De lo mejor de mi vida

Antes de iniciar este texto, quisiera escribir unas breves palabras sobre las barbaridades que escribe mi pana Jonathan Pérez en su blog. Las coloqué en el mío porque su jerga ordinario/machista me parece cómica y por demás brillante. Pero no comparto -al menos en 100%- sus conceptos emitidos.

Especial de navidad I
Cuando yo era niño estudié en un colegio de curas. Me daba mucha arrechera porque siempre nos ponían a jugar fútbol en las clases de educación física y en los recreos. El fútbol no me da asco, pero sí de daba rabia que mis compañeros de estudio no respetaran al béisbol como el deporte nacional.
En bachillerato jugaba baloncesto en las horas libres. Es más, yo era bueno en todos los deportes menos en fútbol. En las canchas conocí a un gordito que también jugaba baloncesto y estudiaba dos grados menos que yo. Le llamaban Paiva.
Iba a los juegos de pelota solo, incluso en la época de universidad. Solo mi pana “Orteguita”, a quien no nombro desde hace rato en mi blog, me acompañaba a los juegos Tigres Tiburones, porqué él es fanático de los litoralences. En mi familia, muy ligada a dos grandes peloteros de los Tigres, me respetaban el fanatismo, pero nadie me acompañaba.
En el año 2001 decidí hacer mi tesis sobre los Tigres, específicamente un estudio documental de la temporada 2001-02, cuando perdimos la final con Magallanes. Ese año los aragüeños batieron todas las marcas ofensivas de la liga y mi trabajo de grado fue a parar a la biblioteca del Museo del Béisbol. Ese año empecé a ir con mi carpetita para anotar cada uno de los juegos. En todos ellos me encontré a Paiva.
Dos años después ingresé al AFTA. Desde ese día hasta el sol de hoy he conocido a más de 600 personas que comparten mi pasión, con quienes jodo, y muchos de ellos son grandes amigos, entre ellos Paiva y Benarroch. Viajamos, jodemos, celebramos y lloramos juntos las aventuras de nuestro equipo. Gracias a ellos más nunca estaré solo en el estadio. Que Dios les bendiga.