Capítulo 8 – El lado izquierdo
y rojo de las cosas
Si bien la mayoría de mis “reflexiones”
o “propuestas” se han concentrado en hacer una “sátira” de la ingenuidad del
chavismo sincero y de lo maquiavélico que suele ser el que está en el poder, cualquier
construcción de un nuevo modelo de país debe incluir, necesariamente, los
puntos de vista de quienes nos abrieron los ojos –en algunos casos, por las
malas- sobre el problema social de Venezuela, esos círculos de marginalidad que
crecieron alrededor de Caracas y que terminaron por rodearla, al punto que la
entrada de nuestra capital (la bajada de Tazón) es literalmente un basurero.
El drama de la Venezuela de
hoy no es solo consecuencia de una política comunicacional de Estado, cuyo
norte fue promover el odio de clases, también es consecuencia de una oposición
que, cuando tuvo los medios de comunicación privados a su disposición, se
dedicó a jugar el juego del miedo, la desesperanza y el desprecio al
desprotegido.
Y fue el desprotegido al
que Hugo Chávez recibió con los brazos abiertos. Les dio Mercal y Pdval, donde
compraron comida barata y de calidad, como las carnes uruguayas y los pollos
brasileros, aunque algunos se pudrieran producto de la corrupción roja en
Puerto Cabello; les dio una educación mediocre, pero con el reconocimiento de la
Unesco; les regaló un apartamento, no importa si venía amoblado con Pranes y en
el fondo fue un premio a la flojera. Y en una de sus primeras intervenciones
como Presidente, dijo que robar no es malo si se tiene hambre, permitiendo a
los delincuentes trabajar sin la oposición del sistema de justicia.
En fin, fue el “Supremo” quien
les ofreció esperanza. El principal drama de la oposición venezolana –y de un
coñazo de gente que votó por Chávez en 2012- es que la han perdido por
completo. Esperanza fue lo que le dio Capriles a la oposición, llevándola a
niveles de aceptación popular nunca antes vistos en 15 años, y hoy le culpan de
todos nuestros males, supuestamente por “haberse dejado robar las elecciones”.
A propósito, el chavismo ya
no tiene Mercales ni Pdvales para dar comida, hay un convencimiento que en la
UBV solo enseñan política y las “Misiones Vivienda” que se muestran como “recién
inauguradas”, son edificios culminados y habitados desde años atrás. Cualquier
persona que trabaje en alguna área de la administración pública lo sabe.
Salir de los “Maduros” y
los “Cabellos” es el primer paso de valentía que debe dar la sociedad
venezolana. Aquí no valen los cuentos de “Es que la oposición también es una
mierda” o “En la cuarta república la gente comía perrarina”. Sin embargo, urge la
construcción de un modelo político que termine de sepultar a los “Ramos Allup”
que quedan en la política. Pensar que lo mejor que le puede pasar a Venezuela
es que 15 años después de tanta siembra de odio volvamos a modelos antiguos,
con algunos protagonistas del pasado, será alegría de tísico. El chavismo, inevitablemente,
volverá a ser gobierno.
Venezuela necesita un
modelo económico incluyente, no aquel de la “Democracia” que era muy bueno para
solo el 20% de la población, o el actual que garantiza la miseria a todos menos
a los enchufados y sus familiares. La construcción de una nueva sociedad que
garantice una vida digna y oportunidades al más humilde no solo es
responsabilidad del Estado, también de los empresarios, quienes no solo deben
cuidar a sus hijos, también de los “hijos de la patria”, porque podrían
convertirse en el delincuente del mañana.
La boda
roja
Quise titular estos breves
párrafos con el nombre del capítulo más recordado de la serie “Game Of Thrones”, para hacer referencia al
problema de las cárceles en Venezuela. Hoy en mi ciudad la figura del secuestro
de automóviles no asegurados ya está institucionalizada, al punto que si te
roban el carro, en la sede de la policía te dan el número de cuenta del Pran de
Tocorón responsable del hurto y te garantizan la devolución del vehículo en buen
estado.
En cuanto a las rumbas. En
el portal La Patilla mostraron el “Salón de Fiestas” de la cárcel de Aragua,
también llamada “Discoteca Tokio”, la cual tiene un lujo que jamás ostentó “La
Hipotenusa”, “Star Light”, “Baja”, “D´ Barbas”, “Galenos” ni “Oz Club”. También
la figura de “la vacuna” a hogares y comercios ya existe no solo en San
Vicente, también en el norte de la ciudad, todo con la mirada cómplice de la
actual ministra de cárceles y del gobernador, quien dio un particular impulso a
la figura del Pran durante sus años como Ministro de Interior y Justicia.
Como dato adicional, los
colegios del norte de la ciudad cuentan con seguridad privada debido a que frecuentemente
pasar motos tomando fotos de los autos de los representantes. Ningún
resentimiento social justifica el secuestro, menos el de un niño.
Todo esto gracias a los “próceres”
que prefirieron irse a la playa el día de las elecciones de gobernador, y a los
pendejos como el dueño de Tijuana, quienes creyeron que traer a un enchufado a
la gobernación, garantizaría negocios multimillonarios en populismo e
infraestructura.
Lo peor del problema de las
cárceles es que la solución es solo por las malas. Al preso de alta
peligrosidad debe sometérsele con el aislamiento, para que no pueda generar
terror desde la cárcel. Lamentablemente, “La Isla del Burro” y “Guasina” sirvieron
más para políticos que para el hampa, aunque en aquel momento no estaba tan descontrolada.
Decir que el problema de
las cárceles se resuelve con educación es una mentira. Es una gran medida
preventiva, pero con los niños en situación de riesgo. El asesino con más de 20
víctimas y con un promedio de 20 tiros por deceso, no lo vas a regenerar con “Valores
Socialistas” o metiéndolo a “evangélico”. Así algunos Pranes tengan más ética
que los políticos, como los de la PGV que salvaron de la quiebra al equipo de
Guárico en la Liga Nacional de Baloncesto y a los mismos de Tocorón, quienes
impidieron que recluyeran en su recinto al “Gato” y al “Hijo de Baduel”
precisamente por ser presos políticos.
Si Chávez se hubiera medido
en las elecciones del 98 contra el “Hombre de la etiqueta”, jamás habría sido Presidente.
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