jueves, 9 de octubre de 2008

Luces en el cielo

Intro
Muchas cosas me hacían sentir que no debí ir a este concierto. Dos meses atrás intenté comprar las entradas y los puntos de ventas de las tres tiendas en Caracas donde las vendían se dañaron esa semana. Luego quise echarme un viaje a Caracas solo para adquirirlas, pero cayó un palo de agua demasiado fuerte en la capital.
Llegó el día lunes de esta semana y leí por Internet que habían adelantado el concierto una semana. “Coño, es este miércoles” y mi amigo Leopoldo tuvo que viajar a Maracaibo.
Pero ese mismo lunes leí una crítica de las aparición de Nine Inch Nails en Buenos Aires, y tomé como excusa un regalo de cumpleaños atrasado para que una persona que realmente iba a apreciar la buena música pasara un buen día. Además, mi jefe me debía un día libre y el astrólogo marico de Venevision me dijo que debía echarme una aventura loca.
Entonces inicié mi día con Mercurio retrógrado, posición astrológica que hace que las cosas salgan mal. Para no marearles con los cuentos de mis arrecheras, sólo las enumeraré.
1- Calarme peos de mis amigos de AFTA desde las 8am. Es increíble cómo un mensaje de texto puede amargarte el día.
2- Mi carro no quiere servir para una mierda.
3- El carro de la otra persona tampoco.
4- El viaje en bus, que siempre incomoda.
5- Las malcriadeces de la otra persona.
6- La espera de media hora en la conexión del metro que llega hasta el Poliedro.
7- Ver como empujan a la otra persona en el metro y no poder arrecharte.
Luego empezaron a bajar las aguas. Los panas de la otra persona, raros, feos y con pintas de locos, me cayeron super bien y me hicieron la cola desde la mañana. La banda telonera no fue mala, pero tampoco son del otro mundo.

Buena música y presentación
Mis arranques de maníaco depresivo desaparecieron con las primeras canciones. Un juego de luces extraordinario y música a alta velocidad me llevaron a la conclusión que estaba en presencia del mejor concierto de mi vida. Ciertamente este era mi primer “Tour”, es decir, con los aparatos que utilizan en los conciertos del Imperio y no con la escenografía del POP Festival.
Luego empecé a ver dos pantallas de proyección de video que parecen unas rejas, de esas que aparecen en los videos de los conciertos de U2, en las cuales veía unas animaciones tipo Nintendo. Nada fuera de lo normal.
Pero luego… coño... hicieron lo que les dio la gana. Transiciones entre fuertes blancos y rojos luego se convirtieron en imágenes de Bush y Mc Caine, ciudades, estática, símbolos e imágenes con las cuales los artistas interactuaban en perfecta sincronización.
Al finalizar el concierto, la gente brindó una sonora ovación a la banda y a los técnicos. Sin duda el mejor espectáculo que se ha visto en la historia de este país. Siempre me pareció que Trent Reznor era un tipo sincero con su música, pero no tan capaz de construir un equipo capaz de realizar un trabajo tan extraordinario. Más que un rockero medio satánico y vegetariano, Reznor es un gran profesional.
Agradecimiento especial a los panas que me hicieron la cola, a mi amigo Benarroch que me compró las entradas el lunes y a Tetu, que se ocupó de KAcito todos el día y casi se viene con dos amigos más a buscarme a Caracas. Gracias.
Los 10 mil comegatos que vivieron conmigo esta experiencia salieron con una paz espiritual evidente gracias a la música industrial ¿Raro, no? Esas extraordinarias dos horas de mi vida apreciando el arte de NIN evitaron que al final de la jornada comentara que pasé un mal día.
Nota final:
Si me quieren cobrar Mil BsF. para volver a ver el mismo show, lo haría con gusto. 200 fue súmamente barato.

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