
Y si quisiera escribir algunas palabras cariñosas, pues la verdad no tengo nada bonito que decirte este año. Por eso decidí colocar la foto del Woodstock para que este post tuviera algo de ternura.
Pero no, este año no hay nada bonito que decir. Recuerdo el año pasado visitándote a tu casa en un día de semana –un lunes- por tu cumpleaños, y regresando a Maracay arrecho, a pesar de las buenas atenciones de tu mami y tu abuela.
No tengo por qué escribirte algo bonito, así me lo pidas, así lo necesites. Lo cierto es que ni siquiera tus detalles afectuosos y las contadas cosas bonitas que hemos vivido son suficientes para escribirte algo bonito. Al menos en este aniversario.
Tres notas del editor:
1- Sí, la chama se llama Diosa. Pero para hacer nuestras conversaciones más cursis, yo le llamaba Julieta.
2- No considero redundante el haber repetido tantas veces la palabra “Bonito”.
3- Debería reabrir el blog negro.
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