I
El 13 de diciembre de 2015 la directiva de la Fundación
Tigres de Aragua, encabezada por Carlos Guillén y David Concepción, realizó el
acto formal del retiro del número de Roberto Muñoz, apodado “El Caballo de Hierro”
o “El Pluto”, por quienes le conocieron en la ciudad de Maracay, donde vivió
por más de 40 años.
La solicitud del retiro de su número 20 y el 18 de Jesús “Chalao”
Méndez fue propuesta por un grupo de fanáticos el 18 de diciembre de 2005, 10
años antes. Muñoz era “Echador de broma” y “bocón”, pero consciente de su vejez
me dijo a mí en una entrevista disponible en Youtube y a Ramón Corro en el
programa “La Voz del Fanático” de Meridiano Televisión, que tal y como rezaba
la canción del gran Combo “Lo que me vayan a dar, que me lo den en vida”. Pero
que en el caso que así ocurriera, sería muy bonito que sus nietos vieran en las
torres del estado de Maracay el número de su abuelo.
Muñoz tuvo una idea de la lucha que representó para ese
grupo de fanáticos conseguir esa meta, que efectivamente se consiguió 3 años
después de su muerte. Esta historia merece ser contada. Tal vez los apellidos Paiva,
Aliendo, Argüelles, Benarroch, Guerrero, Torres, Apolón, Silva, Galavéz, Blanco
o Montenegro no son célebres en las espaldas de los uniformes de los Tigres,
pero sí en las tribunas del José Pérez Colmenares. Comenzaré con la crónica que
puedo contar mejor, ya que la he vivido: La mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario