miércoles, 21 de mayo de 2008

MIS DOS EQUIPOS

Desde enero supe que este año sería grande. Pues hoy mis dos equipos, Tigres de Aragua y Manchester United, son campeones en 2008.
La mayoría de las personas van a un estadio -de béisbol, fútbol o baloncesto- a tomar cerveza, liberar estrés y darle porras al equipo con mayor publicidad. Rara vez alguien que desconozca el deporte, se convierte de buenas a primeras en fanático del equipo local, a menos que si eres venezolano, estés residenciado en Valencia o Caracas.
Ese no es mi caso. Me hice fanático de los Tigres a los 7 años, cuando perdieron la final con los Leones en la temporada 1987-88. Al año siguiente perdieron la final con las Águilas, sus mismos verdugos en la temporada 1991-92 con Wilson Álvarez en plan estelar. Pasaron diez años para volver a ver una final, perdida esta vez frente a Magallanes. A partir de ahí, con excepción del año 2006, todo ha sido victorias.
Del Manchester me hice aficionado durante la final de Barcelona, que lograron remontar con dos goles en los tres minutos de descuento, “dejando en el terreno” al Bayer Múnich 2-1 en el Camp Nou. Semejante hazaña fue inspiradora, y un preámbulo de lo que he vivido con los Tigres en esta década.
Pero revisando la historia de los Red Devils, pude identificarme aun más con el equipo inglés. En 1958, ocho de sus jugadores perecieron en un accidente aéreo. Diez años después conquistaron su primera Copa de Europa.
Los Tigres obtuvieron su primer título en 28 años en 2004. Días antes, su autobús chocó vía Puerto la Cruz, resultando heridos tres peloteros, Josmir Romero, Horacio Estrada y Raúl “Tucupita” Marcano. Aragua se repuso a la tragedia y conquistaron el título en la ciudad oriental, el campeonato más emotivo que recuerde nuestra liga venezolana.
Ambos equipos ganan cuando parece todo perdido. Así como la final de Barcelona es la más impresionante en la historia del fútbol, la remontada de 8 carreras en el noveno inning el 28 de enero de 2007 ante el Magallanes para coronarse en Maracay es un hecho inédito en la historia del béisbol mundial.
Otra coincidencia sos sus Managers. Buddy Bailey y Sir Alex Fergusson son amantes de la disciplina, el juego colectivo y saben mover muy bien sus piezas. Claro, a Fergusson le tienen más cariño sus jugadores.
También se destaca el respeto al contrario, al menos de mi parte. La tristeza de Jhon Terry del Chelsea me conmovió tanto como el noveno inning de Barquisimeto el martes 29 de enero de 2008, cuando los pocos aficionados del Cardenales que quedaban en el estadio aupaban a los larenses con cánticos que sonaban muy tristes, seguros de la incapacidad del equipo de remontar el marcador de 9 a 2. Recordé la derrota de los Tigres ante el Magallanes en Maracay en el 2002, la cual fue vengada de la mejor manera. Los jugadores del Manchester hicieron el pasillo a los del Chelsea, y en mi corazón existe el respeto a esa afición larense.
Ser fanático es una elección y una lección de vida. En mi historia, la de los Tigres y la del Manchester, nada ha sido ganado con facilidad, y siempre sobreponiendo las adversidades. Las cosas que cuestan obtenerse son las que más se aprecian.

1 comentario:

R-menor dijo...

Buenas lecciones... Besitos.