Pedro Pablo Peñaloza
EL UNIVERSAL
Los parlamentarios se sienten víctimas de gobernadores, alcaldes y ministros, al tiempo que condenan a su dirección nacional por promover y permitir prácticas ventajistas
Desde las 4 de la tarde hasta las 9 de la noche del miércoles, el hemiciclo de sesiones de la Asamblea Nacional fue un piélago de lágrimas.
Acongojados por los resultados de las primarias del domingo, los diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela aprovecharon su reunión semanal para evaluar el proceso interno. En el cónclave abundaron las protestas y críticas. Los parlamentarios se sienten víctimas de gobernadores, alcaldes y ministros, al tiempo que condenan a su dirección nacional por promover y permitir prácticas ventajistas.
La lista de reclamos es infinita: Un vocero de Anzoátegui alertó sobre la posibilidad de una división. Otro de Portuguesa denunció presiones sobre empleados públicos para favorecer a un aspirante impulsado por la Gobernación. Un zuliano habló de compra de conciencias aupada por altos funcionarios activos y retirados. Los trujillanos manifestaron que el gobernador "impuso" a personas que provienen de Anzoátegui, Mérida y Portuguesa. Representantes de Apure y Guárico también expresaron su dolor por la deriva moral de la organización.
Indignado por todos estos testimonios, un legislador de Carabobo propuso enviar una carta a la dirección nacional del PSUV y debatir con la cúpula estas supuestas irregularidades. A esta iniciativa, un caraqueño respondió: "¿Con quién vamos a hablar? ¿Con Tarek El Aissami? ¿Con Aristóbulo Istúriz y Freddy Bernal? ¿Con Diosdado Cabello?".
La moción no prosperó, pero algo quedó claro: los diputados no confían en las autoridades del partido y creen que han sido traicionados. "Ha hecho mucho daño el hecho de que ocupen cargos públicos y, a la vez, sean vicepresidentes regionales", observaron.
"Hugo Chávez dijo: 'Me la juego con el pueblo'; sin embargo, la burocracia secuestró la participación y levantó una barrera entre el pueblo y Chávez, por eso hay malestar en las bases", analizó un veterano legislador.
A los pesuvistas les preocupa la integridad de su agrupación y esperan que el Presidente intervenga para corregir las desviaciones. "Repartir dinero y neveras a cambio de votos no es propio del socialismo", lamentaban decepcionados.
Puro casquillo
Amaneció el jueves y la pena no cesaba. En los pasillos del Palacio Federal Legislativo los diputados seguían ayer masticando su cólera y tristeza.
Parecía que María de Queipo había perdido algo más que una primaria. Varios de sus colegas le estrechaban la mano, le abrazaban o, simplemente, le daban una sutil palmada en el hombro en señal de apoyo.
Hundido en su luto personal, un camarada reflexionaba: "aprobamos todo y siempre seguimos obedientes la línea de Miraflores. Esto nos pasa por no hacernos respetar".
La jefa de la AN, Cilia Flores, aseguró que el domingo "el pueblo se expresó" y recordó que "el voto era secreto". Descartó que el descontento de los derrotados ponga en peligro su unidad. "La oposición trata de meter casquillo para dividir, ellos no conocen el significado de la lealtad", espetó.
A Flores se le preguntó si negaba la existencia de prácticas ventajistas y contestó: "No sé, el que tenga cualquier observación que la haga con pruebas, podemos revisarla".
viernes, 7 de mayo de 2010
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