Un amigo, a quien llamo por este medio “Orteguita”, es mi mejor amigo en la universidad. También comenté por este medio una historia sobre su casa en Paracotos. En este cuento no hay principios de violaciones o demás, pero el relato es real y fue cagante.
Orteguita, su primo, un compañero de estudios a quien llamaremos “Dicado” y yo fuimos a su casa en Paracotos para hacer unas tomas de apoyo para un documental para la universidad. Nosotros nos fuimos adelante porque supuestamente habíamos cuadrado unos culos, pero nos dejaron embarcados, y esperamos al día siguiente que llegaran otros panas de la universidad para empezar la grabación, beber caña y joder.
Llegamos a la casa, empezamos a jugar dominó y nos tomamos unos “cubatas”. “Dicado” siempre nos decía que él no bebía, pero no le paramos bolas. Al pana le reventó la mamá de las peas y empezó a hacer desastres en la casa.
Orteguita, su primo y yo, en vista que no cuadramos los culos, quisimos acostarnos temprano, pero no podíamos con el escándalo. Tratamos de mediar con el pana, pero se puso muy agresivo “Es que tú me subestimas”, “No me quiero acostar un coño de madre” y demás frases.
“Dicado” era un “comegato”, es decir, escucha Iron Maiden, se viste de negro y era baterista de una banda de rock. También es muy alto. Tenía una novia a quien llamaremos “Gelida”, bonitica, se vestía de negro pero ella era chiquitica. Parecían una pareja estable, hasta que a mediados de carrera terminaron.
A eso de la 1am las cosas se calentaron más. Orteguita –ya arrecho- le pidió en la cocina que por favor no le destrozara la casa. “Dicado” miró que en la cocina había un cuchillo y un vaso de vidrio. Gracias a Dios tomó el vaso de vidrio y se lo reventó en la cara a Orteguita.
Orteguita era en aquel momento extra de novelas de RCTV. Pensó que su carrera había terminado porque vio sangre en su nariz e inmediatamente le dio a Dicado la coñaza de su vida. Orteguita mide poco más de 1.60, pero está en forma. Luego de dos minutos echándole coñazo, al punto de desmayarlo –y gracias a mis súplicas- detuvo los golpes a su ya inconciente rival.
Ese momento lo aprovechamos para amarrarlo, grabamos un video y cada quien tomó un palo para volverlo a noquear de ser necesario. Cuando despertó empezó a decir disparates. Habló con la nevera y nos dijo que “ella” le había dicho que en la mañana empezaría a hacer hielo. Pero eso no es todo. En la universidad a mi me gustaba mucho una chica que no me paraba bolas. El pana se dirigió a mí para decirme que ella sí quería tener algo conmigo. “¿Y tú cómo lo sabes? Y me respondió “Porque David me lo dijo”. “¿David? ¿Quién coño es David?” y en ese momento empezó a pegarse en la cara con sus propias manos, al punto de sacarse más sangre.
En la mañana lo acompañé a bañarse, claro, yo armado. El chamo se disculpó y prometió no denunciar a nadie –en efecto no lo hizo y eso fue hace 7 años-. Se fue de la casa. Nosotros llamamos a los panas que iban a ir a la casa para que no vinieran y nosotros regresamos a nuestros hogares.
“Dicado” pasó dos semanas sin ir a la universidad, sometido a exámenes médicos. Todo el mundo se enteró del cuento real –nosotros dijimos que nos iban a atracar, pero que él había llevado la pero parte- y lo tomaron a chiste. Otro pana, al que llamo “Calabozo Dundie” dijo “Si Orteguita hizo eso, yo también hubiera jodido a Dicado con facilidad”. Cada quien con su ridiculez.
Una de las personas que el frecuentaba se nos acercó para contarnos que él ataba a su novia en una cama para caerle a coñazos, y por eso terminaron. También nos echaron otros cuentos por el estilo.
Pero yo pasé una de las peores noches de mi vida. Y con respecto a la chama, nunca me paró bolas, durante los años de la universidad se la raspó un conocido cantante de salsa y actualmente es casada con un tipo normal y tiene dos hijos.
domingo, 15 de marzo de 2009
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