La noche anterior, “El chino” se la pasó leyendo un Nuevo Testamento que regalan los evangélicos, esos con portada azul. Lo operaban el martes, el quinto día de mi reclusión en el hospital.
La habitación de los recluidos en Traumatología se me hizo familiar. Al lado de la cama de mi tío colocaron un almanaque chino, con un Tigre (es el año de Tigre). En horas de la mañana mi mayor preocupación era conseguir los nombres de las prótesis. Cuando los obtuve, de manera extraoficial, fui a averiguar en una empresa que queda en la Torre Cosmopolita. Ya no era de 6 mil el asunto. Una de las prótesis valía 8 mil y la segunda opción 12 mil 800.
En la noche compartí con los recluidos. El jose comentó que los 14 tiros que le metieron fue para quitarle su moto. Él se encontraba en un velorio. Lo dejaron tirado en la emergencia del hospital, una doctora lo subió al piso y 3 días después despertó en esa habitación. Ya llevaba 1 mes y 9 días internado.
El jose era el más preparado de todos. Tiene al lado de su cama potes de cloro, lavansan, alcohol… Solo le faltaban pañales, ya que su tracción le impide ir al baño.
En un ataque de jodedera, el jose dijo “Yo me voy a arrechar con todo esos enfermeros y le voy a caer a tiros a toditos”. El gocho, quien se encuentra a su lado, dijo, “Claro que le vas a caer a tiros, con esa pata levantada y las caraotas que almorzamos vas a matar a peos a todo el que entre”.
El gocho pasó toda la noche hablando mal de su jefe, el dueño de Señalca. No quiso comprar la prótesis para su mano izquierda, a pesar que según cuenta, se fracturó en horas de trabajo. “Esos extranjeros son todos unos coños de madre”, opinión apoyada por todos los demás. El dueño de esa empresa es de ascendencia italiana.
Pero el resentimiento no es solo para los ricos. También rechazaron la supuesta Ley que impondría el gobernador para evitar que las personas beban al frente de las licorerías (con la cual yo estaría de acuerdo). Según ellos, ahora solo te venderán la cerveza caliente. “Los chavistas sí pueden celebrar con güisqui, esos coños de madre”, añadió el gocho.
En una oportunidad, un dueño de una licorería de La Cooperativa colocó unos streppers en su negocio. Solo en Venezuela.
El chamo de la moto no habló esa noche. El jose le amenazó con tumbarle la moto en la cual se estrelló. “Yo sé donde vives”. Sin embargo, la mamá del chamo se ha hecho pana del malandro, a pesar de su vocabulario de portero de burdel.
Al final de la noche trajeron al chino del quirófano. Tuve que ayudar a su mamá y al camillero a colocarlo en su cama. Tenía mucho dolor, aparentemente porque hubo problemas al suministrare la anestesia. Más tarde me enteraría que forma parte de una banda que roba bicicletas en su barrio.
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