Cuentos de San Valentin (¿?)
Era el segundo juego de la final ante los Leones. Yo me encontraba sentado con Benarroch en los puestos más altos del estadio universitario. A la altura del séptimo inning, cuando el juego estaba decidido, algunos caraquistas empezaron a ponerse conflictivos.
Francisco Buttó y Juan Rincón empezaron a calentar su brazo en el bulpen del lado derecho. Como siempre, los fanáticos del universitario empezaron a gritarle "Asesino" al lanzador nativo de Maturín. Un pana, a quien llamaré "El gordito de la camisa roja" empezó a defender a nuestro cerrador, lo cual alteró los ánimos de los 5 mil caraquistas más cercanos a su puesto.
El pana no está fácil pá una coñaza. Mide como 2 metros y es una pared. Le lanzaron algunos líquidos, pero nadie quiso enfrentarle "hombre a hombre". Al final le empezaron a corear "Buttó y el gordito son noviecitos". Rincón, Buttó, los cientos de tigreros presentes y los miles de caraquistas, nos cagamos de la risa.
Tigres ganó ese juego 11 a 2.
sábado, 14 de febrero de 2009
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