Conclusiones – Porque esta es tu patria y tiene que enterarse
que la gente buena la quiere
Mi motivación para escribir
estas “reflexiones” o “ideas” para sacar al país adelante no corresponden a una
chica que me enamoró, o a las ganas de discutir con mis amigos chavistas, con
quienes voy a los juegos de pelota y de vez en cuando tenemos discusiones
políticas de altura, en las cuales obviamente admiten casi todos los pecados
expresados en estas 10 entregas.
Mi motivación nació en un
salón de clases. Actualmente curso una maestría en Valencia y el coordinador de
la cátedra, quien fue militar y tuvo que tomar algunas decisiones difíciles durante
el paro petrolero de 2002, nos exigió en medio de una picazón de culo que de
cara a nuestros trabajos de grado, diseñáramos verdaderos modelos de liderazgo
para el desarrollo del país, ante el fracaso de nuestros sistemas de gobierno,
incluyendo la democracia.
Este profesor es algo
singular. Tuvo una educación religiosa y luego se formó como militar. A pesar
de salir en uno de los comunicados de los alzados en abril de 2002, confiesa
que a él lo metieron en el paquete –Actualmente en línea en el portal Aporrea-
sin su consentimiento, al punto que luego debió trabajar en Pdvsa para sacar la
empresa adelante, luego de la segunda huelga de la nómina mayor, en diciembre
del mismo año.
Él es el tipo caso de la
persona que tomó la decisión equivocada gracias a argumentos correctos. Dejar
morir a la empresa más importante del país no era la decisión más patriótica
sobre la mesa, pero colaborar con tu trabajo con la satanización de la “Meritocracia”
tiene hoy como consecuencia que miles de venezolanos bien capacitados y de
buena voluntad estén abandonando el país “a la loca” -porque en el fondo nadie
los está corriendo- y a otros como yo, quienes damos la batalla dentro de la administración
pública, nos condenó al anonimato.
Sin embargo, no creo que
esté arrepentido por las decisiones que tomó. Además, la culpa no es más que un
sentimiento inútil.
Pero producto de su picazón
de culo, me animé a escribir esto. No como un manual para salir de la crisis,
sino como una exposición de mis experiencias entre de los dos países, el de los
chavistas y el de los opositores, siendo la observación el primer método
científico para cualquier trabajo de campo.
Lo hice no porque quiera
convertir estas palabras en el “Mein Kampf”
o “El Plan de la Patria” de la oposición, sino como parte de un debate necesario
para la construcción de un modelo verdaderamente venezolano y exitoso. Si es
por gestión por competencias, sé que no soy el personaje más preparado para
semejante atrevimiento, pero sí conozco a más de uno que, teniendo un mejor currículo,
prefiere huir a la “zona de confort” que ofrece la inmigración o sencillamente
no meterse en este peo.
Aquí mis propuestas:
1-
Proponer sin complejo nuestras ideas, entendiendo que la
principal tragedia que tiene este país es que el único modelo propuesto por
escrito es el Plan de la Patria.
2-
Definir los valores que deben tener nuestros niños desde pequeños,
con el apoyo de instituciones como la Iglesia y los principios religiosos.
3-
Promover que los empleados públicos y funcionarios del Estado
sean de carrera y tengan un currículo acorde al área donde desarrolle su
trabajo. Es decir, la despolitización de raíz de la administración pública y la
imposición de principios que, hace diez años, bautizamos como “Meritocracia”.
4-
Promover la cultura como base del crecimiento, no solo de la sociedad
sino de nuestros urbanismos, excluyendo a las personas con padezcan de adicción
a las drogas.
5-
Como política de Estado, mostrar ante la opinión pública a los
ciudadanos ejemplares.
6-
Diseñar en nuestras escuelas un modelo educativo que permita
sistematizar la enseñanza de la inteligencia.
7-
Avanzar hacia una integración latinoamericana posible, sin que
eso signifique un sacrificio para nuestra economía.
8-
Limitar la participación del Estado en la economía a un máximo
de empresas mixtas, para concentrar sus esfuerzos en un sistema de justicia –entre
ellas la administración de las leyes laborales- mucho más justo.
9-
Orientar los esfuerzos del Estado a la defensa de los verdaderos
desprotegidos de la sociedad: Los niños y los enfermos.
10-
Picarte, sí, a ti, quien estás leyendo esto, para que expongas y
debatas las ideas de un verdadero y auténtico modelo de país, diseñado por y
para los venezolanos, no por políticos alemanes del siglo XIX o escritores
uruguayos “mal pegados” del siglo XX. La Venezuela del Siglo XXI merece tu
esfuerzo y tus ideas hoy, no para cuando “Salgamos de los chavistas”.
“La oposición no son unos
políticos sentados en una mesa, sino los hombres y mujeres de buena voluntad
que queremos que las cosas cambien. Porque Venezuela necesita conocer que hay
gente que la quiere”. Anónimo.
Maracay, abril y mayo de
2015.
Dedicado a Ronmel Rangel
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