domingo, 14 de diciembre de 2008

“Yo me voy de Venezuela
Porque no soy masoquista”

Hace 4 años me encontraba en la más extrema peladera de bolas. En esos días escuché un proverbio chino –bueno, de por allá del extremo oriente- que decía palabras más o menos así: “Ojala Dios te de la oportunidad de vivir tiempos difíciles”. Lo primero que pensé fue que si ese chino del coño le hubiera cerrado la quincalla 7 veces el Seniat en un año, no le apasionarían tanto los momentos difíciles.
En el fondo mi planteamiento era la respuesta a mi frustración por no tener trabajo, por no identificarme con una izquierda liderada por personas que se dicen cultas por haber leído 4 libros de política del siglo XIX y porque no existía una propuesta de centro o de derecha que agrupara a una mayoría decepcionada y jodida por sus errores durante 8 lustros de gobierno.
Pasó el tiempo y las cosas poco a poco mejoraron. Una amiga de Barquisimeto, que tiene una hermana gemela y a quien llamaré “Fauna”, era una muchacha que en su momento consiguió un buen trabajo en una empresa que brindaba soporte técnico del sistema SAP. Ganaba bien, tenía un futuro provisor, pero nadie la invitaba a salir. Se pasaba las tardes, como el famoso cuento de la hija de Er Conde del Guácharo “Yo prefiero que la hija mía esté bien buena y se la quieran raspar que a que se la pase metida en la casa con una cara é cochino haciendo arepas”.
Un buen día fue a la casa un amigo de uno de sus primos, que vivía en Tampa desde hace un buen tiempo. Se conocieron, la enamoró –tal vez sólo pá raspársela mientras estuviera de visita- y él también se terminó enamorando. Se casaron, llevaron fotos montadas de su supuesta luna de miel a la embajada americana y consiguieron la visa para ella. Actualmente viven al norte de Florida.
Como todo cuento de hadas de la vida real, tenían un problema. Por ser la esposa de un venezolano nacionalizado, “Fauna” no podía estudiar ni trabajar, sus vecinos eran unos gringos come mierdas y la única estación de televisión de la ciudad la tienen unos puertorriqueños que no aprendieron a hablar inglés y se les olvidó el español. Dos años y dos hijos después, sólo esperan las elecciones del 2012, un posible revocatorio en el 2010 o un milagroso golpe militar de derecha para regresar a la patria, donde no van a conseguir por medio de crédito una casa y un carro decente, pero tienen a su familia y a muchos amigos que les quieren.
Como la historia de Fauna hay que jode en USA, España, Portugal, Italia… A mis 28 años solo he estado fuera de Venezuela por 6 días, y la verdad no entiendo cómo alguien puede vivir en un país donde pagas 4 dólares por una cerveza o 20 más por SOLO UN CUARTO DE GASOLINA. No puedes manejar ebrio, si te comes una luz no puedes resolver el asunto dándole 20 mil al policía para un pollito. Sé que estoy diciendo barbaridades, pero coño, no me jodan diciéndome que es “depinga” llegar a octubre sin haber escuchado una gaita, comer pan de jamón ni hallacas, sin poder entrar de arrocero a una boda –como el Santa Venezolano de la publicidad de Movistar-, o tener la certeza que en un momento difícil no tendrás a un amigo que te brinde una arepa y una “birra”.
Voy a extenderme un poco más. El año pasado conocí a la vocalista del grupo de rock más famoso de Valencia, que tiene nombre de un pájaro. La chama hizo un razonamiento mucho más profundo que cualquiera de las letras de las canciones de Silvio Rodríguez, Desorden Público o lo que intenta hacer Ricardo Arjona: “Que ladilla sería vivir en un país que no tenga de presidente a un tipo como Chávez”. Ella tiene razón. Cómo podría vivir en un sitio -que si bien tu vida no corre peligro más allá del sida- donde la gente come y vive bien. O dónde no hay nada que hacer, porque como decían los woperó, “ya todo está hecho” ¿Cómo coño a alguien puede parecerle más entretenido un Barça – Madrid que un Tigres Magallanes? En los juegos de fútbol la gente se cae a coñazos al final de la partida, mientras que en los de béisbol, que son más largos, la gente se rasca hasta acabar el trapo, y luego se encuentra a los peloteros en bares y discotecas.
Finalizo con otra cita, esta vez de Yon Goicoechea, líder juvenil de la oposición venezolana y tal vez el mejor político que tiene este país. “Se trata de vivir con intensidad el tiempo que te tocó vivir” dijo en un discurso para motivar a la gente a salir a votar en las elecciones de noviembre. Tal vez él sí puede entender a aquel chino marico que no sé en qué coño de siglo habló de vivir los tiempos difíciles. No se trata de estar o no con Chávez, se trata de tratar de hacer lo mejor que puedas con tu vida mientras estés vivo ¿Qué coño va a hacer el mejor arquitecto de Venezuela en Barcelona? Ellos ya tuvieron a Gaudí ¿O el mejor cantante en Italia? Ya Pavarotti dejó su huella en el mundo. “Es que en Venezuela no te dan oportunidad si no tienes “padrino” o estás en el gobierno” “Venezuela es un país de gente inculta”, expresiones que son puras mariconadas de gente cobarde que no quiere echarle bolas a la vida ni dejar algo a quienes vendrán a este mundo después de ti. No creo, en lo personal, que la Inglaterra que le tocó vivir a Shakespeare haya sido un sitio más “civilizado” e “higiénico” que el mismísimo centro de Caracas. En Europa o Estados Unidos sencillamente no nos necesitan.
Yo me quedo en mi país, porque es el mejor del mundo. Yo no podría vivir un solo fin de año sin ir al José Pérez Colmenares, el sitio con la mejor vibra del mundo. Ya aprendí a vivir y triunfar en este caos, claro, en parte porque yo nunca tuve otra opción.
Además, si toda la gente buena se va, pues tenemos pocas opciones de superarnos a nosotros mismos ¿Alguien opina lo contrario?

PD: El artista Carlos Baute, quien fue el último cantante en pegar la canción que titula esta nota -Yo me quedo en Venezuela, porque yo soy optimista-, se fue a España a triunfar como ídolo POP, y pá remate, ahora es artista “Bolivariano” y “Revolucionario”.No crean en guevadas.

1 comentario:

[M] dijo...

Es una discusión que no termina. Yo sólo diré que estoy de acuerdo en vivir el tiempo que tienes con intensidad. Pero también creo que cada quien tiene derecho de vivirlo con intensidad como y en dónde le de la gana. El concepto de 'bueno' y 'mejor' es siempre subjetivo.
Besos,
M.