Este fin de semana me tocó visitar el sector Santa Inés de
Santa Rita, uno de los lugares más pobres de la Gran Maracay. Es una zona
residencial que por cada “urbanización” cerrada –que no son más que un barrio
con un portón- hay cinco invasiones. Allí coincidí con un evento de una de las
empresas del Estado que iba a regalar –sí dije regalar- unos productos. Al tropezar
con un Mercal, vi una cola gigantesca y pensé que allí sería el evento.
Mi sorpresa fue que esa cola era precisamente para el
Mercal, con gente esperando desde temprano para comprar lo que llegara. Detrás
estaba el ambulatorio, donde se realizó el operativo de distribución de
productos “regalados”. Si bien la cola del ambulatorio era grande y la gente se
veía feliz, la otra era mucho más grande y el factor común era la
desesperación.
Cualquier análisis a “vuelo de pájaro”, nos haría concluir
que ese municipio, donde el chavismo gana con una diferencia de 70% a 30%, si
las elecciones fueran mañana, el panorama más optimista para el gobierno colocaría
un escenario 50% a 50%.
Ese es el drama del chavismo, ser gobernados por un grupo de
personas que por no tomar las decisiones económicas correctas a tiempo, hace
dos años dejaron de “devaluar” la moneda de Bs. 6,30 a poco más de 20 y ahora
cualquier medida sensata colocaría los productos de la cesta básica a un dólar de
tres dígitos. De hecho ya lo están, si usted necesita un pañal para su niño y
no llega a su bodega, debe comprar al revendedor, mejor conocido como “bachaquero”.
No soy tan creyente de las encuestas, pero según un estudio
de la UCAB, el 14% del país se declaró chavista mardurista, un 16% chavista no
madurista –y no votará por los candidatos del Psuv en las elecciones- y un 30%
resteado con la MUD. El resto son independientes pro MUD. Si bien es cierto que
las encuestas “opositoras” generalmente se equivocan con el ganador,
porcentualmente suelen estar más cerca que los estudios de Hinterlaces, que a
propósito, no pintan un panorama radicalmente distinto al presentado por la universidad
católica.
Un escenario electoral tan pobre para el gobierno requiere
de medidas desesperadas, de esas que parecen tan tontas como geniales. Planteo esto
por el reciente video de Leopoldo López, en el cual se convoca a unas acciones
de calle para el próximo sábado. Lo extraño del caso es que el gobierno informó
que desmontó un plan golpista, pero el señor Mario Silva colocó el video al
aire, donde López convocando al desnalgue ¿Por qué?
Otra pregunta capciosa ¿Por qué Juan Barreto, quien cuando
fue alcalde mayor escupió en la cara tanto a López como a Capriles, señala que el
exalcalde tiene derecho de grabar videos y que además es un preso político? Recordemos
que Silva y Barreto son grandes amigos.
¿Ir a la calle es una jugada del gobierno para trasformar la
arrechera de no conseguir los productos del día a día en –de nuevo- el cuento
que la culpa es del niño rico, cuyo padre tuvo dinero para comprarle una
machito y me cogió todos los culos del barrio? El Estado no tiene otra salida,
ya que no existe dentro del gobierno la voluntad de hacer las cosas bien. Solo
esperan que alguien se gane “el Lotto de Miami” y lo done al tesoro nacional,
solo para tener dos meses más de reservas líquidas mal administradas por un
poco de corruptos.
El problema es que la gente quiere peo. Yo en lo particular
creo que si la “Salida” de febrero de 2014 se hubiera retrasado algunos meses,
haría tenido un respaldo más contundente de las clases populares. Es decir, el
momento parece el correcto, pero la oposición tiene el fantasma de los tweets
de Reinaldo Dosantos a sus espaldas y además arriesga su actual capital
electoral. El gobierno en cambio no tiene caída: si la convocatoria no tiene
respaldo, diría que Leopoldo ha perdido el liderazgo, pero si funciona bastará
con dos infiltrados y un muerto de un lado y dos del otro para polarizar
políticamente las protestas.
Un ejemplo. En Palo Verde la semana pasada mataron a un
comerciante –si de esos queridos por sus empleados y por sus vecinos- llegando
a su casa. La gente salió a armar peo hasta altas horas de la madrugada,
teniendo los cuerpos de seguridad que ir al sector. Al menos por las siguientes
horas no hubo robos. Si yo llamo a protestar porque roban o matan a un vecino,
el primero en buscar los cauchos y la gasolina será mi vecino chavista.
Concluyo con una anécdota. Los niños en las escuelas
públicas suelen ser malos, pero en las privadas son crueles. En una oportunidad
se armó una coñaza entre un par de hermanos y otro compañero. Uno de ellos, al
ver jodido a su hermano, atacó por la espalda al otro y el pobre terminó muy
golpeado y debió irse del colegio (A los hermanos los botaron).Pero a mis
compañeros no les importó si la pelea fue justa o no, sencillamente queríamos
ver una coñaza ¿Quieres guarimbear? Suerte, pero no eches la culpa del fracaso
a quien sospechó desde el principio que ese no era el camino.
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