Jesús Seguías es el presidente de la encuestadora DatinCorp,
la cual se ha hecho famosa en los últimos días por publicar un estudio según el
cual si hoy se efectuaran las elecciones legislativas, la intensión de voto por
un candidato opositor, cualquiera que sea, sería de 48%, contra un 24% hacia el
chavismo.
Si bien extenso el historial de encuestas que favorecen a la
oposición y luego fracasan, hoy Datanálisis (la única que pegó el porcentaje de
votos a favor de Chávez en 2012), habla de una “recuperación” de la popularidad
de Maduro en los últimos medes de 22,8% a 25%, gracias a la presunta invasión
norteamericana y el regreso de Mario Silva, e Hinterlaces (Operador político
del chavismo) admite un rechazo de 70% al actual “Hijo de Chávez”.
Sin embargo, Seguías alerta sobre dos cosas: Primero, la
capacidad de movilización del chavismo es superior (Me consta el trabajo de las
UBCH) y que la MUD ha quedado muy mal parada con respecto a la decisión de no
hacer primarias. Yo en lo particular no quiero primarias, y tengo varias
razones, ejemplo Ricardo Sánchez, William Ojeda…
Se comenta que la MUD está controlada por Primero Justicia y
AD. Quisiera recordar que los cinco diputados que saltaron la talanquera
entraron por Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular. Por otra parte, la realización
de aquellas primarias de la oposición -que logró la participación de 3 millones
de venezolanos, más que ninguna del PSUV- no garantizó la victoria de la
mayoría de sus candidatos a alcaldes y gobernadores.
Yo como elector preferiría que los más de 160 curules de la
Asamblea Nacional sean ocupados por presos políticos. De esos tenemos para
llenar la Asamblea y todos consejos legislativos del país. Me gustaría que “El
Gato” y el hijo de Baduel sean candidatos principales de la MUD por el circuito
de Maracay, o que uno de ellos vaya por las listas, ya que al menos uno va a
salir.
¿Qué líderes como Julio Coco son sacrificados al eliminar
las primarias? Es verdad, pero Sánchez y Ojeda fueron seleccionados por el
pueblo opositor, al igual que Enrique Mendoza, quien nunca ha ido a la
asamblea.
Es el momento de aprovechar el impulso del momento. El voto
pro opositor para las legislativas no va
a ser militante sino emocional y por eso hay que reservar el puesto para
personas incondicionales a la lucha contra la corrupción que está acabando con
la paciencia de todos los venezolanos, incluyendo a los chavistas.
También hay una dificultad, por concentrase su mayor poder
electoral en las grandes ciudades, que proporcionalmente son menos
representadas que los pueblos, sacar el 67% de los votos contra el 33% del
chavismo no aseguraría la mayoría calificada en la Asamblea Nacional. De hecho,
la actual composición del poder legislativo (PSUV: 59% MUD: 41%) fue
constituida con el 54% de los votos a favor de la oposición y el 46% del
chavismo.
Sé que no merezco llamarme “opositor light”, pero posiciones
como la de Sánchez de construir puentes o vías de encuentro entre el chavismo y
la oposición, y por supuesto la unión nacional en contra de una “onírica”
invasión imperial, tendrían mucho sentido en un país donde no existiera una
cárcel llamada “La tumba” o se satanizara a todo aquel que tenga el
atrevimiento de decir que la economía norteamericana es más próspera que la
cubana o la rusa.
Es el momento de ganar y para ganar hay que tener dos estrategias:
Cómo ganar y para qué tener el poder. Deberían ser esos los dos puntos de debate,
no solo dentro de la MUD, sino en todos los hogares venezolanos.
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