Confieso que he intentado escribir este artículo en varias
oportunidades, no porque la encuestadora de Jesse Chacón me haya hecho dudar en
las posibilidades de Capriles, sino porque en el pasado hice un análisis de las
primarias y al menos pegué el ganador.
La verdad se me hace difícil interpretar un panorama
electoral con semejante peso pesado en el atardecer de su vida… y carrera política.
Apostar en contra de Chávez es como tentar a un parley,
apostar en contra de Brasil, Italia o en este momento contra España o el Barsa.
Creer que los Tigres serán incapaces de llegar a otra final a manos de Bailey o
que Lebron, Wade y Bosh caerán contra unos veteranos.
Sin embargo, equipos como el Chelsea, Suiza, Uruguay, Caribes
de Anzoátegui y Dallas Maverics nos recuerdan que el deporte, como la vida, da
revanchas, y que mientras tengas vida (o no te hayan eliminado), pueden ser
testigo de un nuevo amanecer, mejores cosas de la vida o incluso un campeonato.
A pesar de lo complicado que resulta interpretar nuestra
madurez política –Tenemos 14 años con un megalómano en Miraflores y aun no existen
campos de concentración en Venezuela- si hay elementos a la vista. En cuatro
párrafos enumeraré pro y contras de ambos candidatos y en el último daré mi
veredicto.
Hugo Chávez
Pro: La Misión Vivienda ha dado una nueva esperanza a sus
seguidores, tiene buena asesoría en medios, un sistema de medios públicos que
si bien no lo ve mucha gente, es reseñado por los privados incluso sin cadenas
de radio y TV. Es fácil hacer creer que se es invencible cuando, como
candidato, no has perdido una elección en 14 años.
Contra: Su enfermedad no solo le impide tener el 10% del
contacto con la gente que tiene su rival, también hace dudar a sus seguidores
no solo si podrá llegar vivo al tercer año de su nuevo mandato, sino a las mismas
elecciones. Su ausencia mediática producto de su enfermedad lo hizo comprar
encuestas, desconociendo el evidente poder de su rival. La ausencia de un sucesor
demuestra que, a diferencia del peronismo, sandinismo o cualquier otro
movimiento político promovido por un líder sudamericano, no existe relevo
generacional en sus filas y están seguros de la derrota si él no es el
candidato. También ha abandonado a la “mal llamada” clase media del país, que
según las estadísticas internacionales entra en el 80% de pobreza, pero que al
menos representa a un 30% de quienes vota y en este momento no tienen
posibilidades de adquirir un auto o una casa. Hay mucha tendencia en esta
campaña a la radicalización, que llevó a que su partido sacara menos votos que
la oposición en los procesos electorales de 2007 y 2010.
Henrique Capriles
Pro: La inclusión de propuestas sociales como la Ley de
Misiones me hace creer que por fin la oposición quiere hablarle al 40% que ha
votado por Chávez y al 30% que nunca vota. Es un hombre joven que nos hace
encontrar similitudes con la campaña Nixon Vs. Kennedy. Ha sabido reinventar su
campaña, no solo en las primarias sino en la actual, ya que hasta hace dos
semanas una buena parte del país empezó a creer en la encuestadora de Jessy
Chacón. Por qué no repetirlo: Es un gobernante exitoso.
Contra: No tiene la incondicionalidad de Venevisión y Televen,
así como de principales cadenas de Radio. Chávez, en un gesto “democrático”, ha
dicho que “quien le preste real a la campaña de Capriles le expropia la empresa”,
tiene en contra al poder electoral y de resultar vencedor se enfrentaría a una
Asamblea Nacional y Poder Público en manos del gobierno.
¿Puede Capriles ganar ante semejante cero mediático y
económico? Por supuesto, al igual que lo hizo el mismo Chávez en el 2002. El
actual Presidente ganó con 3 millones de votos de ventaja las elecciones de
2006 y al año siguiente perdió un referendo por radicalizar su discurso –ejemplo
cierre o cese de concesión por motivos políticos de RCTV- y es obvio que él ya
no quiere gobernar con una camisa azul y un discurso de amor. Los vientos de
cambio, las torpezas de quienes nos gobiernan –ejemplo situación de cárceles,
secuestros, hospitales y guerrilla- y la misma vida traen vientos de cambio. Es
la lucha de un grupo organizado que aparentemente ya entendió por qué no ha
ganado las últimas 3 elecciones presidenciales y un revocatorio, contra otro bando,
unido por un líder y no por una concepción de país, que no quiere entender la
causa de sus derrotas en 2007, 2008 y 2010.
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