Hoy pretendía escribir un artículo sobre la película “Casablanca”. Pensé que iba a ser una historia de amor corta venas, pero fue muy sencilla, y la verdad no me llamó la atención. Lo lamento por quienes se les mueve su sensibilidad la frase “Siempre tendremos París”.
Hoy vi algo en el programa “Aló Presidente” superó mi capacidad de asombro. Vi al Presidente Chávez con un actor cómico promoviendo el odio racial en Venezuela. Durante algunos minutos, escuché a este actor decir cualquier cantidad de barbaridades (que en un ambiente íntimo y de extrema confianza pueden llamarse chistes) en un programa conducido por el Presidente de la República, donde daba a entender que las personas que no están de acuerdo con sus ideas políticas llamamos “negros” y “Chancletúos” a quienes le apoyan.
Los Estados Unidos de América es una gran nación. Por mentir –caso Nixon- o por una aventura –caso Clinton- han destituido o al menos intentado a los primeros servidores públicos de ese país. En una nación donde los “Afroamericanos” –ya que es inconveniente decir la palabra negro o negger- miran con desprecio y tratan mal no sólo a los blancos, también a los chinos, árabes e incluso los latinos que hemos ido en condición de turistas a ese país, minutos después de ver semejante barbaridad en la televisión estarían ardiendo las calles de Nueva York y Los Ángeles, pidiendo la destitución del mandatario.
Señor Presidente, respete al pueblo venezolano y no siga promoviendo el odio social en nuestro país. Recuerde que usted no es un Rey sino el primer Servidor Público de este país.
domingo, 11 de mayo de 2008
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