miércoles, 20 de julio de 2011

Amor propio


La derrota siempre es huérfana, y es fácil criticar cuando las cosas “ocurrieron”, difícil es aprobar o no las decisiones al momento.

Solo puedo decir que el país estuvo unido por 120 minutos y un poquito más.

Honor al vencedor Paraguay y gloria al vencido: Mi país, nuestro país.

domingo, 17 de julio de 2011

La Revolución


El sábado fui al baby shower del hijo que tendrá mi mejor amigo (uno de los) en las próximas dos semanas. Ahí conversé con un invitado que creyó en Chávez, en el socialismo, pero ya ha perdido la fe en el proceso. Una de las cosas más interesantes que dijo es que la revolución es un cambio, y bajo su óptica, Cuba no es revolucionaria porque es la misma vaina desde hace 50 años.

Las épocas de cambio muchas veces coinciden con grandes eventos deportivos. Ejemplo, Alemania ganó el mundial de Italia 90 meses después de su unificación. Los golpes de Estado de los años 90 y la salida de Carlos Andrés Pérez fueron en la mejor época del baloncesto nacional. Los mundiales de béisbol ganados en los años 40 al mismo tiempo que Acción Democrática daba sus primeros pasos en la búsqueda del poder y poner fin a media siglo de dictaduras de gochos.

Escribo muchas guevonadas ¿No?

Ayer Venezuela ganó a Chile en la Copa América y pasó a Semifinales, en las cuales se enfrentará a Paraguay y luego al ganador entre Uruguay y Perú, Dios mediante. Es un sueño hecho realidad que aquellas caravanas a favor de Brasil y Argentina se tiñeron de Vinotinto.

Aunque en el fondo sé que esos guevones no tienen ni la mitad de la alegría que siento yo.

Esto es un cambio, una auténtica rebelión de los ratones, como escribieron en twitter los aficionados chilenos en medio de su derrota. Un amigo colombiano dijo que se fue un grande, asumiendo a Colombia en la élite de los favoritos. Le dije “Grande los que han ganado mundiales, los demás somos chicos, y nosotros en particular, los más chiquitos. Con humildad y cojones podemos ganar y hacer lo imposible”.

Hoy César Farías dijo en la rueda de prensa algo que he escuchado muchas veces en los juegos de béisbol a los cuales asisto religiosamente: “No siempre gana el mejor, sino quien cree que puede ganar”. Una selección que se preparó físicamente en la ciudad del pecado (Dallas), no en la Habana, siguiendo un proyecto de un entrenador más antipático que José Mourinho y con una federación dirigida por un aficionado al Whiskey, pero que no escatimó –la federación- en asegurar que los nuestros llegaran en las mejores condiciones.

No se puede llamar Revolución a un movimiento que no tiene un objetivo. Nuestro fútbol, lleno de patrocinantes como Pepsi, Adidas, Empresas Polar, tiene el norte que no poseen los políticos, tienen los “valores colectivos” –que algún drogado de política llamaría socialistas- de entrega, el bien colectivo por encima de las individualidades, que cada quién realice bien su trabajo y respeto al “maestro Farías” a quien la prensa aborrece.

Porque ellos sí entienden que desear el fracaso de un técnico, es el fracaso de Venezuela.

Esta generación de niños –en su día- está viviendo la revolución que se nos negó a nosotros. Bien por ellos y por tener vida y salud para disfrutarlo.

Mi sueño de niño era jugar béisbol y ver a mis Tigres campeones. En fútbol me conformaba con ver ganar un juego a la Vinotinto y tal vez llegar a un Mundial. Ese sueño está más cerca que nunca.

jueves, 14 de julio de 2011

Terra nostra



La Vinotinto no cree en “Naiden”. Al mejor estilo del Manchester United en 1999 en la final ante el Bayer Munich en Barcelona, la del Liverpool ante el Milan en Estambúl a mediados de década y la inolvidable victoria de los Tigres ante Magallanes el 28 de enero de 2007, Venezuela metió 2 goles en el tiempo de descuento de su más reciente juego de la Copa América, para empatar a 3 ante Paraguay. Sí, esa selección sudamericana que casi saca a España en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Sudáfrica.

Sería tonto de mi parte volver a explicar mis puntos de vista sobre el fútbol nacional y por qué estoy contento con todo lo que está ocurriendo en el tercer deporte de nuestro país. Lo que sí me entristece fue la realidad que viví al salir a la calle después del juego a buscar las notas de mi curso de italiano en la Casa de Italia, club social de Maracay.

¿Cómo es posible que los clubes sociales que representan a las colonias con más presencia en nuestro país no armen un escándalo con los juegos de la Vinotinto como sí lo hacen en los mundiales de fútbol?

En la Casa de Italia vi a los niños entusiasmados con su selección, que tiene jugadores con apellidos como Fedor, Di Giorgi, Vizcarrondo o Cícero, que tiene un fenotipo más parecido a algún país europeo como España o como la misma Francia, repleta de defensores de colonias africanas ¿Por qué hay gente que todavía no entiende que esta patria también es de ellos?

Los nietos de italianos, portugueses, españoles, alemanes, árabes, incluso colombianos, se sienten felices con su –mi, nuestra- selección. Ellos, al igual que sus abuelos, saben los que sus padres y hermanos mayores no entienden. Como en la película Héroe, el significado de la palabra “China” es Nuestra Tierra.

Aunque peores son aquellos venezolanos que celebraban con caravanas las victorias de Brasil, incluso en eliminatorias mundialistas.

A los presidentes de esos clubes deberían mandarles al Seniat por Hijos de Puta. O mejor, que cuando regresen toditos “a sus países de origen”, les caiga un Mussolini, Franco o cualquier otro loco peor que el de aquí.

El FUAAAA
Uno de los chistes posteriores al encuentro fue que La Vinotinto sacó el FUA al final del juego. La Fuerza Universal Aplicada es un descubrimiento de un borrachín mejicano. Disfrútenlo.


jueves, 7 de julio de 2011

Vinotinto 2 Periodismo 0



Siempre he defendido a mi gremio, porque en la última década los periodistas nos hemos convertido en los culpables de que las cosas le salgan mal al Presidente –según él-, que no somos objetivos –según políticos e hinchas de todos los deportes-, de calarnos a personajes como Mario Silva ejerciendo funciones “informativas” y que nuestro CNN sea un megáfono donde cualquier loco de carretera que le quiera pegar 4 insultos a Chávez automáticamente se convierte en pre candidato presidencial.

A pesar de ello, nuestros medios no son tan malos como en Perú –famosos por sus shows Prime Time- la prensa rosa de cualquier lugar del mundo y la prensa futbolística de cualquier país con tradición en ese deporte. El amarillismo es el pan de cada día de quien revisa los periódicos en línea, los lee sentado sobre una poceta o en su cuenta twitter desde su teléfono de datos.

Durante esta Copa América han ocurrido ya dos hechos que demuestran la necedidad entre una información veraz y su impacto en la opinión pública. En el primero estuvo involucrado César Farías, Director Técnico de la Vinotinto, quien tradicionalmente ha tenido varios encontronazos con los periodistas que cubren la fuente del fútbol.

Farías decidió entrenar a puerta cerrada, como regularmente hacen muchos entrenadores. Los periodistas venezolanos, ya acostumbrados a los desplantes del técnico, se les ocurrió salir de la sala de prensa cuando el entrenador iba a ofrecer sus impresiones antes del encuentro ante Brasil. Esto como desagravio al técnico ante los medios de comunicación internacional.

Luego del empate ante la Pentacampeona mundial, conocedores de fútbol, entre ellos Luis Omar Tapia, excelente narrador de ESPN Y FOX Sports, criticó la actitud de los comunicadores, quienes olvidaron que nosotros nunca debemos ser “la noticia”. Actuaron como hinchas y no como profesionales. Nuestro fútbol, hasta en eso, está en pañales.

Dos días después se corrió en twitter la información que el futbolista mexicano Hugo Sánchez había dicho en una transmisión de una cadena internacional –como comentarista de un juego- que Venezuela antes jugaba de blanco, pero que cambiamos el color de la camisa “por todo el palo que nos han dado”. Hoy se comprobó que el mundialista nunca dijo semejante declaración –tampoco que Venezuela es una vergüenza futbolística- sino que tales aseveraciones fueron posteadas por un portal web llamado “Mundo vinotinto”.

Twitter no es una fuente de información veraz. El año pasado, casualmente en una transmisión del mundial de Meridiano TV, leyeron en esta red social que Simón Día había muerto. También es cierto que muchos portales web venezolanos están dedicados a seguir a la selección nacional y pocos conocen cuál de ellos son confiables o no.
Ojalá nuestros especialistas en deporte pronostiquen una goleada ecuatoriana este sábado.