Me cuesta escribir de una manera imparcial sobre política y por ello trato de evadir el tema en este blog, pero creo que tengo una razón para opinar en el día de hoy.
La verdad no fui partidario de las primarias para elegir al candidato de la oposición, y a pesar de estar habilitado para votar porque este proceso no excluyó a nadie por su militancia política, pues decidí no votar porque el candidato que me cae mejor no se midió en estos comicios. Debo resaltar que de los aspirantes uno es mi vecino y la única mujer participante es la mamá de mi más antigua amiga, por lo cual en mi familia fueron a votar por solidaridad.
También recuerdo las palabras de algunos políticos cuando se intentó promover unas primarias para decidir cuál candidato debía medirse a Chávez en el 2006, los cuales afirmaban que esas elecciones eran inviables económicamente, y el temor a las “listas” que pudieran ser publicadas en Internet afectarían la participación de los electores de oposición.
Pero luego de las elecciones primarias del PSUV mi opinión cambió sobre éste mecanismo de participación. Si bien algunos candidatos electos, como William Lara en Guárico y Mario Silva en Carabobo, no tienen posibilidad de victoria en sus estados, en la gran mayoría de los elegidos son líderes locales que sin duda aseguran el triunfo del gobierno en la mayoría de las regiones.
Tal fue el caso de Aragua. Rafael Issea, a pesar que hasta ahora no ha presentado a los aragüeños una propuesta real de gobierno, es una persona que todos identificamos con nuestro estado, es tigrero y seguramente no tendrá problemas para convencer al gobierno nacional de invertir en obras de alto impacto en la región.
Issea venció a Carlos Escarrá, padre de la fallida reforma constitucional de diciembre de 2008 y uno de los más de 60 diputados de la Asamblea Nacional que se lanzaron en las primarias y ninguno pudo alcanzar candidatura alguna, reflejo del castigo del pueblo chavista a su pobre labor en la administración pública.
Paralelamente se eligió como candidato a alcalde de Girardot a Pedro Bastidas, que si bien no le conoce nadie, su selección por el pueblo chavista demuestra que opositores y gobierno reconocen que el municipio Girardot es una vergüenza, ya que desde 1990 no hemos contado con un solo alcalde que valga la pena.
Hoy se efectuaron las primarias de la oposición, siendo Aragua el único estado en el cual se optó por este mecanismo para la selección del candidato. El alto nivel de participación, a pesar de las limitantes económicas y políticas antes expuestas, demuestran que la gente de ambos bandos desea tener una democracia participativa, legitimar a quienes dicen llamarse líderes regionales y acabar con los “negocios políticos” a espalda de los electores.
Por primera vez en diez años creo que los ciudadanos desean retomar el protagonismo en las decisiones de nuestras regiones. Felicitaciones a los candidatos ganadores de ambos bandos.
La verdad no fui partidario de las primarias para elegir al candidato de la oposición, y a pesar de estar habilitado para votar porque este proceso no excluyó a nadie por su militancia política, pues decidí no votar porque el candidato que me cae mejor no se midió en estos comicios. Debo resaltar que de los aspirantes uno es mi vecino y la única mujer participante es la mamá de mi más antigua amiga, por lo cual en mi familia fueron a votar por solidaridad.
También recuerdo las palabras de algunos políticos cuando se intentó promover unas primarias para decidir cuál candidato debía medirse a Chávez en el 2006, los cuales afirmaban que esas elecciones eran inviables económicamente, y el temor a las “listas” que pudieran ser publicadas en Internet afectarían la participación de los electores de oposición.
Pero luego de las elecciones primarias del PSUV mi opinión cambió sobre éste mecanismo de participación. Si bien algunos candidatos electos, como William Lara en Guárico y Mario Silva en Carabobo, no tienen posibilidad de victoria en sus estados, en la gran mayoría de los elegidos son líderes locales que sin duda aseguran el triunfo del gobierno en la mayoría de las regiones.
Tal fue el caso de Aragua. Rafael Issea, a pesar que hasta ahora no ha presentado a los aragüeños una propuesta real de gobierno, es una persona que todos identificamos con nuestro estado, es tigrero y seguramente no tendrá problemas para convencer al gobierno nacional de invertir en obras de alto impacto en la región.
Issea venció a Carlos Escarrá, padre de la fallida reforma constitucional de diciembre de 2008 y uno de los más de 60 diputados de la Asamblea Nacional que se lanzaron en las primarias y ninguno pudo alcanzar candidatura alguna, reflejo del castigo del pueblo chavista a su pobre labor en la administración pública.
Paralelamente se eligió como candidato a alcalde de Girardot a Pedro Bastidas, que si bien no le conoce nadie, su selección por el pueblo chavista demuestra que opositores y gobierno reconocen que el municipio Girardot es una vergüenza, ya que desde 1990 no hemos contado con un solo alcalde que valga la pena.
Hoy se efectuaron las primarias de la oposición, siendo Aragua el único estado en el cual se optó por este mecanismo para la selección del candidato. El alto nivel de participación, a pesar de las limitantes económicas y políticas antes expuestas, demuestran que la gente de ambos bandos desea tener una democracia participativa, legitimar a quienes dicen llamarse líderes regionales y acabar con los “negocios políticos” a espalda de los electores.
Por primera vez en diez años creo que los ciudadanos desean retomar el protagonismo en las decisiones de nuestras regiones. Felicitaciones a los candidatos ganadores de ambos bandos.
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