Al frente de mi trabajo hay un negocio cuyo dueño es un
chino. Desde hace meses se ha convertido en un sitio de alto tráfico, ya que
recibe diariamente algún producto de primera necesidad, razón por la cual desde
las 5 de la mañana mucha gente de pueblo empieza a hacer su cola. Curiosamente
ya en ese momento conocen los productos que se van a vender en el día… PRIMERO
QUE EL PROPIO CHINO, cosa que hace evidente que el Sundee, organismo del Estado
encargado de evitar “la Guerra Económica”, ya forma parte de la red de corrupción
denunciada por el mismo gobierno llamada “los bachaqueros”
.
En la misma calle López Aveledo, pero una cuadra más al sur,
se forma la cola de “Liberty Express”, con la gente que compra por Amazon a
dólar preferencial. A su vez esta cola empalma con la del Farmatodo de la calle
Páez, donde usualmente llega desodorante y jabón.
El ánimo en la calle -es decir, en las colas- es cambiante.
Cuando hay sol que jode, la gente se amarga, cuando el día está fresco, baja el
estrés. Cuando la cola avanza, están alegres y cuando se estanca, comienzan los
peos. A eso de las 3:00PM, ya cuando el chino quiere cerrar su negocio, se
prende una sampablera con la gente que queda en la cola, ordenada por personal
policial y militar. Al menos hoy están haciendo algo por el orden público y no
solo sirven para lavarle la camioneta al general o vender pollos.
La gente que hoy está arrecha tiene cara de pueblo, es
decir, esos que no pueden mirarse al espejo y decir con orgullo que nunca
votaron por esta mierda y que incluso bien sea votando, llevado gente a votar o
tirando piedras, se opusieron a este camino. Esa es la gente, que al menos en
un 60%, siempre respaldó al gobierno.
La anarquía está a la vuelta de la esquina. Uno de los
parqueros me confesó que unos bachaqueros querían pagarle Bs. 20 mil para
violentar la Santamaría del chino en la madrugada, es decir, un saqueo. Otro
señor dijo “Aquí se va a armar un peo. Nunca aquí la gente perdía 12 horas de
su día para comprar productos de primera necesidad”. Todos los días hay olor a
violencia, los cuerpos de seguridad están armados, la gente en la calle está
armada… Solo falta que a “alguien” se le escape un tiro al oeste de Caracas o
en Guarenas, le pegue a un niño o una viejita, para que todo lo que conocemos
como Estado se derrumbe.
Yo en lo personal no quiero que pase esa vaina, como tampoco
quería que Chávez muriera sin ganarle unas elecciones presidenciales y así dejar
que Venezuela tomara por sí misma un nuevo rumbo. Yo quiero que la gente siga “comiendo
patria”, para que el día de las elecciones castigue a quienes, por seguir
robando, los tienen pasando necesidad, y tal vez en poco tiempo, hambre.
De cualquier otro escenario, que nos alimentará el orgullo
por decir “siempre tuve la razón”, solo nos dejará tristeza, dolor y remordimiento.
Recuperemos la esperanza que nunca debemos perder y construyamos una mayoría
con aquellos que gracias a su “contacto con la realidad” hayan despertado.
Este escenario no va a cambiar, ni que revendan “Hojillas”
volverán a manipular a esa gente.
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