Los pequeños detalles pueden desembocar en cosas increíbles.
El domingo, como consecuencia del ratón moral por haberle sacado el culo a mis panas, decidí buscarles el domingo para pasar un rato entretenido entre machos, "machos" que se entretienen haciendo cosas de niños.
Luego de coronar un fin de semana “Random” para los muchachos, me pidieron el favor que les llevara a Valencia. Uno de ellos, a quien llamaremos “Calabozo Dundie”, cargaba unos pantalones muy “fashion”, que para nada combinaban con su eterno aspecto “pata de bolas”. Dichos pantalones tienen unos bolsillos muy pequeños, y su “pequeño” celular cayó y quedó debajo del asiento de mi carro.
Como todo “pana noble” que soy, decidí llevarle el teléfono a su casa, ya que debía reunirme con mi jefe el lunes en Valencia. En camino a mi trabajo, el motor de mi carro organizó una huelga y hasta el sol de hoy no ha vuelto a rodar como Dios manda.
El jueves, en un intento por recuperar su celular, “Calabozo Dundie” aprovechó que “Pinky” –El genio del Empanizado Playero- tenía que venir a Maracay a traerle algo a su mamá. Camino a mi casa –para buscar el fulano celular-, le chocaron. Sí, esta vez él no tuvo la culpa, ya que un muchacho oriundo de La Victoria y que conducía un Terios, le llegó por detras de una manera nada placentera. El culpable pagó a “Pinky” el choque en efectivo, pero “Calabozo Dundie” se resintió por un “latigazo” producto del choque.
Luego de un motor fundido, un carro chocado y un lesionado, “Calabozo Dundie” tiene su celular en las manos. Esperemos que el muy pendejo sepa guardar bien sus cosas.
viernes, 5 de septiembre de 2008
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