miércoles, 13 de enero de 2010
The end is the beginning, it´s the end
Esta oración, escrita en idioma inglés, me pareció la frase más adecuada para definir el momento gris (obscuro, de penumbra) que vive Venezuela, que vive la revolución chavista.
Cuando Chávez llegó al poder en 1999, los venezolanos, muchos de clase media, votaron porél por dos razones: para que se terminara de volver mierda esta vaina o para que él se convirtiera en un Marcos Pérez Jiménez. La primera tésis pareciera que es ahora que se esta cumpliendo y la segunda, pues nunca se concretó debido a que la izquierda latinoamericana está compuesta por unos habladores de paja. Todos los dictadores progresistas creen en el capital.
Si algo pudiéramos admirar de Adolfo Hitler, el mayor asesino que gobernó en Europa en el siglo XX y quien fue electo democráticamente por uno de los pueblos más cultos del mundo, inició en su país una verdadera revolución industrial, que convirtió a los germanos en la primera potencia del mundo. El Volkswagen rojo que usa nuestro comandante para ir a votar es producto del ingenio nazi.
Pérez Jiménez hizo obras de infraestructura que convirtieron durante años a Caracas en una de las capitales más modernas del mundo, y solo con los impuestos que pagaban las transnacionales petroleras. Las obras arquitectónicas que hacen de Maracay “La Ciudad Jardín”, diseñadas por Carlos Raúl Villanueva, son responsabilidad de Juan Vicente Gómez, un andino de quien dice no sabía leer ni escribir. Si mi ciudad hubiera tenido al menos un buen alcalde en 20 años, que hiciera mantenimiento a su riqueza arquitectónica, sería de las más hermosas de latinoamérica.
Todas las revoluciones en el mundo tienen un logro, como el derrumbe de la monarquía en Francia, la unión de la nación china y soviética… Aquí pasó algo de eso en estos diez años? Teníamos que llegar a este extremo solo por salir de Adecos y Copeyanos, que con otros partidos y nombres serán los que nos saquen de este precipicio en las décadas por venir?
Hoy en Venezuela, uno de los países con mayores reservas de Petróleo, Gas, otros minerales y agua potable, no tenemos un servicio de electricidad contínuo. La culpa es tuya, tú que votaste creyendo que los dictadores de izquierda son eficientes como los de derecha, que te dejaste seducir por el discurso del proletariado y que cuando ve que la “revolución” conformó una cooperativa que produce 30 tomates al mes en Guasdualito, cree que a punta de conucos vas a alimentar a 30 millones de personas.
El fin es el principio, es el final, escribieron los Smashing Pumpkins una canción para vender discos y ganar dólares. Es, para mi, una frase que sin importar lo que diga la canción, define nuestro momento actual. La culpa es del actual gobierno, que mira para atrás y se da cuenta que es el único responsable del despilfarro durante 10 años de una fortuna petrolera incalculable. La culpa es del venezolano que le tiene asco a los partidos políticos, que no opina ni participa. Del clase media que solo sueña con irse de este país sin importar en manos de quién queó. Son el apocalipsis de los rojos los días por venir.
Yo quiero ver estos meses por venir, siento que lo merezco, por haber creído desde un principio en lo necesario que es creer en este país y hacer las cosas bien.
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