viernes, 21 de noviembre de 2008

LADILLADO EN EL CARIBE

Willemstad.-Mi viaje –que no realice la semana pasada- me sirvió para comprender dos cosas. Primero, si un venezolano quiere ir de vacaciones para conocer cosas nuevas, debe entender que los países extranjeros que funcionan son aburridos, y segundo que cualquier “paraíso” caribeño nunca será mejor que Cata, Cuyagua o La Ciénaga.
Como dice un amigo, a quien llamaré “Tetu Pymp” me la pasé “tocándome” todo el tiempo, porque si paseas por un boulevard, olvidas que compraste dólares a 2,15, porque el valor -que no se puede decir- es de 5,35, y toda mierda te parece carísima.
Tampoco es divertido visitar las playas de Curazao, porque son la misma mierda que las de Falcón, o tal vez un poco más bonita. Me parecieron "las de la acera del frente". En un país donde no puedes manejar bebiendo, no puedes darle “20 mil” para que los policías –algunos negritos como los de acá- puedan tomarse un fresco “pá la calor” o para comerse un pollito. Estar en un sitio donde no vale la pena ser educado porque tienes que enfrentarte a la prepotencia de los holandeses o al interés de los nativos de lo que en algún momento fueron nuestras islas. Razonándolo así, la experiencia fue una mierda.
Sí, es un sitio bonito, y te enorgullece ver las sucursales del Banco del Caribe, del Banco Mercantil e incluso una estatua de Simón Bolívar, pero no lo recomiendo como destino turístico, y menos para emigrar ¿Cómo se puede vivir en un sitio donde una Polar vale 4 dólares –incluso al cambio legal es carísimo- y un cuarto de tanque de gasolina 20? Son admirables los venezolanos que emigraron para allá y no se han vuelto locos.
Pero sí hubo momentos de diversión.Pude visitar un acuario donde habitan tiburones, tortugas gigantes, flamencos y un león marino llamado “Nemo” -en la gráfica-. También por Santa María, cerca del aeropuerto, existe un sitio llamado “Campo alegre”, donde pude compartir con jóvenes muchachas trabajadoras de la hermana república, y las tarifas de “consumo” eran mucho más solidarias que en el sótano del Centro Comercial Bello Campo ¿Creen que iba a ir a “divertirme” en un casino con lo mano de caimán que soy? No me jodan.

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