miércoles, 18 de junio de 2008

Pedro Pablo Peñaloza // El efecto vinotinto

La cuenta regresiva ha comenzado. El fin se acerca, a paso de vencedores. A partir del pasado viernes 13 sólo nos restan 20 años, que no son nada. El viernes 13 de abril de 2029 se acabará el mundo (y todos los demás periódicos también). ¿La razón? El gigantesco asteroide 2004 MN4 Apophis impactará ese día contra la Tierra.
La advertencia corrió por cuenta de la NASA, que el 23 de diciembre de 2004 informó que el mencionado planetoide viene y viene bravo. Muy bravo. Según la agencia espacial norteamericana, la gigantesca masa "pasará cerca de nuestro planeta el viernes 13 de abril de 2029". Así que hasta la fecha de la colisión, nos quedan 37 "viernes 13". Luego, ya no habrá más sábados 14, ni domingos 15, ni lunes 16…
Los investigadores estadounidenses han divulgado un mapa con las coordenadas de la "zona de impacto" del 2004 MN4 Apophis, y a que no saben cuál es el país que aparece en el mero centro de la mitad del medio en el bendito plano dibujado por los gringos: ¡Venezuela! Es decir, que mientras la oposición postula 21.578 candidatos en Chacao y el Gobierno se propone apretar el acelerador para acabar con la miseria en 2050, una roca de 400 metros de diámetro se dirige a nuestro país. ¡Houston, we have a problem!
Admito que hasta la semana pasada renegaba de esta teoría, pero me he rendido ante la evidencia. Abundan en el horizonte las señales que anuncian el Armagedón. ¿No me cree? ¿Y entonces que hacía Juan Carlos Escotet disertando sobre el socialismo en el mismo estudio donde Mario Silva condena la usura? ¡Fin de mundo!
Y son muchos más los signos que revelan nuestro inexorable destino: El líder de la revolución ofrece mil millones de dólares a la oligarquía y convierte en el prototipo del "hombre nuevo" a Lorenzo Mendoza, con quien hasta hace poco mantenía una relación fría polar. ¡Esto es el acabose!
El barril de petróleo supera los 130 dólares y Venezuela tiene que aplicar un paquete de medidas económicas para reflotar su economía. Derogan la Ley de Inteligencia por falta de ídem. Invitan a Rafael Correa a sumarse al ALBA y el Presidente ecuatoriano responde que prefiere acercarse más tardecita. Chávez decide resetear su amistad con la insurgencia colombiana y deja a las FARC colgadas, sufriendo el virus del desamor. Todos estos son mensajes del más allá…
Sin embargo, hubo un hecho que precedió a todo lo antes narrado y que quizás terminé de convencer a los escépticos. Antes de que ocurriera, la Ley de Inteligencia era "antiimperialista" y extraordinaria, Mendoza y Escotet no pasaban de ser unos vulgares depredadores y las FARC tenían derecho a desarrollar la heroica guerra de guerrillas. ¿Cuál fue, entonces, ese acontecimiento que rompió el equilibro cósmico? El triunfo de la vinotinto 2 a 0 sobre Brasil. "El día que le ganemos a los brasileños, seguro se acaba el mundo", auguraban los expertos. La profecía está por cumplirse.
Nada será igual después de ese partido que, por cierto, se jugó un viernes que no era 13 sino 6 y del mes 6, y a 6 años de que Brasil se coronara campeón en Japón y Corea. ¿Una prueba más de que caminamos hacia el abismo de los tiempos? El segundo gol de la vinotinto, el tanto que realmente aseguró la proeza, lo marcó Ronald Vargas, quien abandonó el Caracas F.C. para jugar en Bélgica. ¿El nombre de su nuevo club? "Brugge" En español, Brujas… De que vuelvan, vuelan…
ppenalozaochoa@gmail.com

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