III: El indiferente
A medida que escribo estas líneas, intentando desnudar las miserias
de los venezolanos, descubro más personajes de esta tragedia socialista
sudamericana. Entiendo por qué Nietzsche sufría de jaquecas y tuvo una muerte científicamente
tan misteriosa. Yo no niego la existencia de Dios, tampoco le tengo arrechera a
la iglesia católica y confieso que me la llevo bastante bien con mi papá. Tal
vez por eso me causa nauseas escribir esta vaina, seguir ahondando sobre tanta
mierda que describe a esta sociedad, mierda de la cual yo también tengo parte
de culpa.
Hay un grupo de venezolanos que poco a poco ha ido
creciendo, que son los indiferentes. Suele ser una persona que le encantó el
discurso de igualdad, discurso de igualdad que le dio poder al hampa en este
país, hampa que robó en su casa, le mató a un familiar o dejó jodido, a través de
una bala perdida, al hijo de un vecino.
Ante la evidencia de los hechos, que superan ampliamente a
los “argumentos” manipuladores de las políticas comunicacionales del Estado,
esta persona asume tres conductas evasivas: Huir, no leer noticias u orientar
su participación ciudadana en otras actividades. El ejemplo más patético son
los defensores de los animales.
A finales de mayo de 2015, se filtró por las redes sociales
una carta de una caraqueña, quien denunció a una peluquería de animales por la
muerte de poodle “Cotufa”, la cual sospechosamente tuvo amplia cobertura en programas
de televisión del Estado e incluso provocó una marcha sabatina de indignados en
contra de la peluquería canina.
Lo más triste es que esa misma semana fue asesinado por el
hampa común Jesús Reyes, oncólogo pediatra del J. M. de los Ríos. Nadie protestó
ni quemó un caucho, razón por la cual la iniciativa ciudadana en desagravio al
deceso de “Cotufa”, fue objeto de burlas e indignación en las redes sociales.
Recurro a mi experiencia personal para explicar mi
particular sensibilidad sobre el tema. En junio rescaté a una gatita
abandonada, la cual parecía tener una infección en los ojos. La llevé a una
peluquería canina donde la atendió un buen veterinario. Me dio que producto de
su cuadro médico había perdido un ojo y el otro solo se salvaría con cirugía.
De niño solo tuve dos tipos de mascotas, un loro, que en
realidad era de una prima y se lo llevó cuando se fue de la casa, y algunos
morrocoyes, como buen hijo de llaneros. Cuando el veterinario me devolvió a la
gatita, la cual literalmente la recogimos de un estado salvaje, estaba muy
dócil. El pana era como un “domador de gatos”. El felino incluso ronroneaba
cuando le rascaba la espalda. Hace exactamente dos meses murió en el post
operatorio para salvarle la vista.
A mí me dolió su muerte, me sentí culpable por no llevarla a
tiempo al veterinario y me dio mucha arrechera, porque en la práctica yo le
entregué una gata viva al cirujano y me cobró para matarla. Hace un tiempo un
pelotero me dijo “Los fanáticos creen que cuando uno se para a batear y falla
lo hace a propósito”. Por esa filosofía decidí no ir con una chusma indignada a
quemarle el consultorio al pana, sencillamente porque, a menos que te ganes la
vida como lucero de un Pran o seas un PTJ “periqueao”, nadie en su sano juicio quiere
echarse la raya de quitarle la vida a un “ser viviente”.
Y eso es lo que quiero decirle a usted, indiferente de
mierda: Usted forma parte de una chusma manipulable. Leyó bien, no una “Masa”
como concepto comunicacional, sino una “Chusma”. Usted es el güevón que sale a
protestar en contra de las corridas de toros con una pancarta que dice “Misión
Nevado”, sin darse cuenta que está haciendo proselitismo político.
Usted es parte fundamental en la continuidad de este modelo
sádico de mediocridad social. Usted demostró que la vida de un médico oncólogo,
que salvaba las vidas de los niños con cáncer de los sectores populares de
Caracas, vale mucho menos que la de una perra, sencillamente porque no es
noticia.
Tal vez por eso hay chavistas, sí, esa clase de fanático que
inspira este escrito, haciendo fiesta porque un chamo que descuartizó a una
muchacha del Este de Caracas, se tomó unas fotos con unos políticos de
oposición. Los líderes del partido de gobierno han convertido el debate
político de este país en una cloaca., cloaca en la que se revuelcan muchos
venezolanos por indiferencia.
Dedicado a Chitara, mi gatita. A dos meses de tu siembra.
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