Mi hermana llegó a Maracay. Ella y un pana serían los encargados de donar sangre.
Mi hermana y yo llegamos al mismo tiempo que mi pana, al que llamaré “El Fryddmar”. Él a su vez se encontró en la cola a un compañero del Pedagógico de Maracay, donde se graduaron de profesores.
Durante media hora de espera a que entregaran los números para donar sangre, echaron cuentos sobre su experiencia en liceos públicos. “Chamo, yo estoy trabajando en San Mateo y un día decidimos hacer un recorrido por el pueblo. Los malandros, a punta de pistola, nos regresaron a la escuela”. “Los muchachos no pueden entrar con los bolsos cerrados a la escuela. A uno de dije que abriera el bolso y me dijo de manera sincera que cargaba una 9mm”.
Fryddmar echó otros cuentos. Confesó que algunos muchachos llegan drogados a los liceos, otros venden drogas.
El pana de Fryddmar contrapunteó con los cuentos de las niñas embarazadas. “Hay una a la que le doy clases, estudia 5to año y tiene 2 hijos”. “Otro chamo de 16 años está empatado con una mujer de 32”.
También hablamos de otros aspectos de la educación venezolana y juegos de softbol, pero no gastaré líneas en cosas buenas.
Coincidencias políticas
Los panas son chavistas. Gracias a la polarización política, es difícil pensar que en ambos lados existe autocrítica, debido a la pasión que despiertan los temas de debate en el venezolano. Pero existe.
Escuchar de un chavista estas premisas es esperanzador. De dos, es para ser optimista.
1- Chávez es mal Presidente porque es imposible nombrar al menos 5 ministros que sean eficientes.
2- Chávez no ha hecho absolutamente nada para acabar con la corrupción.
3- El chavismo es, en esencia, un “neoadequismo”.
4- Ya un coñazo de gente se ha volteado por el tema eléctrico.
5- La discriminación política es una mierda fascista. Pero si esta viene del Estado es aún peor, porque como ciudadano yo puedo dejar de depender de algún empresario privado, mas no del Estado.
Me hubiera gustado continuar el debate con las debilidades de la oposición, como su flojera crónica para contactar a los sectores populares y cómo dejamos morir la democracia por el descaro de la corrupción. Pero el pana de Fryddmar y mi hermana debían donar sangre.
A Fryddmar lo rebotaron porque tenía gripe. Tomé su número y me rebotaron porque tengo la hemoglobina baja.
“Muchacho, en tus labios se te nota el desgasto físico”, dijo la enfermera.
Dicen los científicos que unos labios rojos son atractivos al sexo opuesto. Pero en semejante peo soy incapaz de notarlo. 12 días de trasnochos y preocupaciones. Y la certeza que al menos serán 20.
Mi hermana donó medio litro de sangre. Le dijo a la enfermera que necesitamos los donantes y ya nos habían rebotado a 4 (2 por hemoglobina, uno por gripe y una lesbiana). Ella le llenó un papel de donación a nombre de su hermano. Un tal Jorge Chacón. Mi hermana y yo no compartimos el apellido. Igual le agradezco el detalle a la enfermera.
2 semanas: 2 de 4 donantes.
Histeria familiar
Raquel –mi mamá- se compró un celular Nokia con diccionario el viernes pasado, para suplantar a un Movistar que le compró mi hermana hace 5 años. Ella no sabe utilizarlo.
Le dijo a mi sobrina que se lo escribiera. Yo le dije a la niña que no lo hiciera, sino que le quitara el diccionario, porque le conozco y va a querer que yo le escriba los mensajes porque no va a querer aprender. Histérica me gritó “Coño, yo no he dormido, Ismael estuvo jodiendo toda la noche”. Ella no suele dormir luego de pasar una noche en el hospital.
Mi tío es una carga, ya lo sé.
Los tres José González
En la habitación compartida volvió la alegría. A Héctor el carpintero le dieron de alta y en su lugar metieron a un señor muy serio, educado… y evangélico.
Al hijo de la evangélica le operaron. Salió bien. Lo tienen a sopa porque una de las noches se acostó a dormir en el suelo con la mamá. Ella carga una colchoneta que le regalaron en un “Simoncito”. “Ese chamo está loco, se pone como loco cuando la mamá le da la teta”, dijo “el jose”.
En las noches no deja dormir a nadie. Cuando no está llorando para que le pongan calmantes, se la pasa metido en el baño. “Ayer estuvo 3 horas matándose a pajas en el baño. Esa poceta sonaba que jode. La señora entró y pensó que su hijo es epiléptico”, dijo Papi Chulo, que al igual que “El jose”, se llama José González.
Cuando le quitaron el yeso con una pequeña sierra se puso a llorar. Entre todos tuvieron que agarrarlo para que se quedara quieto.
El papá en la mañana le trajo un tetero. Dijeron que era un gel para un tacto que le realizaría un enfermero que trajeron del ambulatorio de Chuao, que tiene unos dedos de 50 centímetros.
Su mamá lo tiene muy consentido. El hampa le ha matado dos hijos.
“El gocho”, que también se llama José González, advirtió que la noche anterior los enfermeros le iban a meter doble dosis, porque recién ayer se dieron cuenta que los tres tienen el mismo nombre y apellido.
Jodió a “el josé” de nuevo con el cuento de la cicatriz en el abdomen. “Esa cesaria se la hizo porque dijo que lo obligaron, no se lo hicieron con amor. Como que eran morochos, porque esa raja es grande. El loco no sabe si fueron dos niñas o dos niños”.
Luego le preguntó a “Papi Chulo” que cuántos hijos tiene. Dos niñas, respondió. “Aja, ahora di con quién las tienes” y comenzó el relajo.
“El jose” arremetió. “Chamo, sendo pescozón te metió la jeva de ayer”. “Eso es amor”, le respondió. El carajo tiene 3 mujeres, la esposa y un culo en Puerto Cabello. Tres de ellas y la mujer le van a visitar, incluso a la misma hora. “Chamo, yo le quiero echar los perros a la negrita”, le pidió “El jose”.
Finalmente, la evangélica chavista buscó aceite para colocar en la puerta del baño. “El gocho” dijo “Gracias a Dios la puerta no suena, ahora sí va a poder dormir el señor Montenegro”.
A pesar de sus arranques de locura a media noche, mi tío duerme al menos 14 horas diarias. Raquel, mi tía, yo e incluso el nuevo vecino, reímos con el comentario.
Esta noche cenó bien. Poco a poco parece recuperarse.
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