Quisiera hablar de nuevo sobre mi fallido intento de reencuentro con mis compañeros de colegio. Esta vez desde una óptica más reflexiva.
Hace algunos días me animé a ver la “Pelota de Letras”, un monólogo del humorista colombiano Andrés López. En ella expone una tesis sobre la diferencia entre las distintas generaciones, a las cuales denomina por letras, tales como X, Y, Z.
Según su teoría, yo pertenezco a la generación "X", compuesta por personas nacidas alrededor del año 1980. Son personas –según el humorista- cuya preocupación es producir plata y que en la actualidad su mayor preocupación es no tener ingresos en dólares a los treinta años de edad.
Mis recuerdos de mi época de bachiller son crueles. No quiero parecer un resentido, porque mi posición política me lo impide, pero la verdad no tengo nada que añorar de mi adolescencia. Tal vez de mi niñez, cuando sacaba buenas notas, jugábamos fútbol en todos los recreos y yo era popular porque era buen jugador de béisbol, voleibol, basket y futbolito.
Luego llegó la edad de las hormonas y para colmo el colegio se volvió mixto. Tanta testosterona junta acabaron muchas amistades y tantos años sin tratar a una mujer fueron fatales, no solo en los años de adolescente, también en los subsiguientes.
En los años de universidad la historia fue parecida. No sé si fue por la carrera que estudié o por el alto nivel académico del colegio donde salí egresado, pero ninguno de mis compañeros y compañeras de la UBA puede decir –excepto Kike, quien se fue de este mundo hace ya 6 años- que sabía más que yo de política, filosofía, deportes, cultura general. Yo era de otra liga, y mis intereses profesionales y personales no tenían nada que ver con los de mis futuros colegas o compañeros circunstanciales de salón de clases. En síntesis, siempre me sentí muy solo.
Hoy en día he tenido la oportunidad de relacionarme con personas de la generación "Y". Según el filósofo del humor, a ellos le gusta estar en grupo, tienen un mejor manejo de las tecnologías, cuidan su cuerpo y si les caes mal, dicen que eres un “Pan”. Debo decir que las personas menores que yo tienen una cultura más amplia que las personas de mi edad, así sea en un solo campo en específico, entienden la palabra “solidaridad” no como un premio para tu mejor amigo, sino como algo más universal y efectivamente casi en todos los casos cuidan más su salud que las personas de mi edad.
Andrés López tiene razón, y ellos son mejores que nosotros. Quisiera acotar que a pesar de mis crueles años en el Colegio San José de Maracay, hoy en día conservo amistades sinceras, incluso más numerosas que los dedos de una de mis manos, y son personas con las cuales tengo contacto diario. Pero sin duda no quiero recordar los años más desagradables de mi vida.
Dedicado a Maly, Tina, Tetu y Mora, de la generación "Y".
Hace algunos días me animé a ver la “Pelota de Letras”, un monólogo del humorista colombiano Andrés López. En ella expone una tesis sobre la diferencia entre las distintas generaciones, a las cuales denomina por letras, tales como X, Y, Z.
Según su teoría, yo pertenezco a la generación "X", compuesta por personas nacidas alrededor del año 1980. Son personas –según el humorista- cuya preocupación es producir plata y que en la actualidad su mayor preocupación es no tener ingresos en dólares a los treinta años de edad.
Mis recuerdos de mi época de bachiller son crueles. No quiero parecer un resentido, porque mi posición política me lo impide, pero la verdad no tengo nada que añorar de mi adolescencia. Tal vez de mi niñez, cuando sacaba buenas notas, jugábamos fútbol en todos los recreos y yo era popular porque era buen jugador de béisbol, voleibol, basket y futbolito.
Luego llegó la edad de las hormonas y para colmo el colegio se volvió mixto. Tanta testosterona junta acabaron muchas amistades y tantos años sin tratar a una mujer fueron fatales, no solo en los años de adolescente, también en los subsiguientes.
En los años de universidad la historia fue parecida. No sé si fue por la carrera que estudié o por el alto nivel académico del colegio donde salí egresado, pero ninguno de mis compañeros y compañeras de la UBA puede decir –excepto Kike, quien se fue de este mundo hace ya 6 años- que sabía más que yo de política, filosofía, deportes, cultura general. Yo era de otra liga, y mis intereses profesionales y personales no tenían nada que ver con los de mis futuros colegas o compañeros circunstanciales de salón de clases. En síntesis, siempre me sentí muy solo.
Hoy en día he tenido la oportunidad de relacionarme con personas de la generación "Y". Según el filósofo del humor, a ellos le gusta estar en grupo, tienen un mejor manejo de las tecnologías, cuidan su cuerpo y si les caes mal, dicen que eres un “Pan”. Debo decir que las personas menores que yo tienen una cultura más amplia que las personas de mi edad, así sea en un solo campo en específico, entienden la palabra “solidaridad” no como un premio para tu mejor amigo, sino como algo más universal y efectivamente casi en todos los casos cuidan más su salud que las personas de mi edad.
Andrés López tiene razón, y ellos son mejores que nosotros. Quisiera acotar que a pesar de mis crueles años en el Colegio San José de Maracay, hoy en día conservo amistades sinceras, incluso más numerosas que los dedos de una de mis manos, y son personas con las cuales tengo contacto diario. Pero sin duda no quiero recordar los años más desagradables de mi vida.
Dedicado a Maly, Tina, Tetu y Mora, de la generación "Y".
1 comentario:
Al fin decidiste ver la pelota!!! jajajajaja!!! es para morirseeee!!!
Y uste que va a estudiar?? lengua y literatura inglesa
jajajajajaja
tqm pancito. ;)
M.
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