Antes de empezar a escribir sobre la película Black Swan, quisiera confesar algunas cosas que me hicieron abandonar la escritura.
Ya he relatado sobre mi vida luego de mi penoso calvario familiar (narrado aquí). Mi blog es un diario Online, donde descargo mi furia, mis dudas, algo de felicidad… Decidí vivir, conocer nuevas amistades, aprender idiomas, diversificar mi presente laboral... Esas cosas me hicieron darle la espalda a este sitio, cuyos post deberían iniciar con la frase “Querido diario…”
Dejé de escribir porque empecé a tener miedo a las cosas que pienso. He revisado algunos de mis escritos (no publicados en este blog) y he descubierto que aunque en su momento parecían positivos o justos, denotaban mucha locura. Esa es la diferencia entre un verdadero poeta y yo, que soy como un perro que le ladra a un caucho, sin saber qué coño va a pasar si lo alcanza (Pequeño homenaje a Heath Ledger).
Pero hoy empecé a escribir de nuevo. En los días que este blog tomó más vida fueron aquellos cuando fui muy feliz o estaba muy preocupado. Sé que no soy feliz en este momento por pequeñas cosas que le hacen falta a mi vida. Solo espero que ellas se solucionen o me dejen en paz.
Quisiera hacer como Homero e injertarme un creyón en el cerebro. Sí más nunca tendré miedo de mis pensamientos ácidos y tan ciertos y premonitorios como dilapidarios.
El Cisne Negro
Black Swan es la nueva película dirigida por Darren Aronofsky, el maestro de Pi y El Luchador. En esta película retoma su tendencia a explorar la naturaleza de los personajes, llevarlos a una metamorfosis que no impide un infortunado final.
Primera película en la que explora a un personaje femenino, en lo que tal vez sea su obra más sexual.
Me llamó mucho la atención sus tradicionales tomas subjetivas, esta vez combinadas con la superposición de espejos en las tomas, todo un deleite para quienes buscamos errores en las filmaciones, deseando eso sí, no encontrarlos.
El cómo Natalie Portman demuestra su capacidad de actuación en medio de “El lago de los cisnes”, mereció para mi una gran crítica. Ella y el director merecen el Oscar, en una entrega en la cual Inception no fue nominada a mejor dirección, cuando a las claras, fue la mejor película del año. Solo Black Swan y 127 horas me hicieron dudarlo, aunque en general las obras nominadas son muy buenas.
A propósito, Danny Boyle tampoco fue nominadosal Oscar como mejor dirección. A ambas películas dedicaré mis siguientes post.
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