Cuando escuché el discurso del actual presidente cuando ganó en diciembre de 1998 las elecciones presidenciales, reconocí su madurez política y su capacidad para ser “diplomático”. Al escuchar su discurso luego de su victoria en diciembre de 2006, entendí que las reformas que pretendería implantar en los próximos años son duras, y por tanto le sería muy difícil aplicarlas. Más aun, ante el inteligente discurso de reconocimiento de la derrota por parte de Rosales, que dejó a la oposición del país muy bien parada.
Lo cierto es que luego de 7 años de gobierno la situación ha cambiado. Chávez pretende imponer algunas reformas sociales, que lamentablemente pasan desapercibidas por la politiquería y las ya claras tendencias autoritarias del gobierno. Eso solo ha llevado al Presidente a una retahíla de errores que le llevaría, por el camino que va, a un inesperado e inocultable fracaso electoral que hoy encuestas chavistas y opositoras reflejan.
Sin embargo Chávez ha sabido manejar bien la política nacional. Ganó las elecciones del 98 cuando un año antes ni aparecía en las encuestas, cambió la constitución, renovó sus fuerzas en el congreso, puso a su compadre como candidato de la oposición, sobrevivió a un golpe de estado, a la paralización petrolera, ganó un referendo en el cual los “exit pool” no coincidieron con el sistema de “Conteo Rápido” y trituró a la oposición, dejándola sin representación en el esquema de gobierno ¿Será que está tan sobrado que por ello no le importa meter la pata tan seguido?
La lista de errores es extensa. Comenzó su mandato con un discurso radical y ofensivo, luego cerró (perdón, no renovó la concesión) a RCTV, culminó 9 estadios mundialistas para que la gente gritara en su contra en todos los juegos de la Copa América, defiende a los ejecutivos de Pdvsa horas antes que se descubriera que efectivamente estaban hasta el cuello en el zaperoco del maletín e incluso se ve obligado por el Presidente argentino a botar a un gerente de la petrolera, dejando en claro que si no es por la presión internacional aquí no se habría investigado nada, ni siquiera por ser un evidente ilícito cambiario (caso del maletín).
Tal descalabro le ha obligado a meterse en el problema político colombiano y utilizar a la político Ingrid Betancourt, secuestrada desde hace 6 años, como un “Wild Card” o “Comodín” que le ayude a remontar la cuesta al menos internacionalmente. Si la liberan, Chávez habrá obtenido una victoria importante ante la opinión pública internacional, y en el caso de no lograrlo, habrá demostrado que es un hombre de buena voluntad.
En los últimos días he tenido la oportunidad de compartir con el pueblo chavista, o por qué no decirlo, con las personas que no tienen nada en este país. Todos estaban felices porque les regalaron un celular que en la calle vale Bs. 30 mil. Además les vi motivadísimos por sus labores en los Consejos Comunales y las mejoras que pueden dar a sus comunidades. A ellos no les importa que se roben 800 mil dólares impunemente o que el Presidente quiera obtener más poder que el que tiene e incluso que se quede de por vida en Miraflores.
En algún momento la Oposición tendrá que decir algo acerca de la Reforma Constitucional. En mi opinión gana más quedándose callada en el aspecto político, porque sencillamente la Reforma no tiene nada que Chávez no pueda hacer por decreto excepto la reelección indefinida. Su discurso debe estar orientado a darle una esperanza a esa gente, o al menos a aquellos que viven en los sitios más humildes y no les agrada el color rojo. Les garantizo que a más de uno le gustará escuchar otras promesas, al igual que una mujer coqueta.
Lo cierto es que luego de 7 años de gobierno la situación ha cambiado. Chávez pretende imponer algunas reformas sociales, que lamentablemente pasan desapercibidas por la politiquería y las ya claras tendencias autoritarias del gobierno. Eso solo ha llevado al Presidente a una retahíla de errores que le llevaría, por el camino que va, a un inesperado e inocultable fracaso electoral que hoy encuestas chavistas y opositoras reflejan.
Sin embargo Chávez ha sabido manejar bien la política nacional. Ganó las elecciones del 98 cuando un año antes ni aparecía en las encuestas, cambió la constitución, renovó sus fuerzas en el congreso, puso a su compadre como candidato de la oposición, sobrevivió a un golpe de estado, a la paralización petrolera, ganó un referendo en el cual los “exit pool” no coincidieron con el sistema de “Conteo Rápido” y trituró a la oposición, dejándola sin representación en el esquema de gobierno ¿Será que está tan sobrado que por ello no le importa meter la pata tan seguido?
La lista de errores es extensa. Comenzó su mandato con un discurso radical y ofensivo, luego cerró (perdón, no renovó la concesión) a RCTV, culminó 9 estadios mundialistas para que la gente gritara en su contra en todos los juegos de la Copa América, defiende a los ejecutivos de Pdvsa horas antes que se descubriera que efectivamente estaban hasta el cuello en el zaperoco del maletín e incluso se ve obligado por el Presidente argentino a botar a un gerente de la petrolera, dejando en claro que si no es por la presión internacional aquí no se habría investigado nada, ni siquiera por ser un evidente ilícito cambiario (caso del maletín).
Tal descalabro le ha obligado a meterse en el problema político colombiano y utilizar a la político Ingrid Betancourt, secuestrada desde hace 6 años, como un “Wild Card” o “Comodín” que le ayude a remontar la cuesta al menos internacionalmente. Si la liberan, Chávez habrá obtenido una victoria importante ante la opinión pública internacional, y en el caso de no lograrlo, habrá demostrado que es un hombre de buena voluntad.
En los últimos días he tenido la oportunidad de compartir con el pueblo chavista, o por qué no decirlo, con las personas que no tienen nada en este país. Todos estaban felices porque les regalaron un celular que en la calle vale Bs. 30 mil. Además les vi motivadísimos por sus labores en los Consejos Comunales y las mejoras que pueden dar a sus comunidades. A ellos no les importa que se roben 800 mil dólares impunemente o que el Presidente quiera obtener más poder que el que tiene e incluso que se quede de por vida en Miraflores.
En algún momento la Oposición tendrá que decir algo acerca de la Reforma Constitucional. En mi opinión gana más quedándose callada en el aspecto político, porque sencillamente la Reforma no tiene nada que Chávez no pueda hacer por decreto excepto la reelección indefinida. Su discurso debe estar orientado a darle una esperanza a esa gente, o al menos a aquellos que viven en los sitios más humildes y no les agrada el color rojo. Les garantizo que a más de uno le gustará escuchar otras promesas, al igual que una mujer coqueta.