sábado, 27 de marzo de 2010

El tío sin seguro. Parte 9. Cuidar a un enfermo “enfermo”.

Es fácil perder el buen humor en una situación como esta. Quien no tiene dinero para pagar a alguien que pueda prestar atención en casa, o un asilo, tiene la desagradable experiencia de asear y tratar con sus familiares. Por ejemplo, muchos maracayeros afirman que la Madre María de San José, primera Beata de Venezuela, tenía un carácter muy fuerte.

Convivir con personas enfermas, algunas sin esperanza y sus familiares es patético. Esta frase no es de Manuel Rosales: No es sano compartir con gente enferma.

No solo yo he perdido el buen humor. Ismael pasa toda la noche jugando con la sábana, la cual a veces se enrolla con los alambres de la tracción y le causa un gran dolor. En repetidas ocasiones me pide que le acerque el almanaque del Tigre que tanto quiere llevarse. Yo, con voz seria, le digo que se quede quieto.

Los chistes de “el gocho” y “el jose” también han disminuido de frecuencia. Todo desde que se dañó el aire acondicionado. Hoy observé una raja que tiene “el jose” en el abdomen. “¿Chamo, y esa cesaria?” le pregunté “Eso fue que el marido lo obligó a abortar”, dijo el gocho. “El jose” no se mete conmigo ni con el gocho, y somos los únicos que lo jodemos.

En cambio a Oswaldo y Tania, el chamo que hace motos de plastilina y su mamá, se las tiene aplicada. El hermano de Oswaldo es policía y le dijo a “El jose” que los dejara de joder. Él en cambio cada vez que puede le dice a la mamá que le va a meter una pistola en la boca.

El carpintero, el pana que se encuentra al lado de mi tío, siempre tiene algo que hacer. En su cama tiene un ipod, un BB, un Nintendo DS, un radio a pilas. Le dije sobre algunas oportunidades que tiene si legaliza su microempresa o si busca un socio. Él se fracturó la pierna porque manejó rascao su moto. Le operan el lunes, porque a Dios gracias, no es feriado para los hospitales, mas sí para algunas de las áreas administrativas del SS.

La mamá del niño que ingresó ayer nos contó que vive en un barrio de Paya. Fue al hospital de Turmero, pero ahí no hay cómo hacer rayos X. Luego lo trasladaron a un DCI y tampoco. Cayó en el Seguro. Es evangélica y chavista. Habla hasta por los codos, aunque es muy colaboradora. Ella nunca quisiera ir a los Estados Unidos porque un chavista que fue a su comunidad le dijo que en ese país se vive peor que aquí.

El otro pana que ingresó ayer tuvo un altercado con su mujer. Aparentemente estaba con “la otra” en el momento del accidente. Su mujer le visitó hoy y le zampó una cachetada, lo que causó la mamadera de gallos del fin de semana de “El Gocho” y de “El jose”.

Hoy una cuarta persona se sumó a la vigilancia constante de mi tío. Elizabeth, una señora que plancha en nuestra casa, fue durante la semana a visitarle en el Seguro. Nos dio mucha alegría. Raque recordó que ella se molestó porque no le avisamos cuando murió mi abuela. También vimos en ese acto de solidaridad una oportunidad. Le ofrecimos pagarle para que cuidara a mi tío por las tardes y así bajar las guardias diarias a solo 6 horas.

Salud a la venezolana

Al llegar esta tarde al hospital había 3 carros con música a todo volumen en el estacionamiento y con gente bebiendo Solera verde. Aparentemente a un malandro lo chocaron y lo llevaron a él y a su rumba, al hospital. Uno de los vigilantes dijo ¿Y quién los va a correr de aquí?

En la noche la emergencia estaba colapsada. Salí al cafetín a tomar un jugo de naranja. Luego no podía entrar porque el hacinamiento era muy grande, mucha gente herida esperando ser atendida. Al momento de entrar casi se caen a coñazos con los vigilantes y los médicos.

La esperanza de una lluvia, no para que el Guri y la revolución respiren, sino para evitar el calor insoportable de esa habitación.

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