Una de las escenas más recordadas de la película “Virgen a
los 40” ocurre cuando dos de los amigos de Andy Stitzer (Steve Carrell) se
encuentran jugando “videojuegos” y empiezan a decir cualquier cantidad de cosas
sobre clichés de gay. Hay dos que en lo particular confeso que tengo: Me gustan
los gatos. Bueno, no exactamente los gatos, en todo caso los tigres, pero
incluso como mascota (que no tengo, solo tuve un loro y unos morrocoyes) los
prefiero a los perros. La otra cosa es que me empezó a gustar Coldplay.
Por ello una chica que conocí hace un tiempo me ha pedido
con cierta insistencia que adopte uno de sus gatos, ya que no puede mantener a
los dos. Me he negado a tal favor por dos razones: En casa de mi mamá no se
puede porque no le gustan las mascotas. En mi apartamento tampoco. Le dije: “¿Y
si le entra el espíritu de “Canserbero” y le da por arañarme y lanzarse por la
cocina?” (Nota del editor: En mi edificio fue donde el rapero se quitó la vida
en caída libre desde un piso 10).
A ella le gustó mucho el chiste (el chiste fácil del
momento), porque las personas muy inteligentes suelen divertirse con el humor
negro. Ahora, quien hace el chiste también debe ser inteligente, no solo para
tener la rapidez de pensar en la situación graciosa, sino para comprender que
en muchos contextos puedes herir susceptibilidades.
Por ejemplo yo estoy en al menos 15 grupos de Whatsapp. Uno
de ellos es el de los graduados del Colegio –es increíble como conservo más
contactos con la gente con la que me gradué de bachiller hace 18 años que con
los de la universidad u otras etapas de la vida- y tuve que reservar mis comentarios
en dos oportunidades: A uno le molesta que se haga chiste con el tema porque a
su mamá le diagnosticaron el mismo caso clínico del rapero y a otro porque es muy
cercano a la esposa del otro músico fallecido en el incidente.
Yo lo único que hice fue comentar que en ese ambiente, en
que ambos desarrollaban sus carreras, es cercano a sustancias naturales o químicas
con fines recreativos, que son las causas de las tragedias en el mundo musical
(Ejemplo Joplin, Hudgens, Hendrix, Morrison y pare usted de contar) y recordar
los ejercicios de caída libre del profesor de física de 4to año, en el cual
alguien se lanzaba al vacío y había que calcular la fuerza, la resistencia y si
efectivamente se quitaba la vida.
Recuerda usar la inteligencia, la paciencia, la tolerancia y
la comprensión antes de arrepentirte por un doble “Check” en azul.
Ídolos con pies de barro
Mi mamá conoce a todas las viejas chismosas del edificio
donde ocurrió el suceso, por tanto si alguien tendría acceso a teorías
conspiratorias, sexo y drogas donde no había y demás aditivos de viejas chismosas,
sería ella y por ende yo.
Digo esto porque recientemente empezó a circular una versión
del hecho, en la cual una página WEB habría transcrito una confesión –con errores
ortográficos siendo ella periodista- en la que habría descrito una situación de
infidelidad, causó que el otro músico lanzara a su amigo –probablemente drogado
- por una ventana no muy grande de una cocina -ponga usted el peso y la altura
del rapero- y por ello apareció con los pantalones abajo. Luego, el músico se
apuñaleó a sí mismo, o lo mató su mujer, creo.
Si tal cuento no se les ocurrió a las vecinas jubiladas del
edificio, que conocen a la madre del dueño del apartamento de toda la vida, supongo
que fue una versión inventada por un club de farandys que aman al rapero. Yo
puedo entender que el chamo tenía seguidores y probablemente tenía talento –ni por
ser aragüeño descargué su música-, pero de ahí a transformar a un Charles
Manson en una víctima, con la finalidad de convertirlo en el “Kurt Kobain” de
Las Delicias es una soberana estupidez.
La verdad es que vivimos en una sociedad que asocia el uso
de drogas al éxito, cuando solo es realidad en contadas excepciones. De hecho
es precisamente el uso de esas porquerías lo que lleva a la decadencia y al triste
final. Otro caso triste y reciente fue el de Gustavo Cerati.
Decir que drogarse te lleva al éxito es un silogismo tan
idiota como asociarlo el gusto a los gatos, solo porque a Freddy Mercury y Truman
Capote eran “Cat Person” ¡Verga! ¡También los dos eran maricos! “Sabes que eres
gay cuando…”.
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