Algo que aprecio de mi trabajo actual es la posibilidad de hacer cosas verdaderamente buenas. Hace pocos meses recuerdo haber escrito sobre la jornada del Día Mundial de Las Playas.
Este viernes visité un ancianato de la ciudad natal de mi papá. Mis compañeros de trabajo, acompañados de dos cuatros y muchos “gallos”, dieron una parranda a representantes de la “Juventud Prolongada”, que cantaron y gozaron un bolón.
La señora de la gráfica, llamó mi atención para preguntarme por mi cara de tristeza. Me comentó que ella camina gracias a un bastón y que viviera mi vida feliz, porque es una sola.
Sé que su discurso ya es un caliche, pero cuando te lo dice un viejo, tiene un mayor significado.
sábado, 29 de noviembre de 2008
miércoles, 26 de noviembre de 2008
El "Lost" chavista
Pedro Pablo Peñaloza.- En plena campaña electoral, el guía supremo dictó sentencia definitiva: Los candidatos del PSUV que cayeran en el campo de batalla recibirían como castigo un viaje sin retorno a la isla Borracha, una porción de tierra ubicada al noroeste de Puerto La Cruz que se caracteriza por su ambiente seco. Algo bastante curioso, si consideramos el nombre de la ínsula en cuestión.Los "desterrables" creyeron que aquellas palabras se las había llevado el viento. Como lo de acabar con los niños de la calle. Como lo de la universidad en Miraflores. Como lo del parque en La Carlota. Como el grito de ¡muerte a la corrupción! Como la amenaza de cortarle el suministro petrolero a Estados Unidos. Como tantas otras cosas, pues. Pero no, el tiempo del Chávez permisivo se acabó. Eso era antes. Hasta hace poquito.Cumpliendo su amenaza, el mandatario echó a los derrotados a la mar. Como aún no habían llegado los rusos para darles la colita, el líder bolivariano ordenó que todos zarparan a bordo de la versión criolla de la fragata antisubmarinos Almirante Chabanenko: El peñero Comandante Chabakano. Tremendo destructor.Depositados en su particular purgatorio caribeño, los Cabello, Di Martino, Istúriz, Chacón y Silva observaron con sorpresa que toda la isla estaba siendo vigilada por un sistema de circuito cerrado. "Claro -pensaron- nuestro comandante en jefe desea protegernos de cualquier amenaza imperialista". Luego, de entre las piedras saldría Andrés Izarra para explicarles la verdadera razón de aquellas cámaras: Telesur aprovecharía su estadía para grabar con todos ellos la adaptación chavista de la serie Lost. Todos comprendieron, entonces, que en realidad estaban perdidos.Rojos rojitos, por el ardiente sol que los bañaba, los ex aspirantes recordaron las enseñanzas del maestro. "Tenemos que organizarnos", exclamaron con alegría. A Diosdado se le ocurrió la idea de crear el Frente Autónomo de Camaradas Socialistas (FRACASO, por sus siglas) y todos se sintieron identificados.Al momento de repartirse las tareas diarias, Chacón se postuló como ministro de seguridad, arguyendo que él ya había reducido el índice delictivo de Petare en 63%. Sus compatriotas reaccionaron admirados por la estadística. "Jesse pierde todo, menos el sentido del humor", comentaron. Pese a no tener experiencia en la materia, a Silva le asignaron la labor de evitar que se desbordara la basura en la zona. Cuando preguntó en qué consistía el trabajo, en tono pedagógico el profe Aristóbulo le explicó: "Con mantener tu boquita cerrada basta, Mario".Para culminar la implantación de la democracia participativa y protagónica, los nuevos borracheños convocaron a una elección para escoger a sus autoridades. Ninguno ganó porque todos sacaban un voto. El que ellos mismos se daban. Al final, apostaron por la "conducción colectiva del proceso". Una semana después, desde las costas de Anzoátegui se podía ver que la isla comenzaba a hundirse lentamente.
ppenalozaochoa@gmail.com
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lunes, 24 de noviembre de 2008
Las cosas cambian paso a paso
Los resultados electorales del pasado domingo son, sin duda, no representativos de lo que pasó en Venezuela. No lo son porque siempre te ponen en las infografías el mapa del país, donde los estados con menor población son los más grandes, y con ganar Bolívar, Amazonas y Apure, pareciera que arrasaste en todo el país.
La oposición ganó en los estados más poblados: Zulia, Carabobo, Miranda, Táchira y la Gran Caracas, además de Nueva Esparta, no menos importante. Obtuvo las alcaldías de Barquisimeto y Maracay, las ciudades más pobladas de los estados más grandes de Venezuela ganados por el chavismo.
Si bien el partido de Chávez obtuvo la victoria en la mayoría de los estados, es probable que perdieran en la votación global. Al ganar 6 de 23 estados se recuperaron importantes espacios, que en el futuro nos permitirá cambiar las cosas paso a paso.
La oposición ganó en los estados más poblados: Zulia, Carabobo, Miranda, Táchira y la Gran Caracas, además de Nueva Esparta, no menos importante. Obtuvo las alcaldías de Barquisimeto y Maracay, las ciudades más pobladas de los estados más grandes de Venezuela ganados por el chavismo.
Si bien el partido de Chávez obtuvo la victoria en la mayoría de los estados, es probable que perdieran en la votación global. Al ganar 6 de 23 estados se recuperaron importantes espacios, que en el futuro nos permitirá cambiar las cosas paso a paso.
viernes, 21 de noviembre de 2008
LA GOTICA DE PETRÓLEO QUE NOS TOCA / MÁS MALO QUE DARTH VADER
Willemstad.- Pasadas las 5 de la tarde, un personaje –que no soy yo- llegó al aeropuerto internacional de la pequeña isla –que no fue la semana pasada-, donde puedes acceder a una zona Wi Fi. Nos, perdón, se trasladaron a un pequeño poblado –urbanización clase media baja con un KFC y Pizza Hut diría yo- llamada Santa María. Los lugareños alquilan habitaciones de sus casas para los “Turistas de negocios”. Una habitación con su baño independiente, DirecTv y puesto de estacionamiento puede costar entre 50 y 70 dólares la noche. No son personas problemáticas, en todo caso son ellos quienes se quejan por lo escandalosos que son los venezolanos.
La señora dueña de la casa “turística”, que no la identificaré con un pseudónimo y menos escribiré su nombre, es una jubilada que está viviendo de las bondades del turismo en época de “dólar alto”. Su hijo, todo un “fitness freack”, tuvo que reubicar a su suegra para disponer de una habitación para el nuevo negocio de su madre. Él vive con su esposa, su hija, su ya nombrada suegra y un perro.
Los sitios que se prestan para el beneficio de los turistas venezolanos son diversos: Supermercados, joyerías, ventas de electrodomésticos… Claro, parece raro que una persona salga una sola vez a hacer un consumo de 5 mil de los verdes y no haga más nada con sus divisas para viajes en el resto del año, pero de alguna manera maquillarán eso.
El siguiente problema es gastar lo menos posible, sobre todo en alimentos, que es un gasto inevitable. Es recomendable un plato llamado Pom, que consta de arroz, tres tipos de carne, tajadas y ensalada. Fue lo más barato que consiguió mi amigo en toda Punda, en 14 dólares incluyendo dos jugos. La noche anterior fue a un sitio llamado “Larry´s” que es una especie de Friday´s, pero con más caché. Allí una buena comida para tres sale en 80 florines -60 dólares-.
El otro problema es el traslado. Es preferible alquilar un carro que pagar un taxi. Un auto vale 50 dólares el día, pero debes dejar un depósito de 300 verdes que son reembolsables, y entregar el auto lavado. Si llega sucio, la multa es de 15 florines.
El último día en la isla, mi amigo se quedó solo con la señora que alquila las habitaciones de su casa a intrépidos venezolanos. Ella también traslada a las personas a los sitios antes mencionados y obtiene comisión por la recomendación de clientes. Ahí el cronista se encontró con una pareja de caraqueños, el señor fanático de los Tiburones y la señora de los Leones. Luego de concluir que ese negocio lo realizan personas de todas las tendencias políticas por igual, justificaron su actuación diciendo “El año pasado no lo hice y pelé b… con los electrónicos. Esta es la gotita de petróleo que nos toca.
Harto de ver gorras y camisas de los Leones en el aeropuerto, mi amigo observó con alegría a un señor con una gorra de los Tigres. Es de Turmero y fue a hacer lo mismo que el resto de la gente. Le encontró en Punda, en el aeropuerto de regreso y en el Word Trade Center de Curazao. Ahí habían unas figuras de Darth Vader y Terminator, y decidió tomar una foto para que yo hiciera -con un montaje en Photoshop- honor a una canción de Calle Trece “Más malo que Darth Vader”, metiéndome en peos entre imperios.
Fé de "Ratas": La canción de Calle Trece dice "Yo te alco sin tocalte a lo "Darth Vader".
La señora dueña de la casa “turística”, que no la identificaré con un pseudónimo y menos escribiré su nombre, es una jubilada que está viviendo de las bondades del turismo en época de “dólar alto”. Su hijo, todo un “fitness freack”, tuvo que reubicar a su suegra para disponer de una habitación para el nuevo negocio de su madre. Él vive con su esposa, su hija, su ya nombrada suegra y un perro.
Los sitios que se prestan para el beneficio de los turistas venezolanos son diversos: Supermercados, joyerías, ventas de electrodomésticos… Claro, parece raro que una persona salga una sola vez a hacer un consumo de 5 mil de los verdes y no haga más nada con sus divisas para viajes en el resto del año, pero de alguna manera maquillarán eso.
El siguiente problema es gastar lo menos posible, sobre todo en alimentos, que es un gasto inevitable. Es recomendable un plato llamado Pom, que consta de arroz, tres tipos de carne, tajadas y ensalada. Fue lo más barato que consiguió mi amigo en toda Punda, en 14 dólares incluyendo dos jugos. La noche anterior fue a un sitio llamado “Larry´s” que es una especie de Friday´s, pero con más caché. Allí una buena comida para tres sale en 80 florines -60 dólares-.
El otro problema es el traslado. Es preferible alquilar un carro que pagar un taxi. Un auto vale 50 dólares el día, pero debes dejar un depósito de 300 verdes que son reembolsables, y entregar el auto lavado. Si llega sucio, la multa es de 15 florines.
El último día en la isla, mi amigo se quedó solo con la señora que alquila las habitaciones de su casa a intrépidos venezolanos. Ella también traslada a las personas a los sitios antes mencionados y obtiene comisión por la recomendación de clientes. Ahí el cronista se encontró con una pareja de caraqueños, el señor fanático de los Tiburones y la señora de los Leones. Luego de concluir que ese negocio lo realizan personas de todas las tendencias políticas por igual, justificaron su actuación diciendo “El año pasado no lo hice y pelé b… con los electrónicos. Esta es la gotita de petróleo que nos toca.
Harto de ver gorras y camisas de los Leones en el aeropuerto, mi amigo observó con alegría a un señor con una gorra de los Tigres. Es de Turmero y fue a hacer lo mismo que el resto de la gente. Le encontró en Punda, en el aeropuerto de regreso y en el Word Trade Center de Curazao. Ahí habían unas figuras de Darth Vader y Terminator, y decidió tomar una foto para que yo hiciera -con un montaje en Photoshop- honor a una canción de Calle Trece “Más malo que Darth Vader”, metiéndome en peos entre imperios.
Fé de "Ratas": La canción de Calle Trece dice "Yo te alco sin tocalte a lo "Darth Vader".
LADILLADO EN EL CARIBE
Willemstad.-Mi viaje –que no realice la semana pasada- me sirvió para comprender dos cosas. Primero, si un venezolano quiere ir de vacaciones para conocer cosas nuevas, debe entender que los países extranjeros que funcionan son aburridos, y segundo que cualquier “paraíso” caribeño nunca será mejor que Cata, Cuyagua o La Ciénaga.
Como dice un amigo, a quien llamaré “Tetu Pymp” me la pasé “tocándome” todo el tiempo, porque si paseas por un boulevard, olvidas que compraste dólares a 2,15, porque el valor -que no se puede decir- es de 5,35, y toda mierda te parece carísima.
Tampoco es divertido visitar las playas de Curazao, porque son la misma mierda que las de Falcón, o tal vez un poco más bonita. Me parecieron "las de la acera del frente". En un país donde no puedes manejar bebiendo, no puedes darle “20 mil” para que los policías –algunos negritos como los de acá- puedan tomarse un fresco “pá la calor” o para comerse un pollito. Estar en un sitio donde no vale la pena ser educado porque tienes que enfrentarte a la prepotencia de los holandeses o al interés de los nativos de lo que en algún momento fueron nuestras islas. Razonándolo así, la experiencia fue una mierda.
Sí, es un sitio bonito, y te enorgullece ver las sucursales del Banco del Caribe, del Banco Mercantil e incluso una estatua de Simón Bolívar, pero no lo recomiendo como destino turístico, y menos para emigrar ¿Cómo se puede vivir en un sitio donde una Polar vale 4 dólares –incluso al cambio legal es carísimo- y un cuarto de tanque de gasolina 20? Son admirables los venezolanos que emigraron para allá y no se han vuelto locos.
Pero sí hubo momentos de diversión.Pude visitar un acuario donde habitan tiburones, tortugas gigantes, flamencos y un león marino llamado “Nemo” -en la gráfica-. También por Santa María, cerca del aeropuerto, existe un sitio llamado “Campo alegre”, donde pude compartir con jóvenes muchachas trabajadoras de la hermana república, y las tarifas de “consumo” eran mucho más solidarias que en el sótano del Centro Comercial Bello Campo ¿Creen que iba a ir a “divertirme” en un casino con lo mano de caimán que soy? No me jodan.
Como dice un amigo, a quien llamaré “Tetu Pymp” me la pasé “tocándome” todo el tiempo, porque si paseas por un boulevard, olvidas que compraste dólares a 2,15, porque el valor -que no se puede decir- es de 5,35, y toda mierda te parece carísima.
Tampoco es divertido visitar las playas de Curazao, porque son la misma mierda que las de Falcón, o tal vez un poco más bonita. Me parecieron "las de la acera del frente". En un país donde no puedes manejar bebiendo, no puedes darle “20 mil” para que los policías –algunos negritos como los de acá- puedan tomarse un fresco “pá la calor” o para comerse un pollito. Estar en un sitio donde no vale la pena ser educado porque tienes que enfrentarte a la prepotencia de los holandeses o al interés de los nativos de lo que en algún momento fueron nuestras islas. Razonándolo así, la experiencia fue una mierda.
Sí, es un sitio bonito, y te enorgullece ver las sucursales del Banco del Caribe, del Banco Mercantil e incluso una estatua de Simón Bolívar, pero no lo recomiendo como destino turístico, y menos para emigrar ¿Cómo se puede vivir en un sitio donde una Polar vale 4 dólares –incluso al cambio legal es carísimo- y un cuarto de tanque de gasolina 20? Son admirables los venezolanos que emigraron para allá y no se han vuelto locos.
Pero sí hubo momentos de diversión.Pude visitar un acuario donde habitan tiburones, tortugas gigantes, flamencos y un león marino llamado “Nemo” -en la gráfica-. También por Santa María, cerca del aeropuerto, existe un sitio llamado “Campo alegre”, donde pude compartir con jóvenes muchachas trabajadoras de la hermana república, y las tarifas de “consumo” eran mucho más solidarias que en el sótano del Centro Comercial Bello Campo ¿Creen que iba a ir a “divertirme” en un casino con lo mano de caimán que soy? No me jodan.
jueves, 20 de noviembre de 2008
SUPERAR LOS MIEDOS
Willemstad.- En una reciente publicación hice mención al por qué tengo miedo a volar. También tengo miedo a viajar en peñero, más por mariqueras que por cualquier otra cosa, pero en el caso de los aires, creo que está un tanto justificado.
Me tocó viajar por Avior. Ambos vuelos fueron limpios y sin contratiempos, más allá de las tradicionales 3 horas de retraso. Observé que mucha gente tiene miedo a volar, igual que yo, que prefiere drogarse con “dramamine” antes de perder el control en el aire. Lo cierto es que lo que más me desespera es percibir el más mínimo movimiento del avión cuando se encuentra a más de 20 o 30 mil pies de altura, lo cual es estresante. Si eso fue en un vuelo de 35 minutos de duración ¿cómo coño voy a hacer cuando viaje a Europa?
Conversé con mi hermana al respecto. Ella también toma pastillas y le da pánico volar alto, porque mientras pueda ver tierra firme por la ventanita no tiene tanto miedo. Concluimos que la culpable de todo fue nuestra madre, porque nos crió con muchos miedos. Yo quedé tocado por la experiencia con Aeromortal, y creo que nunca lo superaré.
Me tocó viajar por Avior. Ambos vuelos fueron limpios y sin contratiempos, más allá de las tradicionales 3 horas de retraso. Observé que mucha gente tiene miedo a volar, igual que yo, que prefiere drogarse con “dramamine” antes de perder el control en el aire. Lo cierto es que lo que más me desespera es percibir el más mínimo movimiento del avión cuando se encuentra a más de 20 o 30 mil pies de altura, lo cual es estresante. Si eso fue en un vuelo de 35 minutos de duración ¿cómo coño voy a hacer cuando viaje a Europa?
Conversé con mi hermana al respecto. Ella también toma pastillas y le da pánico volar alto, porque mientras pueda ver tierra firme por la ventanita no tiene tanto miedo. Concluimos que la culpable de todo fue nuestra madre, porque nos crió con muchos miedos. Yo quedé tocado por la experiencia con Aeromortal, y creo que nunca lo superaré.
Hola, yo soy doble A
Pedro Pablo Peñaloza
Reunidos en una sala, sentados uno al lado del otro formando un círculo, se encuentran los miembros de Abstencionistas Anónimos (AA). En este momento alguien debería tomar la palabra, pero nadie se atreve. Es obvio que a los integrantes de este grupo les cuesta participar. Han sido muchos años en silencio y ya están acostumbrados a callar.De repente, un joven con rostro contrito se levanta y rompe la pasividad del ambiente. Todos los ojos se vuelven hacia él. Los abstencionistas quieren escrutarlo. Sorprendido por la reacción de sus colegas, el muchacho duda, hasta que un compañero se le acerca, da una palmada en su hombro y le susurra al oído: "Tienes mi voto… de confianza". Visiblemente conmovido, el hombre respira profundo y, al fin, se expresa:
"Hola, yo soy doble A. Hoy les quiero revelar mi verdadero nombre: me llamo Niceto Nieves, pero de cariño todos me dicen el Ni-Ni. Antes de tomar la decisión de pedir auxilio para combatir el mal que me aqueja, debo confesarles que caí muy bajo.
Al igual que muchos de los que están aquí en esta sala, al principio para evadir mi responsabilidad ciudadana me escondía en la muletilla tantas veces repetida: 'Eso no es problema mío'. 'Cómo afirmas eso Ni-Ni -me advertían- si protestas más que un damnificado de la tormenta Brett', mas yo prefería refugiarme en mi pequeño mundo. Después vino la época terrible del 'si-no-trabajo-no-como'. Sin darme cuenta, estaba atrapado ya en las garras de la bestia.
Con el tiempo, la crisis personal se agudizó y me hundí en el más oscuro de los abismos. 'Yo soy vivo y me abstengo para no cohonestar el fraude', llegué a argumentar y no estaba consciente de mi enfermedad, hasta que un día me encontré citando a Alejandro Peña Esclusa y declamando el artículo 350 en plena plaza Altamira. Fue en ese instante cuando, abatido, me vi en el espejo y reconocí: 'Necesito ayuda'.
Sin embargo, el momento clave ocurrió el pasado 2 de diciembre. En aquella jornada tampoco intervine porque, sostenía con auténtica estulticia, "mi voto no hace la diferencia". En la noche, cuando ofrecieron los resultados de aquella consulta, me di cuenta de que si 124.962 personas hubieran pensado lo mismo que yo, hoy estaría sembrando ñame en un huerto organopónico ubicado en el techo del Sambil y viviendo alquilado en mi casa, convertida en propiedad de una familia boliviana.
Puedo asegurarles, compañeros, que he salido de la oscuridad. Comprendo que ninguna excusa es válida para eludir mi compromiso. Si en el centro de votación la fila es muy larga, elimino la ansiedad pensando que estoy en el banco, o en la autopista, o en el Seguro Social, o en la taquilla para pagar el teléfono, o… evidentemente para un venezolano una cola extensa jamás será motivo para abandonar una empresa… Pararse frente a una maquinita tampoco nos puede atemorizar, pues vivimos en un país donde es más fácil toparse con un casino que conseguir un litro de aceite y dos kilos de café. El CNE (sí, amigos, entiendo que escuchar esas siglas les cause escalofríos y hasta les produzca una recaída, pero hay que tener valor) ha ofrecido que rifará un automóvil entre los miembros de mesa para incentivarlos. Yo les digo: si quieren que ese vehículo sea suyo -pero suyo en serio, para lo cual es necesario mantener la propiedad privada- no echen el carro este domingo. Además, el segundo premio tampoco es malo: nos estamos jugando una mejor Venezuela".
ppenalozaochoa@gmail.com
Reunidos en una sala, sentados uno al lado del otro formando un círculo, se encuentran los miembros de Abstencionistas Anónimos (AA). En este momento alguien debería tomar la palabra, pero nadie se atreve. Es obvio que a los integrantes de este grupo les cuesta participar. Han sido muchos años en silencio y ya están acostumbrados a callar.De repente, un joven con rostro contrito se levanta y rompe la pasividad del ambiente. Todos los ojos se vuelven hacia él. Los abstencionistas quieren escrutarlo. Sorprendido por la reacción de sus colegas, el muchacho duda, hasta que un compañero se le acerca, da una palmada en su hombro y le susurra al oído: "Tienes mi voto… de confianza". Visiblemente conmovido, el hombre respira profundo y, al fin, se expresa:
"Hola, yo soy doble A. Hoy les quiero revelar mi verdadero nombre: me llamo Niceto Nieves, pero de cariño todos me dicen el Ni-Ni. Antes de tomar la decisión de pedir auxilio para combatir el mal que me aqueja, debo confesarles que caí muy bajo.
Al igual que muchos de los que están aquí en esta sala, al principio para evadir mi responsabilidad ciudadana me escondía en la muletilla tantas veces repetida: 'Eso no es problema mío'. 'Cómo afirmas eso Ni-Ni -me advertían- si protestas más que un damnificado de la tormenta Brett', mas yo prefería refugiarme en mi pequeño mundo. Después vino la época terrible del 'si-no-trabajo-no-como'. Sin darme cuenta, estaba atrapado ya en las garras de la bestia.
Con el tiempo, la crisis personal se agudizó y me hundí en el más oscuro de los abismos. 'Yo soy vivo y me abstengo para no cohonestar el fraude', llegué a argumentar y no estaba consciente de mi enfermedad, hasta que un día me encontré citando a Alejandro Peña Esclusa y declamando el artículo 350 en plena plaza Altamira. Fue en ese instante cuando, abatido, me vi en el espejo y reconocí: 'Necesito ayuda'.
Sin embargo, el momento clave ocurrió el pasado 2 de diciembre. En aquella jornada tampoco intervine porque, sostenía con auténtica estulticia, "mi voto no hace la diferencia". En la noche, cuando ofrecieron los resultados de aquella consulta, me di cuenta de que si 124.962 personas hubieran pensado lo mismo que yo, hoy estaría sembrando ñame en un huerto organopónico ubicado en el techo del Sambil y viviendo alquilado en mi casa, convertida en propiedad de una familia boliviana.
Puedo asegurarles, compañeros, que he salido de la oscuridad. Comprendo que ninguna excusa es válida para eludir mi compromiso. Si en el centro de votación la fila es muy larga, elimino la ansiedad pensando que estoy en el banco, o en la autopista, o en el Seguro Social, o en la taquilla para pagar el teléfono, o… evidentemente para un venezolano una cola extensa jamás será motivo para abandonar una empresa… Pararse frente a una maquinita tampoco nos puede atemorizar, pues vivimos en un país donde es más fácil toparse con un casino que conseguir un litro de aceite y dos kilos de café. El CNE (sí, amigos, entiendo que escuchar esas siglas les cause escalofríos y hasta les produzca una recaída, pero hay que tener valor) ha ofrecido que rifará un automóvil entre los miembros de mesa para incentivarlos. Yo les digo: si quieren que ese vehículo sea suyo -pero suyo en serio, para lo cual es necesario mantener la propiedad privada- no echen el carro este domingo. Además, el segundo premio tampoco es malo: nos estamos jugando una mejor Venezuela".
ppenalozaochoa@gmail.com
lunes, 17 de noviembre de 2008
Entre Punda y Otrabanda
Willemstad.- Hace mucho, mucho tiempo -es decir que no fue el viernes de la semana pasada- decidí emprender un reportaje sobre lo que todo el mundo hace, pero nadie puede comentar en Venezuela. Porque es demasiado extraño que en un país con tanta pobreza haya tantos turistas visitando el extranjero.
La primera aventura que voy a narrar ocurrió el penúltimo día en mi expedición a Curazao. Un amigo, a quien llamaré “El Maestro”, viajó conmigo y con su prima para Curazao, con la finalidad de hacer “lo que todo el mundo hace, pero nadie lo puede decir”. Él no consiguió boleto aéreo para que yo me regresara con ellos, y por eso me quedé un día más solo en la capital del Dutch Caribean.
Alquilamos un carro Mitsubishi Lancer por 50 dólares el día, el cual quedó pago luego que les dejé en el aeropuerto. Yo me estaba quedando en una casa en “Santa Rosa”, sector cercano al aeropuerto, que curiosamente confundí con el nombre de “Santa María”. Fui a Punda respetando el límite de velocidad, en perfecto estado de sobriedad y con el cinturón de seguridad puesto –lo último siempre lo hago en Venezuela-. Caminé por sus calles, tomé algunas fotos y almorcé en un restaurante por 14 dólares.
El centro de Willemstad está dividido por un canal por donde pasan barcos hacia una refinería venezolana. Cada una se sus partes se llaman Punda y Otrabanda. Existe un enorme puente que une a la isla y por el cual es necesario pasar para llegar a la casa que alquilé. “El Maestro” no me dejó manejar mientras estuve con él, y tuve la impresión que la vía hacia el aeropuerto era en dirección a Punda, y no hacia Otrabanda.
Pasé el resto de la tarde en un acuario y me perdí camino de regreso, porque me dirigía hacia “Santa Rosa”, pasando por Punda. Por obra y gracia del espíritu santo logre llegar a un Best Buy donde trabaja un chino-venezolano a quien llamaremos “Manolo”, quien me explicó que la vía hacia la casa era en dirección a Otrabanda, y no a Punda.
Yo no le creí y volví a tomar dirección a Punda. Regresé no sé cómo, pero ya el chino se había ido. Me auxilió un maracucho y su hermana, quienes me convencieron de una buena vez que yo me estaba quedando en “Santa María”, dirección Otrabanda. Llegué a la casa e inmediatamente devolví el carro. De verdad me asusté mucho. Gracias a Dios eso ocurrió hace mucho tiempo, es decir, que no fue el viernes pasado.
La primera aventura que voy a narrar ocurrió el penúltimo día en mi expedición a Curazao. Un amigo, a quien llamaré “El Maestro”, viajó conmigo y con su prima para Curazao, con la finalidad de hacer “lo que todo el mundo hace, pero nadie lo puede decir”. Él no consiguió boleto aéreo para que yo me regresara con ellos, y por eso me quedé un día más solo en la capital del Dutch Caribean.
Alquilamos un carro Mitsubishi Lancer por 50 dólares el día, el cual quedó pago luego que les dejé en el aeropuerto. Yo me estaba quedando en una casa en “Santa Rosa”, sector cercano al aeropuerto, que curiosamente confundí con el nombre de “Santa María”. Fui a Punda respetando el límite de velocidad, en perfecto estado de sobriedad y con el cinturón de seguridad puesto –lo último siempre lo hago en Venezuela-. Caminé por sus calles, tomé algunas fotos y almorcé en un restaurante por 14 dólares.
El centro de Willemstad está dividido por un canal por donde pasan barcos hacia una refinería venezolana. Cada una se sus partes se llaman Punda y Otrabanda. Existe un enorme puente que une a la isla y por el cual es necesario pasar para llegar a la casa que alquilé. “El Maestro” no me dejó manejar mientras estuve con él, y tuve la impresión que la vía hacia el aeropuerto era en dirección a Punda, y no hacia Otrabanda.
Pasé el resto de la tarde en un acuario y me perdí camino de regreso, porque me dirigía hacia “Santa Rosa”, pasando por Punda. Por obra y gracia del espíritu santo logre llegar a un Best Buy donde trabaja un chino-venezolano a quien llamaremos “Manolo”, quien me explicó que la vía hacia la casa era en dirección a Otrabanda, y no a Punda.
Yo no le creí y volví a tomar dirección a Punda. Regresé no sé cómo, pero ya el chino se había ido. Me auxilió un maracucho y su hermana, quienes me convencieron de una buena vez que yo me estaba quedando en “Santa María”, dirección Otrabanda. Llegué a la casa e inmediatamente devolví el carro. De verdad me asusté mucho. Gracias a Dios eso ocurrió hace mucho tiempo, es decir, que no fue el viernes pasado.
domingo, 9 de noviembre de 2008
To my Commander in chief
Pedro Pablo Peñaloza
Son las 11:35 de la noche del martes 4 de noviembre. El mundo recibe con esperanza y emoción el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Todos quieren felicitar al nuevo jefe de la súper potencia mundial, pero sólo uno lo logra. Antes de salir al encuentro de las masas enfervorizadas que lo esperan en Chicago, sus asistentes le advierten a Barack Obama que un líder del sur lo está llamando por teléfono para saludarlo. Sorprendido, el candidato demócrata atiende:
- Hello…
- Epa, ¿ja guar yu, Obama? Hermano, recibe un abrazo por este maravilloso triunfo. Tan pronto vi que CNN anunció que habías ganado, me apuré en llamarte. Quería ser el primero en darte la bienvenida al club, compa, sabes que siempre me gusta ser the first chicharrón in the party… yu nou waray min, ¿verdad?…
- Excuse me… who you are?
- ¡Aaaaaa negro pa’ pretencioso! ¿No reconoces mi voz, chico? Soy yo, mi color, Hugo, el presidente al que calificaste como dictador y amenaza… Ese mismo, el de Venezuela, con quien ustedes mantienen esa odiosa dependencia energética que tú juraste romper… Que felicidad que hayas ganado, estoy convencido de que si cumples con tus promesas electorales el futuro de nosotros será maravilloso…
- ¡Oh, president Chávez! Muchas gracias. Tú ser el mismo que decir que le envías señales al hombre negro, ¿right?
- Si, hermano del alma. Tan preocupado estoy en enviarte señales que le dije al ministro de Ciencia y Tecnología que pusiera ese bicho que lanzamos al espacio en dirección a la Casa Blanca, pa’ que todas las señales te lleguen claras y fuertes.
- Pero yo creer que tú estarme negreando. A Evo tú no enviarle señales. Tampoco a Correa, ni a Ortega. Mucho menos a Fidel o a Cristina. A todos les envías dólares, muchos dólares. No discriminarme, recuerda que ahora el Imperio sufrir una crisis, nuestras cuentas estar en rojo-rojito.
- Usted tranquilo, caballo, que tarde o temprano a todos le toca. Además, yo creo que nuestras relaciones serán las mejores porque tú sí eres mi sangre de verdad. No como esa tal Condoleezza, de quien siempre sospeche que era como Michael Jackson pero al revés. Es decir, que esa mujer era blanca como la Thatcher y luego se volvió negra pa’ confundir. Bien maluca que es la Condolencia…
- President Chávez, tú ahora deber respetar para mejorar relación…
- No, Barack, pero si yo jamás le he faltado el respeto a nadie, de esta boca nunca ha salido un insulto o una expresión altisonante contra tu país…
- Please, Hugo… Yo hablar poquito español, pero recuerda que lo primero que se aprenden son las groserías… gracias a eso, siempre yo comprender todos tus discursos sin necesidad de un traductor…
- Nada que no se pueda arreglar… Tan pronto me invites, me voy para allá y nos tomamos dos cafés bien negritos con unas galletas de chocolate en el Salón Oval… Esa si será tremenda merienda de negros, mi compadre…
- Bien, ahora yo querer que tú explicarme por qué tú no mencionar mi nombre y solo llamarme “hombre negro”. Unos creer que ante un eventual acercamiento, tú tratar de justificarte ante tus radicales. Otros sospechan que con ese lenguaje simplificas toda mi propuesta como si sólo se tratara de un asunto racial…
- No chico, nada de eso. No recuerdas lo que le pasó a López Obrador en México y a Ollanta en Perú. Si te nombro, te friego. Tenia que evitar la turkey hen, que en español significa la pava… Mira, bonito sería que, en aras de mejorar las relaciones con el sur, convocaras una reunión con los presidentes de Cuba, Bolivia, Paraguay, Argentina y Venezuela…
- Seguro, dear President, y para que me entienda mejor extenderé las invitaciones usando tu nuevo lenguaje diplomático: Llamaré al hombre viejo, al hombre indio, al hombre cura y a la pareja del maletín.
- Mira, gringo de…
- Bye, bye, my commander…
ppenalozaochoa@gmail.com
Son las 11:35 de la noche del martes 4 de noviembre. El mundo recibe con esperanza y emoción el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Todos quieren felicitar al nuevo jefe de la súper potencia mundial, pero sólo uno lo logra. Antes de salir al encuentro de las masas enfervorizadas que lo esperan en Chicago, sus asistentes le advierten a Barack Obama que un líder del sur lo está llamando por teléfono para saludarlo. Sorprendido, el candidato demócrata atiende:
- Hello…
- Epa, ¿ja guar yu, Obama? Hermano, recibe un abrazo por este maravilloso triunfo. Tan pronto vi que CNN anunció que habías ganado, me apuré en llamarte. Quería ser el primero en darte la bienvenida al club, compa, sabes que siempre me gusta ser the first chicharrón in the party… yu nou waray min, ¿verdad?…
- Excuse me… who you are?
- ¡Aaaaaa negro pa’ pretencioso! ¿No reconoces mi voz, chico? Soy yo, mi color, Hugo, el presidente al que calificaste como dictador y amenaza… Ese mismo, el de Venezuela, con quien ustedes mantienen esa odiosa dependencia energética que tú juraste romper… Que felicidad que hayas ganado, estoy convencido de que si cumples con tus promesas electorales el futuro de nosotros será maravilloso…
- ¡Oh, president Chávez! Muchas gracias. Tú ser el mismo que decir que le envías señales al hombre negro, ¿right?
- Si, hermano del alma. Tan preocupado estoy en enviarte señales que le dije al ministro de Ciencia y Tecnología que pusiera ese bicho que lanzamos al espacio en dirección a la Casa Blanca, pa’ que todas las señales te lleguen claras y fuertes.
- Pero yo creer que tú estarme negreando. A Evo tú no enviarle señales. Tampoco a Correa, ni a Ortega. Mucho menos a Fidel o a Cristina. A todos les envías dólares, muchos dólares. No discriminarme, recuerda que ahora el Imperio sufrir una crisis, nuestras cuentas estar en rojo-rojito.
- Usted tranquilo, caballo, que tarde o temprano a todos le toca. Además, yo creo que nuestras relaciones serán las mejores porque tú sí eres mi sangre de verdad. No como esa tal Condoleezza, de quien siempre sospeche que era como Michael Jackson pero al revés. Es decir, que esa mujer era blanca como la Thatcher y luego se volvió negra pa’ confundir. Bien maluca que es la Condolencia…
- President Chávez, tú ahora deber respetar para mejorar relación…
- No, Barack, pero si yo jamás le he faltado el respeto a nadie, de esta boca nunca ha salido un insulto o una expresión altisonante contra tu país…
- Please, Hugo… Yo hablar poquito español, pero recuerda que lo primero que se aprenden son las groserías… gracias a eso, siempre yo comprender todos tus discursos sin necesidad de un traductor…
- Nada que no se pueda arreglar… Tan pronto me invites, me voy para allá y nos tomamos dos cafés bien negritos con unas galletas de chocolate en el Salón Oval… Esa si será tremenda merienda de negros, mi compadre…
- Bien, ahora yo querer que tú explicarme por qué tú no mencionar mi nombre y solo llamarme “hombre negro”. Unos creer que ante un eventual acercamiento, tú tratar de justificarte ante tus radicales. Otros sospechan que con ese lenguaje simplificas toda mi propuesta como si sólo se tratara de un asunto racial…
- No chico, nada de eso. No recuerdas lo que le pasó a López Obrador en México y a Ollanta en Perú. Si te nombro, te friego. Tenia que evitar la turkey hen, que en español significa la pava… Mira, bonito sería que, en aras de mejorar las relaciones con el sur, convocaras una reunión con los presidentes de Cuba, Bolivia, Paraguay, Argentina y Venezuela…
- Seguro, dear President, y para que me entienda mejor extenderé las invitaciones usando tu nuevo lenguaje diplomático: Llamaré al hombre viejo, al hombre indio, al hombre cura y a la pareja del maletín.
- Mira, gringo de…
- Bye, bye, my commander…
ppenalozaochoa@gmail.com
Miedo a volar
En pocos días daré una “vueltecita” por el caribe. Hace dos años volé hacia Maracaibo con mi fotógrafo de un diario de Valencia en el que trabajaba en ese tiempo. Él es homosexual de clóset, y yo un heterosexual con muchas cosas de mamita.
Subimos a un avión de Aeromortal, perdón, Aeropostal, el cual venía del sur oriente del país y tenía como destino final el aeropuerto de la chinita. Despegó el avión y todo bien. Pude ver como se hacían chiquitas las luces de los municipios de la capital carabobeña.
Cuando según mis cálculos volábamos sobre Barquisimeto empezó un torrencial aguacero. El avión empezó a dar fuertes tumbos producto de la turbulencia, pero cuando digo fuertes, no me refería a los movimientos que sentí cuando me monté en American Airlines o en Avensa, aquello era como que King Kong y Godzila hubieran tomado al avioncito como espada Jedi.
Yo no hallaba dónde meterme. Trataba de leer revistas, pero era demasiada la cagazón, mientras mi compañero empezaba a reírse crónicamente. Luego me contó que su papá era administrador de una cadena hotelera y por eso estaba acostumbrado a esos malestares que producen las aerolíneas nacionales.
Un viejo sentado al lado de nosotros dijo “¿Pero qué está pasando?” a lo cual mi compañero respondió “que nos vamos a matar, viejo marico”. Gracias a Dios en los días anteriores había escuchado el disco en el que el Conde del Guácharo se burlaba de su accidente aéreo, en el cual Globovisión anunció que no habían encontrado los cuerpos, cuando en realidad lo que pasó es que tomaron un taxi luego de la caída.
Pero antes de finalizar la tormenta hubo un episodio más para cagarse. El avión perdió altura y se fue en picada. Ahí mi amigo dejó la risa y soltó el plumero por la desesperación. Afortunadamente luego de segundos interminables, el avión recuperó su altura.
Llegué al aeropuerto de la chinita. Me impresionó su modernidad. Comimos en un Subway y mi camarógrafo y yo fuimos a nuestras habitaciones separadas –gracias a Dios-. Me quedé dormido mientras pasaban un juego de Serie de Campeonato de los Tigres de Detroit, y minutos después desperté con la certeza que en ese preciso momento pudieran estar ardiendo mis restos en algún lugar del estado Lara.
Pensé en mi sobrinita. Pensé en todos los polvos que no tuve o que desperdicié. No pensé en los Tigres porque ya les he visto ganar que jode. Sentí que había renacido.
El viaje de regreso fue por Aserca, gracias a Dios sin contratiempos, a excepción que el vuelo era con dirección a Caracas y luego a Valencia, pero el último trayecto no se cumplió porque sobre vendieron los vuelos a Margarita y todos los aviones los habilitaron para ese destino. Nos dieron el reintegro del pasaje y pagaron el taxi hasta la sede del periódico en Valencia.
Espero que este escrito no sea una triste referencia aunte una desagradable noticia esta semana. Sin embargo, aprovecho para decirles que les quiero a todos, y gracias por hacerme todo lo feliz que les dio la gana. Este párrafo gay fue cortesía del foto estudio que va a montar mi ex fotógrafo.
Subimos a un avión de Aeromortal, perdón, Aeropostal, el cual venía del sur oriente del país y tenía como destino final el aeropuerto de la chinita. Despegó el avión y todo bien. Pude ver como se hacían chiquitas las luces de los municipios de la capital carabobeña.
Cuando según mis cálculos volábamos sobre Barquisimeto empezó un torrencial aguacero. El avión empezó a dar fuertes tumbos producto de la turbulencia, pero cuando digo fuertes, no me refería a los movimientos que sentí cuando me monté en American Airlines o en Avensa, aquello era como que King Kong y Godzila hubieran tomado al avioncito como espada Jedi.
Yo no hallaba dónde meterme. Trataba de leer revistas, pero era demasiada la cagazón, mientras mi compañero empezaba a reírse crónicamente. Luego me contó que su papá era administrador de una cadena hotelera y por eso estaba acostumbrado a esos malestares que producen las aerolíneas nacionales.
Un viejo sentado al lado de nosotros dijo “¿Pero qué está pasando?” a lo cual mi compañero respondió “que nos vamos a matar, viejo marico”. Gracias a Dios en los días anteriores había escuchado el disco en el que el Conde del Guácharo se burlaba de su accidente aéreo, en el cual Globovisión anunció que no habían encontrado los cuerpos, cuando en realidad lo que pasó es que tomaron un taxi luego de la caída.
Pero antes de finalizar la tormenta hubo un episodio más para cagarse. El avión perdió altura y se fue en picada. Ahí mi amigo dejó la risa y soltó el plumero por la desesperación. Afortunadamente luego de segundos interminables, el avión recuperó su altura.
Llegué al aeropuerto de la chinita. Me impresionó su modernidad. Comimos en un Subway y mi camarógrafo y yo fuimos a nuestras habitaciones separadas –gracias a Dios-. Me quedé dormido mientras pasaban un juego de Serie de Campeonato de los Tigres de Detroit, y minutos después desperté con la certeza que en ese preciso momento pudieran estar ardiendo mis restos en algún lugar del estado Lara.
Pensé en mi sobrinita. Pensé en todos los polvos que no tuve o que desperdicié. No pensé en los Tigres porque ya les he visto ganar que jode. Sentí que había renacido.
El viaje de regreso fue por Aserca, gracias a Dios sin contratiempos, a excepción que el vuelo era con dirección a Caracas y luego a Valencia, pero el último trayecto no se cumplió porque sobre vendieron los vuelos a Margarita y todos los aviones los habilitaron para ese destino. Nos dieron el reintegro del pasaje y pagaron el taxi hasta la sede del periódico en Valencia.
Espero que este escrito no sea una triste referencia aunte una desagradable noticia esta semana. Sin embargo, aprovecho para decirles que les quiero a todos, y gracias por hacerme todo lo feliz que les dio la gana. Este párrafo gay fue cortesía del foto estudio que va a montar mi ex fotógrafo.
A veces sientes que todo duele
Que no existe un día sin que algo te haga sentir mal
Y no lo quitan las fuertes bases de tu felicidad actual
Este malestar crónico se hace presente
Cuando tu mundo pide una pausa
No estás trabajando ni divirtiéndote
Estás solo y sobrio
Y a nadie puedes contar lo que fácilmente puedes describir
La cabeza te da vueltas
Tienes ganas crónicas de vomitar
Es como que tu estómago trata de decirte que comiste de más
No hay forma de sacarte esta mierda
Debes resignarte a sufrirlo
Ante la duda que puedas llegar a sentirte peor
Por algo que está en el ambiente
Algo que ya no puedes ocultar
Que no existe un día sin que algo te haga sentir mal
Y no lo quitan las fuertes bases de tu felicidad actual
Este malestar crónico se hace presente
Cuando tu mundo pide una pausa
No estás trabajando ni divirtiéndote
Estás solo y sobrio
Y a nadie puedes contar lo que fácilmente puedes describir
La cabeza te da vueltas
Tienes ganas crónicas de vomitar
Es como que tu estómago trata de decirte que comiste de más
No hay forma de sacarte esta mierda
Debes resignarte a sufrirlo
Ante la duda que puedas llegar a sentirte peor
Por algo que está en el ambiente
Algo que ya no puedes ocultar
¿A ti nunca te ha pasado…?
Esta semana me enteré que se metieron a robar en casa de unos vecinos. Fueron víctimas del hurto 3 hombres, 3 niñas y una mujer. Los malandros ataron a los hombres, golpearon a uno, robaron algunos objetos de valor, una moto y amenazaron con secuestrar a una de las niñas. Otras víctimas de la inseguridad de este país.
En esa casa vive la familia de Augusto, uno de mis panas de la universidad, y la llamamos “El Beso Negro”. Él tiene 2 hermanos, que tienen el mismo primer nombre. Todas las noches echábamos chistes acerca de las “hazañas” con las mujeres, o cuentos escatológicos, los cuales mencioné en el pasado post.
“¿A ti nunca te ha pasado…?” era la frase que antecedía a cualquier anécdota desagradable. He aquí algunos ejemplos:
1- ¿A ti nunca te ha pasado que cuando vas al baño una gota de la poceta rebota hacia arriba?
2- ¿A ti nunca te ha pasado que cuando te hechas desodorante de bolita, te jala los pelos de las axilas?
3- ¿A ti nunca te ha pasado que, aprovechando que estás solo, te tiras un peo y llega todo el mundo a saludarte?
A mi sí me pasaron ¿Y a ti?
En esa casa vive la familia de Augusto, uno de mis panas de la universidad, y la llamamos “El Beso Negro”. Él tiene 2 hermanos, que tienen el mismo primer nombre. Todas las noches echábamos chistes acerca de las “hazañas” con las mujeres, o cuentos escatológicos, los cuales mencioné en el pasado post.
“¿A ti nunca te ha pasado…?” era la frase que antecedía a cualquier anécdota desagradable. He aquí algunos ejemplos:
1- ¿A ti nunca te ha pasado que cuando vas al baño una gota de la poceta rebota hacia arriba?
2- ¿A ti nunca te ha pasado que cuando te hechas desodorante de bolita, te jala los pelos de las axilas?
3- ¿A ti nunca te ha pasado que, aprovechando que estás solo, te tiras un peo y llega todo el mundo a saludarte?
A mi sí me pasaron ¿Y a ti?
sábado, 8 de noviembre de 2008
La diferencia entre el agradecimiento y el amor
A ti nunca te ha pasado –frase célebre en un grupo de amigos que era la introducción de cualquier comentario escatológico- que tienes un grupo de panas que se burla de alguna chama en especial, por fea o por gorda, lo cual tú consideras un error e intentas enmendarlo por ellos. Eso es un error mayor, porque tarde o temprano esa persona, al sentir que tiene a alguien que la trata de manera especial, se termina enamorando de ti.
Eso a mi me pasó que jode, y por eso ahora me burlo junto a los demás de las feas y de las gordas, solo para evitar que el amor nazca de la lástima. En este primer ejemplo pongo en una balanza la lástima con el amor.
Pero también me ha ocurrido que llegas a conocer a una persona, que no te produce absolutamente nada, porque en ese momento estabas enguayabado por otra. Pero en algún momento esa persona exige su lugar en tu vida, vives con ella cosas especiales, únicas, y por ello siempre tienes la necesidad de darle las gracias por todo.
Pero tarde o temprano se te mete en la cabeza más de lo debido y los sentimientos cambian, crecen y las situaciones –acabadas de trapo le dicen ahora- que eran referencia de chistes entre panas, se convierten en cosas que te preocupan de corazón, y la respuesta es huir para no salir peor de lo que estás, para no perder a tus amigos y no reconocer, que en el fondo, eres un débil al cual le ganó el amor.
Moraleja: Nunca sientas agradecimiento o le des las gracias a alguien lo suficientemente bonita o con actitud, porque te va a gustar en un futuro.
Eso a mi me pasó que jode, y por eso ahora me burlo junto a los demás de las feas y de las gordas, solo para evitar que el amor nazca de la lástima. En este primer ejemplo pongo en una balanza la lástima con el amor.
Pero también me ha ocurrido que llegas a conocer a una persona, que no te produce absolutamente nada, porque en ese momento estabas enguayabado por otra. Pero en algún momento esa persona exige su lugar en tu vida, vives con ella cosas especiales, únicas, y por ello siempre tienes la necesidad de darle las gracias por todo.
Pero tarde o temprano se te mete en la cabeza más de lo debido y los sentimientos cambian, crecen y las situaciones –acabadas de trapo le dicen ahora- que eran referencia de chistes entre panas, se convierten en cosas que te preocupan de corazón, y la respuesta es huir para no salir peor de lo que estás, para no perder a tus amigos y no reconocer, que en el fondo, eres un débil al cual le ganó el amor.
Moraleja: Nunca sientas agradecimiento o le des las gracias a alguien lo suficientemente bonita o con actitud, porque te va a gustar en un futuro.
martes, 4 de noviembre de 2008
Tuve un sueño
En septiembre de 2006 tuve la oportunidad de viajar a los Estados Unidos, específicamente a Miami. Cuando llegué al aeropuerto de esta ciudad me recibió en la aduana un policía blanco, todo un “Red Neck”. Me habló en perfecto español, me preguntó que cuánto dinero cargaba encima y le dije que 300 dólares en efectivo sin tarjetas de crédito para tres días. Me pidió que lo supiera administrar y me dio la bienvenida a su país.
No todas las personas que viajaron conmigo a una rueda de prensa internacional corrieron con la misma suerte. Eduardo Feo, quien cargaba un e-book con algunos equipos para transmitir por radio, le pidieron revisar sus cosas. Al rato salió de un cuarto al cual lo metieron y no comentó nada de lo que le hicieron o preguntaron. La mamadera de gallo sobre una posible violación no se hizo esperar.
Antes de regresar a Venezuela, ya en el aeropuerto, fui a comprar una colonia para una muchacha especial, a quien meses después le compré un “Woodstock” de peluche. Me atendió una señora de color. Traté de hablarle en inglés, pero ella dijo no entenderme. Me trató muy mal, solo por ser hispano, por resentimiento, por ser distinto a ella.
En un principio no me gustaba la candidatura de Barack Obama, pero de niño conocí al papá de mi hermana, quien era venezolano, descendiente de cubanos y negro. Él sufrió en los años 60 los peores años del racismo durante su carrera como pelotero en ese país. Si bien la victoria demócrata es consecuencia de la mala política económica del gobierno norteamericano, su nuevo Presidente es un símbolo que la nación más grande de la tierra es verdaderamente plural y democrática.
A pesar que me negaron la Visa en agosto de este año, Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
No todas las personas que viajaron conmigo a una rueda de prensa internacional corrieron con la misma suerte. Eduardo Feo, quien cargaba un e-book con algunos equipos para transmitir por radio, le pidieron revisar sus cosas. Al rato salió de un cuarto al cual lo metieron y no comentó nada de lo que le hicieron o preguntaron. La mamadera de gallo sobre una posible violación no se hizo esperar.
Antes de regresar a Venezuela, ya en el aeropuerto, fui a comprar una colonia para una muchacha especial, a quien meses después le compré un “Woodstock” de peluche. Me atendió una señora de color. Traté de hablarle en inglés, pero ella dijo no entenderme. Me trató muy mal, solo por ser hispano, por resentimiento, por ser distinto a ella.
En un principio no me gustaba la candidatura de Barack Obama, pero de niño conocí al papá de mi hermana, quien era venezolano, descendiente de cubanos y negro. Él sufrió en los años 60 los peores años del racismo durante su carrera como pelotero en ese país. Si bien la victoria demócrata es consecuencia de la mala política económica del gobierno norteamericano, su nuevo Presidente es un símbolo que la nación más grande de la tierra es verdaderamente plural y democrática.
A pesar que me negaron la Visa en agosto de este año, Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
El día más feliz de mi vida
Al mandar el pasado post empecé a recordar algunos momentos que pudieran compararse a ese 28 de enero de 2007, cuando los Tigres remontaron un marcador adverso de 7 carreras en un noveno inning para coronarse Campeones ante Magallanes en Maracay.
El 5 de diciembre de 1998, un día antes que Chávez ganara las elecciones a Salas Römer, mi humor no era el mejor. Aun con una gran preocupación por el futuro de mi país –con solo 18 años- decidí dar un paseo por el Centro Comercial Parque Aragua con mi familia.
Mi sobrinita vino de Caracas a visitarme. Ella y yo pasábamos mucho tiempo juntos, jugando como niños. Ella, con un año y ocho meses, ya decía “Papá”, “Mamá”, “Abue”, pero no decía Tío. Dicen que la razón era porque en aquella época yo tenía el cabello largo a lo Trent Reznor de la época, con barba gótica y demás.
Sí, estaba molesto por muchas cosas. En bachillerato todo el mundo me sacaba el culo, el primer candidato a la presidencia por el cual iba a votar iba a perder y no tenía novia. Pero con mi sobrina yo era distinto, ponía voz de niño y pasaba horas brindándole mi atención.
Ella empezó a mecerse en un caballito de juguete y yo la acompañé hasta que uno de los empleados de la tienda nos pidió que no jugáramos con la utilería –creo que era Maxis-. La llevé a los brazos de su abuela y ella empezó a repetirle varias veces la palabra Tío, hasta que finalmente la dijo.
Ese día me marcó para toda la vida, más allá de ayudarme a sobrellevar los resultados electorales del día siguiente. La palabra le gustó y no paraba de decirla. Un día su abuela paterna le preguntó ¿Y cómo se llama tu tío? A lo que respondió “Tío”.
Ella es, junto a mi fanatismo al béisbol, los únicos afectos seguros que tengo en este mundo. Me siento orgulloso de haber sido protagonista de su infancia que se extingue para transformarse en una adolescente. Ese 5 de diciembre fue, sin duda, el día más feliz de mi vida.
El 5 de diciembre de 1998, un día antes que Chávez ganara las elecciones a Salas Römer, mi humor no era el mejor. Aun con una gran preocupación por el futuro de mi país –con solo 18 años- decidí dar un paseo por el Centro Comercial Parque Aragua con mi familia.
Mi sobrinita vino de Caracas a visitarme. Ella y yo pasábamos mucho tiempo juntos, jugando como niños. Ella, con un año y ocho meses, ya decía “Papá”, “Mamá”, “Abue”, pero no decía Tío. Dicen que la razón era porque en aquella época yo tenía el cabello largo a lo Trent Reznor de la época, con barba gótica y demás.
Sí, estaba molesto por muchas cosas. En bachillerato todo el mundo me sacaba el culo, el primer candidato a la presidencia por el cual iba a votar iba a perder y no tenía novia. Pero con mi sobrina yo era distinto, ponía voz de niño y pasaba horas brindándole mi atención.
Ella empezó a mecerse en un caballito de juguete y yo la acompañé hasta que uno de los empleados de la tienda nos pidió que no jugáramos con la utilería –creo que era Maxis-. La llevé a los brazos de su abuela y ella empezó a repetirle varias veces la palabra Tío, hasta que finalmente la dijo.
Ese día me marcó para toda la vida, más allá de ayudarme a sobrellevar los resultados electorales del día siguiente. La palabra le gustó y no paraba de decirla. Un día su abuela paterna le preguntó ¿Y cómo se llama tu tío? A lo que respondió “Tío”.
Ella es, junto a mi fanatismo al béisbol, los únicos afectos seguros que tengo en este mundo. Me siento orgulloso de haber sido protagonista de su infancia que se extingue para transformarse en una adolescente. Ese 5 de diciembre fue, sin duda, el día más feliz de mi vida.
La razón por la cual existe este blog
Sin duda uno de los mejores momentos de mi vida, sino el mejor.
Los de Venevisión son unos comemierdas, pero saben hacer buenos videos.
sábado, 1 de noviembre de 2008
Para Javimar
Bienvenido “Javito”. Él es el nuevo compañero de la pandilla de tigritos que empieza a crecer de a poquito. A su lado Malyanito, en una bolsa de muerto y con sombrero de veguero, porque en el estadio había una promoción por Halloween. Su llegada a España está prevista para la primera semana de diciembre, siempre y cuando a tu hermana no le pique algo y se quiera quedar con él.
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