lunes, 2 de marzo de 2009

Sí, lo robaron en los Oscar



Especial del Oscar IV

No podía culminar estos post especiales sin referirme a lo más polémico de la noche de la entrega de los premios Oscar, la entrega a Sean Penn como mejor actor, venciendo a Mickey Rourke.
...No podía culminar estos post especiales sin referirme a lo más polémico de la noche de la entrega de los premios Oscar, la entrega a Sean Penn como mejor actor, venciendo a Mickey Rourke.
En primer lugar, no creo que una actuación tan brillante como la que tuvo el actor que hizo de Marv en Sin City, pueda ocurrir sin el liderazgo de un gran director. Darren Aronofsky es sin duda un artista a quien prometo incluir en mi lista de culto. Los planos detalles de las heridas, los planos secuencia desde la espalda de Rourke, el juego con el sonido, es sin duda es un maestro, un Scorsese en potencia –como dijo un amigo a quien llamaré Leopoldo-.
La historia es muy fuerte y confieso casi me hizo llorar. Devela a un luchador de la lucha libre en sus últimas, y que al darse cuenta que destruyó su vida y que no tiene ningún tipo de afectos en este mundo, decide entregarse a las masas, a cosas que por ridículas o peligrosas que parezcan, eres parte de ellas, y es a ellas a quien perteneces.
Si bien los Globos de Oro hicieron justicia a este actor, que supo meterse en un papel rico en drama, basado en un fuerte sufrimiento humano, es el premio Oscar el que debe hacer justicia. Como dijo un ganador de la noche, cualquier persona sueña estar en el podio del Miss Universo, la Casa Blanca o en la entrega de los Oscar.
Todo es culpa de las maricas de la academia que se sintieron identificados en lo más profundo de su ano con el personaje de Sean Penn. Y lo peor, tuvimos que calarnos sus comentarios estúpidos desde ese soñado podio.

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