lunes, 2 de junio de 2008

¿Los mejores años de mi vida? No me jodan

En la última semana de mayo, específicamente el día 27, cumplí 5 años de haber recibido el título como Comunicador Social. Durante la semana pasada recibí por el Facebook –Odio esa mierda, es una ladilla, pero he encontrado a gente que tenía más de 10 años sin ver- como 400 mensajes, algunos cursis, sobre la nostalgia que sienten algunos por esa época.
En primer lugar, esa fecha debería darnos tristeza por cumplirse un año del cierre de la señal abierta del canal de televisión más importante del país. Entiendo que nadie quiera tocar el tema para no herir susceptibilidades, pero me parece increíble que –ojo, yo también soy empleado público, pero a juro- no exista en este país un periodista chavista con un criterio independiente y ético que le permita discernir, aunque sea un poquito, de las palabras del monarca.
Segundo, con excepción de quien se puso a parir o a casarse joven, a todos los años son sentaron mejor. Los hombres, en su época pedaleados, sin real y mal alimentados, ahora tenemos carro propio, independencia económica y vamos a un GYM –Y quien no va, pues los reales compensan todo. Chequera mata galán, pero galán con chequera mata todo, decía Álvaro-. Las mujeres están mejor, porque se pusieron Tunning.
Otro punto importante ¿Ustedes creen que yo regresaría a la UBA a volver a escuchar las pedanterías de Alexis Trujillo en un salón de clase? ¿O a los profesores piratas de Proyecto? ¿Recuerdan las películas sádicas que nos ponía Rubén Serrano? ¿O aquel día que Jimmy Uzcátegui (QEPD) se negó a repetirle un examen a Mariela Mora, quien no pudo presentar porque se murió su madre?
Me encantaría volver a la universidad, pero a estudiar derecho, odontología u otra carrera donde hayan carajitas bonitas por coñazos, lanzadas y sin pudores ridículos. Donde mis compañeras lesbianas que les guste experimentar con hombres, y que por el amor de Dios, SE VISTEN COMO MUJERES, COÑO. Y lo mejor de todo, los maricos de Valencia se quedan estudiando en la Michelena.
Por todo lo anterior concluyo que los mejores años de mi vida son estos, porque además de todo lo expuesto, los Tigres eran una mierda en esa época, y ahora son campeones.
Entre las cosas buenas enumero las tardes donde Maruja, el viaje a Chuao con "Rubenoski" y los últimos días de la carrera, donde hasta el más sifrino descubrió que las mejores rumbas se hicieron en la casa de Orlando, conocida como “El Beso Negro”, personaje que con un cuatro –después de la primera media hora se ponía fastidiosísimo- hacía de la fiesta entretenida sin necesidad de meternos pastillas de éxtasis y agua mineral.
Finalmente, espero no haberles hecho sentir mal. La verdad es que conocí personas maravillosas en la UBA, compañeros repartidos por los medios de comunicación oficiales y privados, empresas privadas o públicas, instituciones del Estado, ONG y uno que otro en el extranjero. Sigo en Facebook porque por medio de ese “medio” estoy seguro que están bien. Disculpen lo malo, pero el humor negro siempre fue mi especialidad.

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