Cuando la tragedia toca tu puerta -o la puerta del vecino en este caso- lo primero que piensas es que cuando los “ciclos de amistad” culminan, los amigos solo se ven en los matrimonios, bautizos y funerales.
Luego te das cuenta que “La vida es un ratico” como dice un disco de Juanes y llegas a la conclusión que no hay razones en el mundo para amargarse la vida.
Días después analizas tu presente, piensas en el camino que has tomado en tu vida, qué te satisface y qué no. Hace exactamente una semana conocí a una persona mucho más que interesante. Salí con ella y algunos de sus amigos en plan de panas.
Hablamos durante horas sobre fotografía, sexo, la idiosincrasia del venezolano y algo de música. Con su extenso verbo me hizo una pregunta clave en un momento ideal, tal vez porque la luna estaba en escorpión y mercurio retrógrado “Qué es lo que buscas tú” refiriéndose a un tema del cual no hice referencia en la descripción de la conversación.
Divagué, dije algunos disparates –juro que traté de ser sincero- pero al final terminé con más dudas que respuestas, y no creo que ella se haya llevado una idea concreta.
Hoy –con una luna en Sagitario llegando a Capricornio- estoy completamente seguro que yo no sé lo que quiero ¿Qué pasa cuando eso sucede? ¿Llegaste al final de tu camino? ¿Acaso los putos planetas pueden –tal vez- provocar un terremoto y una pandemia, pero no puede darme una señal? ¿Por qué debo vivir inconforme con un mundo que no avanza y en el que las personas con iniciativa tal vez ya te han abandonado?
¿Debo esperar que el viento me señale otro rumbo? Solo sé que la soledad no es buena consejera, que muchas veces engañé a mucha gente en mi propia ignorancia y que hoy en día hago cosas sin razón.
Quien no sabe a donde va, no llega a alguna parte.
lunes, 11 de mayo de 2009
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