barufle de joven fue DJ y lo llamaban Kalimba, porque en esa época había una canción de moda “Kalimba de luna”, que siempre se la pedían en las rumbas. Actualmente es calvo, pero en esa época tenía un afro.
Trabajamos juntos en la época del mundial de Corea Japón. En el periódico hicimos unas quinielas, una para las eliminatorias y otra para octavos de final. En las dos quedó de último, y en la última no obtuvo puntos, aunque la quiniela sumaba votación incluso para quien pegara el resultado exacto, pero con ganador invertido. Sorprendente.
Él fue quien me llevó a la estación del metro luego de mi último día de trabajo en ese periódico, donde fui muy feliz. Me vio llorar cuando nos acercábamos a la estación “Los Dos Caminos”.
Desde ese día solo lo he vuelto a ver una vez, un día que visité el periódico, que quedaba en Boleita y luego lo mudaron a unas incómodas oficinas en Altamira. Sin embargo, me he enterado de sus aventuras.
Con el tiempo se compró una cámara y ahora es fotógrafo del periódico. En una oportunidad lo mandaron a fotografiar un suceso, y cuando llegó al lugar del tiroteo vio que quien saldría en la última página del periódico era su mejor amigo.
Actualmente lo sigo encontrando en Facebook.

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