miércoles, 11 de mayo de 2016

El experimento de la sociedad venezolana


El Experimento de la Cárcel de Stanford fue un estudio realizado por el psicólogo Philip Zimbardo en 1971, en el cual reclutó a 24 jóvenes de clase media para que fingieran ser policías y reclusos en una cárcel falsa dentro de la misma universidad. Lo que inicialmente parecía un “Juego de Roll”, debió ser suspendido prematuramente al sexto día de 15, ya que los policías desarrollaron actitudes sádicas hacia los convictos, al punto que literalmente “se los iban a coger”.

Este experimento fue muy parecido al que se reseña en la obra “La Ola”, donde un profesor de anarquía recibe la responsabilidad de enseñar “autoritarismo”. Con la imposición de símbolos e íconos tanto en el ámbito representativo (ropa, por ejemplo una boina roja para nuestra realidad) y de mensajes, hizo que sus estudiantes terminaran adoptando conductas facistas y neo nazis sin experimentar culpa. El profesor tuvo que explicar, a manera de #VamoACalmano, que en realidad todo era un discurso pedagógico.

Hago esta referencia porque dentro de mi preocupación por el problema venezolano he logrado identificar algunos patrones repetitivos. Hoy por ejemplo pude conversar con un chavista que se aferra a defender a la clase dominante. Acudió a su vejez para explicarme que yo no podía entender por mi juventud (de 35 años) los horrores de la 4ta república y que “esa gente mata”, mientras que los chavistas al menos le zumban algo al pueblo. Luego, en un ambiente cordial, reconoció que Maduro es una mierda, que los malandros hay que matarlos y que no está de acuerdo con que el TSJ eche para atrás todas las leyes de la AN… y está de acuerdo con una salida electoral a la crisis económica, es decir, que si el chavismo pierde, aquí no se va a morir nadie.

Prometo hacer un escrito más detallado sobre este viaje a Narnia.

Pero es imposible no darse cuenta que en nuestra historia existen patrones repetitivos. Así como el psicólogo Zimbardo escogió para su experimento a jóvenes de clase media, quienes no conocían una cárcel en la vida real, razón por la cual su interpretación de la “autoridad” podía ser “un libro abierto”, aquí hay mensajes claves para dominar a las personas según su clase social y cultural. Es decir, personas que no reciben beneficio económico de todo este peo: Los pendejos.

Los chavistas suelen ser personas con vejez muy aferradas a sus paradigmas y que no tuvieron una vida próspera. Los jóvenes son personas con una figura paterna muy débil o al menos con una ausencia grave en el hogar ¿Son todos brutos? Tal vez a su manera.

Los opositores son personas en extremo neuróticas que pueden experimentar altos y bajos en su ánimo con facilidad. Son tan manipulables que pueden estar pelando bolas en el extranjero, sin una estabilidad económica ni ciudadana, y pensar que progresaron en la vida porque pueden sacar el teléfono en un autobús sin que los roben (Y el chavista está tan enfermo que considera lo último una banalidad y no un deber ser) ¿Son todos banales y vacíos? ¿Todo lo que se ha ido es talento?

En estos días confesé a unas compañeras de estudio que en algún momento estudié astrología y le recordé sobre la anécdota de Francia en el mundial de Alemania 2006, cuando Raymond Domenech dijo que no podía tener a tantos jugadores Cáncer en el equipo porque son muy susceptibles, y a juro tenía que alinear a Zinedine Zidane. Venezuela es un país susceptible (Consiguió su independencia un 4 de julio) y ha sido manipulada durante muchos años por gente sin pudor, con ideología barata y que muchos utiliza las armas para robarle al pueblo su alimento (Ejemplo lo ocurrido hoy en el Mercado de Mayoristas de Maracay).


No esperemos a que esta dama entre en un colapso o un quiebre para darnos cuenta que gracias a Chávez hemos estado jugando con fuego. Los tiempos sociales parecen ser mucho más cortos que los lapsos electorales.

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