jueves, 20 de noviembre de 2008

SUPERAR LOS MIEDOS

Willemstad.- En una reciente publicación hice mención al por qué tengo miedo a volar. También tengo miedo a viajar en peñero, más por mariqueras que por cualquier otra cosa, pero en el caso de los aires, creo que está un tanto justificado.
Me tocó viajar por Avior. Ambos vuelos fueron limpios y sin contratiempos, más allá de las tradicionales 3 horas de retraso. Observé que mucha gente tiene miedo a volar, igual que yo, que prefiere drogarse con “dramamine” antes de perder el control en el aire. Lo cierto es que lo que más me desespera es percibir el más mínimo movimiento del avión cuando se encuentra a más de 20 o 30 mil pies de altura, lo cual es estresante. Si eso fue en un vuelo de 35 minutos de duración ¿cómo coño voy a hacer cuando viaje a Europa?
Conversé con mi hermana al respecto. Ella también toma pastillas y le da pánico volar alto, porque mientras pueda ver tierra firme por la ventanita no tiene tanto miedo. Concluimos que la culpable de todo fue nuestra madre, porque nos crió con muchos miedos. Yo quedé tocado por la experiencia con Aeromortal, y creo que nunca lo superaré.

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