Para el 19
de abril está convocada una marcha que, según sus organizadores, será la madre
de todas las concentraciones promovidas por la oposición desde que el chavismo
es gobierno. Percibo más entusiasmo que en aquella realizada en septiembre del
año pasado, cuyas dimensiones fueron “dinosáuricas” al lado de la convocada en
la misma fecha por el gobierno en la avenida Bolívar. En esa oportunidad no se
fue a Miraflores y el CNE tampoco quitó los obstáculos al referendo
revocatorio.
Quisiera
que en esta oportunidad hubiera un golpe de estado planificado, porque de resto
me parece inútil e incluso otra fuente de decepción para el votante opositor,
que la MUD vuelva a demostrar en las calles la inmensa superioridad que le dan
todas las encuestas -incluyendo Hinterlaces cuando presenta los resultados a
sus clientes y no que “El 68% de los venezolanos considera a Maduro más
simpático que la actriz mexicana que le dijo a Clarita Maldita Lisiada”-, para
que al final del día tengan que regresarse a sus casas a escuchar a Diosdado o
a José Vicente decir que en la marcha opositora hubo menos gente que en un
juego Bravos Tiburones.
Me parece
una falta de respeto con las 6 víctimas que, hasta la fecha, han muerto en los
disturbios políticos presentados en todo el país. También con los valientes “tira
piedra” que no se esconden bajo la “autonomía universitaria” como lo hacían los
cobardes de la izquierda de los 80, hoy casi todos ministros.
Pero considero
que, más allá del buen o mal manejo de las expectativas opositoras ante un
evento como el que se está promoviendo, el votante de la MUD debe entender que
las muertes y detenciones de tanta gente en estos días sí será en vano, en el
caso que no se pueda obtener algún avance de esta coyuntura. Me explico,
nuestra situación actual es la siguiente:
No hay
elecciones convocadas (Incluyendo el período vencido de gobernadores).
Hay una
amenaza de ilegalización de los partidos políticos.
Hubo un
golpe de estado parcialmente “echado para atrás”, debido a que si bien se “respeta”
a la Asamblea Nacional y los parlamentarios siguen gozando de inmunidad, Maduro
puede cambiar, entre otras cosas, la constitución de empresas mixtas, lo cual
puede resultar en un robo a la nación por parte de la petrolera Rosneft. Con
esto, Maduro estaría reformando leyes promovidas por el mismo Hugo Chávez.
Los medios
de comunicación no informan y hay amenazas sobre los medios electrónicos.
Venezuela no
tiene recursos para pagar las cuotas de la deuda a fin de año.
La
insistencia del gobierno en el desconocimiento de un poder público constituido
puede representar la imposibilidad de importar alimentos, esto en un país con
un aparato productivo completamente destruido.
A pesar de
nunca haber votado por el chavismo y de participar de alguna u otra forma en
todas las actividades de disidencia democrática, yo no entiendo qué carajos
estamos pidiendo con estas protestas. Sí sé que entre las demandas de los
manifestantes se encuentran:
Convocatoria
a elecciones regionales
Respeto a
la Asamblea Nacional
Libertad de
los presos políticos
Destitución
de los magistrados del TSJ
Renuncia de
Nicolás Maduro
Elecciones
generales
Es un
secreto a voces, que al menos la primera demanda va a ser concedida por el
gobierno nacional, probablemente el mismo lunes. Ya eso sería un gran avance.
Entiendo que, entre el suceso de San Félix, las “candelitas” prendidas en
Caricuao, La Vega, Puente Hierro y Guarenas entre el martes y el jueves, y las
pobres convocatorias chavistas a Puente Llaguno, nos puede dar la impresión que
si en un cuartel estornudan, esto se cae. Ojo, lo cual podría ser cierto.
Pero más
allá de esa percepción, es la claridad de objetivos y mantener la presión en la
calle los que nos permitirá avanzar. Caer en una depresión estúpida, como la
vivida luego del proceso de diálogo, solo “atornillará” unos meses más a
Maduro. La presión internacional que tiene el hoy gobierno, es gracias al haber
acudido al tan criticado diálogo. Hasta que no resuelvan el tema de los
diputados de Amazonas, liberen a los presos políticos y convoquen a las
elecciones regionales, el continente al cual compraron con petróleo les seguirá
dando la espalda.
Es hora de
dejar de lado el masoquismo, de dejar de repetir “es que la oposición se dejó
quitar el referendo…” MAMAGÚEBO, FUE EL TSJ, o “¿Cómo es posible que los curas
hablen de política en las misas?” ¿De cuándo acá a los comunistas les importa
lo que digan los curas? Ellos son ateos.
Es hora de
entender que hay que administrar las fuerzas, “sin prisa, pero sin pausa”
(frase de Rafael Caldera) o como dijo Miguel Pizarro “La gota abre la piedra no
por su fuerza sino por su constancia”. Si seguimos pensando en que el gobierno
va a caer gracias a una marcha Kamikaze, no sigamos pidiendo madurez y sensatez
a nuestros líderes, las que nosotros como pueblo no tenemos. Además, ellos
están muy ocupados en la calle mostrando el valor que, según los guerreros del
teclado, no tienen.
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