miércoles, 16 de marzo de 2016

Ganar tiempo… ¿Para qué?

Una de las pocas películas que confieso me ha hecho llorar fue “La Vida es Bella” de Roberto Benigni. Trata sobre la vida de un padre e hijo que terminan en un campo de exterminio durante la segunda guerra mundial. Para evitar mayores traumas, “Guido” miente a su hijo sobre su realidad, diciéndole que todo era parte de un juego, y quien lo ganara se llevaría un tanque.

La estrategia “comunicacional” de Guido tenía un objetivo: Ganar tiempo, así sea en un contexto donde no existía fecha ni garantía de de la derrota alemana en la segunda guerra mundial.

La publicidad, la propagada y la mentira en una situación como la venezolana solo sirven para eso, para ganar tiempo mientras en paralelo se ejecuta un plan factible que te permita salir de una crisis. Escenarios planteados por George Orwell en su novela 1984 (Publicada por primera vez el día de mi cumpleaños, pero en 1949) parecen imposibles, claro, a menos que no exista el Internet y el control militar del país lo tenga el ejército y no unos “Trenes” y sus “Pranes”.

“Ganar tiempo” para llegar a un año 4, que según la Constitución Nacional dejaría encargado al vicepresidente por el resto del período mientras no haces absolutamente nada para garantizarle el alimento a la gente, es, sencillamente, una gran estupidez. “Raspar la olla” donde ya no hay nada que raspar, o esperar que en abril la estafa de la empresa Derwick con las termoeléctricas inconclusas termine de bajarle los “breakers” a la Revolución.

Hoy hubo protestas por comida en Sabana de Parra y Yaritagua, estado Yaracuy, donde en diciembre el Psuv logró ganar 3 de  5 diputados gracias a 3 mil votos de ventaja sobre la MUD (2,62%). En Cojedes, donde salió electa por lista la “Primera Combatiente”, saquearon un camión que traía pollo. En las ciudades queman cauchos por el aumento del pasaje, falta de agua, apagones eléctricos… El pueblo (Sí, ese que votó por el comandante con poderes especiales e inmune a la kriptonita) sabe que quien les engañó no gobernará para siempre.

Solo un llamado a la cordura para los que toman las decisiones. Dentro de su inteligencia maquiavélica, el chavismo no ha demostrado ser bruto. Ya saben que no volverán a ganar elecciones más nunca y que un estallido social, deseado por sectores radicales de la oposición, así como no tiene fecha de inicio, tampoco tiene de culminación.

Guido “venció” con su particular estrategia al nazismo, al lograr que su hijo sobreviviera a un campo de concentración. Pero los problemas de economía, infraestructura, seguridad, masacres a mineros entre otras cosas, no se solucionan con mentiras de patas cortas que solo te dejan en mayor evidencia.

lunes, 14 de marzo de 2016

Romance ideal


El romanticismo tiene, desde mi inmediata percepción, dos definiciones. La primera está relacionada al amor hacia otra persona, lo bonito y lo cursi. Confieso no haberlo sentido plenamente en todo lo que he vivido, saber que agradas de igual manera y que esa persona es capaz de dar por ti lo mismo que tu por ella.

No por ello he dejado de tener momentos verdaderamente especiales. Sí, hay una chica, unos besos y situaciones de amor que son mi única referencia sobre lo que debe sentirse cuando se ama y se es amado. Quizás porque la felicidad y la realización son solo un momento.

La otra definición de romanticismo está enlazada a los ideales, a hacer lo correcto, porque más nadie puede arriesgar lo que tú puedes y quieres hacer. En mi vida he hecho muchas cosas importantes, cosas que dejan huella en muchas personas y yo, como buen católico / cristiano o algo parecido, no tomo como mío, no lo muestro como un gran trofeo.

Las mejores cosas que he hecho en mi vida han sido de gratis, porque en el fondo la riqueza no me llama la atención. Con vivir bien y sentir mis necesidades satisfechas es más que suficiente.

Creo que la acusación más injusta que puede hacer alguien sobre mi es decir que soy pedante y soberbio. Tal vez mi verbo lo refleje, pero muy pocas veces mis actos.

¿He hecho bien las cosas? ¿He sido un buen hombre? Probablemente sí. Quizás soy como soy porque es el único significado que tiene para mí el concepto de romance, enamorarme de los ideales, del “deber ser”.

Y como nunca es tarde cuando la dicha es grande, quisiera conocer ese otro tipo de romance. Que una vez en la vida pudiera ser feliz diciendo cosas bonitas, que una chica fecunde con palabras y con hechos tantas hermosas ideas sobre lo que pienso pudiera ser un “romance ideal”.

Sí, en el fondo soy un romántico.

Sé que hay algo bueno en esta cabeza llena de filosofía, al menos para unos ojos o unos oídos que hasta ahora no he encontrado, o que simplemente “No ha sabido darse cuenta”.

domingo, 6 de marzo de 2016

Nuevas imágenes para una nueva Venezuela

Abstracto: Proceso mental que permite al individuo comprender un concepto de un objeto, sin tener al objeto de manera tangible.

La abstracción es la capacidad mental superior que tiene todo ser humano para poder deducir la esencia de un concepto o situación determinada.

Imagen: Representaciones mentales, ideas o conceptos que se tienen sobre algo o alguien: “Me había hecho una imagen muy distinta de esta casa”.

(Referencia: alguna página de internet)

Mucho del “miedo” o “respeto” que tiene la MUD sobre la propuesta constituyente es consecuencia del buen posicionamiento de la actual constitución dentro de la mente de los venezolanos, y no solo de los chavistas. Mucho se ha vendido la imagen de un texto moderno, construido en una época en la cual el chavismo no era en la práctica tan radical.

Pero más allá de la reivindicación de la imagen de Bolívar y de un capítulo extenso sobre los derechos humanos –que no se cumple de facto-, el máximo instrumento legal del país adolece de coherencia en el ámbito institucional, y además mucho de sus más de 350 artículos son poco específicos, abiertos a la interpretación de una Sala Constitucional que, por tener la facultad de interpretar la constitución, asume funciones del Poder Constituyente, solo atribuibles al pueblo, quien las ejerce con el voto.

Luego de este párrafo ¿Existe algún argumento para no reformar / cambiar la constitución? Sí. En primer lugar, a mis 18 años fui un fuerte enemigo del proceso constituyente y voté en contra de este instrumento, ya que considero que con una misma constitución basta, ya que las naciones no se “refundan”, en todo caso se suman a supra naciones como Estados Unidos o la Unión Soviética, o se dividen.

Pero el otro gran argumento es, precisamente, el posicionamiento que tiene como instrumento moderno, cuando no lo es. Es esto en lo que hay que luchar en los años por venir, en el reposicionamiento o en la construcción de un mensaje alterno y más real sobre las imágenes y los abstractos impuestos durante 17 años. Como por ejemplo:

“Chávez era culto”, “Chávez era bueno”, “En la cuarta república los pobres comían perrarina”, “El pacto de Punto Fijo fue una repartición del país”, “La democracia no hizo nada”, “Los adecos y copeyanos eran lo mismo”, “Venezuela es un país rico”, “Los adecos mantenían los precios del petróleo bajos para favorecer a los gringos”, “Los gringos son malos”, “Leopoldo mató a 43 personas”, “Durante el Caracazo el pueblo protestó contra el FMI”, “Los cubanos son buenos, igual que los rusos, chinos, iraníes…”.

Primero hay que comprender que no todo es falso, o al menos tiene dos o tres argumentos ciertos. Se dice que un discurso es una mesa de 4 patas llamadas “argumentos”, pero que a veces se sostiene con 3 u 2 ciertos. Ejemplos:

-          La Ley de amnistía sí es necesaria, ya que Leopoldo y la mayoría de la gente presa no mató a nadie. Los 3 primeros muertos de “La Salida” son responsabilidad de Rodríguez Torres, y se supo producto de una investigación que hizo Últimas Noticias. Y de los 43, solo 3 eran chavistas, el motorizado que lo mató la guaya, el militar que mataron los “guarimberos express” de Maracay en Calicanto y un Guardia Nacional en Valencia. De resto, todos murieron a manos de cuerpos de seguridad o de malandros pagados.

-          El 27 de febrero del 89, "El pueblo” no salió a protestar por las medidas del FMI, sencillamente salieron a la calle, vieron los precios 3 veces más caros y Caracas entera salió a robar. Como en ese momento los cuerpos policiales no tenían la experiencia ni la metodología para mantener el orden público, Carlos Andrés sacó al ejército a la calle y ocurrió una tragedia. Todos quienes vivimos esas fechas, aun desde la niñez, sabemos que eso fue así.

-          Los adecos y los copeyanos también caceloreamos a Carlos Andrés.

-          Los gringos cuidan sus intereses. Los demás países del mundo, también.

-          El petróleo subió porque China y la India aumentaron su demanda. Al no aumentar la oferta cuando los precios estaban altos, la OPEP perdió mercado y Venezuela influencia dentro de este organismo.

-          La democracia tuvo muchos logros. En mi opinión, el mayor fue la masificación de la educación, que en la práctica fue la única deuda que dejó Pérez Jiménez.

Y así podemos continuar por cientos de cuartillas. Pero en paralelo, estos mensajes tienen que ser reforzados por propuestas. Si no me cree, busque a un chavista que aun crea en la Guerra Económica y converse con él sobre problemas en común, tales como los municipales. Ejemplo, yo aplaudo del alcalde de Maracay su proyecto de reorganización vial emprendido en su primer período, pero rechazo su incapacidad de poner orden en Las Delicias o los Cedros a través de la policía municipal. Ningún chavista con quien he conversado está en desacuerdo conmigo.

Es decir, es hora de hacer política con “P” mayúscula, dejar los debates inútiles que caracterizaron al chavismo y su era, y empezar a enamorar a un mercado fiel y que vota como el chavismo, pero que hoy esta huérfano de propuestas y de esperanza.


Es hora entonces de construir esas imágenes y esos conceptos abstractos de una Venezuela moderna y del mañana, donde caben todas las buenas voluntades.

viernes, 4 de marzo de 2016

Los riesgos de la Constituyente


El principal argumento de la MUD para hoy, a 3 años de la Siembra del Comandante y casi 2 meses de haber instalado la AN, diga que por fin encontró la fórmula para salir de Maduro (siendo esta la primera promesa de Henry Ramos al asumir la presidencia del poder legislativo) y que la misma consiste en abordar 4 rutas simultáneas: la renuncia, el revocatorio, la enmienda y la constituyente, responde a una correcta razón estratégica: Si las 4 no se contradicen entre sí ¿cuál es el problema de descartar alguna?

Y aunque en el párrafo anterior reconozco estar equivocado, yo sí estoy casado con la idea de la Asamblea Nacional Constituyente. Entre mis argumentos destaca que la Renuncia es un acto voluntario, la Enmienda no es retroactiva y el Revocatorio es el más difícil. La Constituyente permite renovar todos los poderes públicos de un plumazo.

Pero una constituyente es una caja de pandora, donde no parece muy recomendable meter el saco de gatos que es hoy la MUD. Para que un proceso constituyente sea bien llevado (Omita este párrafo si se considera escuálido radical) se necesita un liderazgo como el de Chávez, o al menos con la suficiente transcendencia para poner orden en la pea.

Pongamos ejemplos: ¿Quién es el líder a quien más se le pararía bolas? Capriles, López, Allup, Mendoza y Falcón representan mensajes distintos. Además hay una pelea estéril entre Voluntad Popular y Primero Justicia. Estéril porque aun cuando el mejor liderazgo lo tiene la tolda naranja, el perfecto tiempo de Dios le dio la razón a los aurinegros.

Otro, por creencias religiosas a mucha gente le disgusta la presencia de Tomás Adrian en la Asamblea. Es decir, en cosas tan elementales como los derechos civiles hay discordancias, lo que significa que para dar rango constitucional a la figura de los homosexuales hay que explicarle a una parte de la MUD (Y a Nuvipa) que los maricos también tienen derecho a Dios y que lo que se le hizo a Alan Turing va en contra de cualquier concepto de misericordia.

Es decir, una constitución que agrupe todos los sentimientos de la MUD nos llevaría a dos artículos: El que no trabaja, no come y el resentimiento no construye nada bueno. También habría consenso en “Los militares no sirven para administrar media mierda, sino, vean en lo que convirtió Vielma Mora al Táchira” (Este artículo no aplica a Henry Falcón).

¿Existe la posibilidad de encontrar un proyecto de país común entre todas las maneras de pensar? Por supuesto, así nacen todas las constituciones ¿Es el momento para concentrarse en ese debate? Aunque a mucha gente le preocupe más evitar que el BCV siga imprimiendo dinero inorgánico y provocando una inflación de 4 o 5 dígitos como la de Perú durante el primer gobierno de Alan García, yo creo que la respuesta es sí, y que para luego es tarde.

Yo escribí el año pasado una serie de ensayos titulados “Cómo se arregla este peo”, que incluyen temas como el mensaje desde el Estado hacia la sociedad, cómo abordar la educación, la relación con la empresa privada, el no banalizar los malos ejemplos… Un proyecto que, aunque sea consecuencia de la destrucción que está dejando el chavismo, al punto que Venezuela sea hoy más pobre que los padres de Marimar, tiene que incluirlos. Claro, al chavista pendejo que creyó en esa especie de Don Francisco a imagen y semejanza de las más mediocres ideas de la pubertad de Eduardo Galeano, pero cuyo punto de vista social es importante para entender que la pobreza 0 no es solo una meta del milenio, sino la base de toda sociedad exitosa. El enchufado que se mame una caravana de güebo.


Estoy seguro que es el momento de imaginar a esa Venezuela próspera, que será una realidad en 10 o 20 años. El colapso del chavismo está a la vuelta de la esquina (o al menos más cerca que cuando el paro petrolero) y no es justo que nos agarre de sorpresa y nuestra propuesta vuela a ser colocar de presidente a un líder de Fedecamaras.

Los tres pasos para (re) encontrar la inteligencia venezolana


En mi constante búsqueda de motivos para seguir sembrando la esperanza en mis compatriotas, hoy escribiré sobre 4 venezolanos, quienes han sido responsables de lo mucho que hemos logrado como sociedad, a pesar de lo poco que lo apreciamos. Una vaina loca.

El primer personaje es Willy McKey, semiólogo político, escritor y columnista de Prodavinci. McKey, padre de “La Manito”, escribió un artículo titulado “La cosa está muy dura, pero tengo fe” (o el dilema de ser militante o feligrés), en la cual explica que la religión (muchas veces la política se convierte en eso, por ejemplo cuando embalsamamos ex presidentes) está basada principalmente en el miedo. Tan acertado es su comentario que la fe fue el instrumento de control social más efectivo antes que los griegos y los romanos inventaran la democracia y el derecho.

El también poeta nos explica que hoy el principal mensaje del gobierno es el miedo, el miedo construido en particulares visiones del pasado, tales como “Hace 30 años los pobres comían perrarina”. Yo no dudo que en alguna favela del oeste de Caracas un grupo familiar haya recurrido a eso, aunque el kilo de perrarina (que hoy compro para mis gatos) no es, ni ha sido, significativamente más barata que el de caraotas, pasta, arroz o sardinas. Si un chavista quiere ver miseria, vaya al terminal de Maracay y observe de primera mano el estado en el que viven nuestros pueblos originarios, para quienes no hubo una Misión en 17 años. Yo fui hace 3 semanas.

El miedo suele ser el arma de quien se siente acorralado.

El segundo compatriota es Marco Trejo, otro chamo de 28 años (Mckey tiene 35 igual que yo), quien en su papel de consultor político ideó el jingle “Abajo, a la izquierda, en la esquina la de la manito”, el video de “Mi Querencia” (Confieso me llegó al corazón) y llevó al mundo pop un mensaje político perfectamente contado con imágenes preciosas de nuestra asquerosa capital, cantado por Nacho y un carajo que no es Chino. A ambos le agradezco devolverme algo de lo que he intentado sembrar en mi entorno: Esperanza de un país mejor, hecho por nosotros.

Trejo explicó en una entrevista a El Nacional, realizada luego de la victoria del 6D, la conveniencia de no responder a mensajes que denoten miedo, ya que caer en ese debate solo genera desesperanza. Hablar si de las cosas que hace mal el gobierno, ya que es el descontento el principal motivador en los procesos electorales.

Luego quiero referirme a Laureano Márquez. En su artículo de hoy en el Diario TalCual (Runrun.es y El Carabobeño también lo publican) nos pide exactamente el esfuerzo que debemos dar para salir de esta trampa institucional en la que nos metió “La mejor constitución del mundo”, sí, esa que asigna a la Sala Constitucional del TSJ poderes supraconstitucionales, o tal vez de “Inquisición”. Márquez nos exige buscar una salida inteligente, la cual no sabemos cuál es. Es obvio, no hay problema que la inteligencia humana no pueda resolver, pero debemos sacar lo mejor de nosotros mismos.

Finalmente quiero citar a Chúo Torrealba, líder de la MUD y quien asistió este viernes a Maracay. A un auditorio hambriento de soluciones y que lucha por vencer la desesperanza, le dijo que es increíble que hace dos meses ganamos las elecciones en los barrios de Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto y en pueblos como la mismísima Sabaneta de Barinas. “Y aun así seguimos pensando como perdedores”, sentenció.
Es cierto, luego que escuchamos la lloradera que nos iban a robar las elecciones, que las máquinas estaban trucadas, que Tiby nunca diría tal o cual cosa… no solo ganamos como lo hicimos en 2007, le echamos una redoblona de güebo a un narco estado petrolero, que solo nos limitó a dos estrategia comunicacionales: Boca a boca y redes sociales.

Torrealba citó a Conan Doyle, no por la inteligencia que tuvo para crear a un personaje como Sherlock Holmes, sino por el odio que sentía por su inolvidable personaje. Doyle quería ser escritor de novelas románticas, pero por hambre tuvo que construir las aventuras del detective inglés, a quien siempre mataba al final de sus aventuras, pero debía revivirle por la aclamación del público.

Doyle murió odiando a su mejor creación. “Se parece a nosotros, cada vez que ganamos o avanzamos, nos dejamos infectar por la desesperanza y volvemos a caer” concluyó el comunicador popular.

Torrealba también tuvo palabras de elogio para Trejo, McKey y los demás venezolanos anónimos responsables de esta odisea de 17 años, pero particularmente por el primero “Ningún asesor de afuera pudo haber hecho un trabajo mejor que ese chamo, porque él es de aquí”.

También tiene razón, la mayoría de los creativos que conozco se creen del primer mundo, dicen ser de izquierda pero no votan por el chavismo, creen que Zapatero lo hizo bien, que Pablo Iglesias sería incapaz de dejar a España peor que Venezuela porque ellos sí son cultos, que en el viejo mundo jamás votarían por un loco que mate a una etnia entera y lleve a su país a una guerra mundial contra dos superpotencias, dejando a un país como Alemania vuelto mierda en 10 años. Y sentarse con un chavista para escucharle, comprender sus motivaciones y hacer cambiar de opinión a una buena parte, menos.


Venezuela exige que nos (re) encontremos con nuestra inteligencia, con nuestra capacidad de encontrar patrones que nos conduzcan a descubrir la salida de nuestro laberinto. Eso es elemental, mi querido Watson.

PD: Los tres pasos serían vencer el miedo, no responder a mensajes que el contrario quiera imponer y sacar lo mejor de nosotros mismos.

martes, 1 de marzo de 2016

La importancia de hacer las cosas bien

Yo no soy adeco, mi familia tampoco lo es ni lo fue. Jamás he utilizado una camisa con los símbolos del partido del pueblo por simpatía, pero sí he empleado el escudo de “Pan, Tierra y Trabajo”, cuando la solidaridad por un muerto político me ha obligado a rescatar el ícono del partido más ganador de la democracia venezolana.

Es por eso que yo no estuve de acuerdo con la figura de Ramos Allup como presidente de la Asamblea Nacional. Incluso me atreví a decir que Tamara Adrián (Excelente economista y ahora primer diputado transgénero de Latinoamérica) resultaría mejor candidato  para ser el segundo “hombre” más poderoso del país. Lamentablemente ese día me di cuenta que mis amigos “Cristianos” tienen criterios dignos del siglo XIV para juzgar las aptitudes de los seres humanos.

Pero a mí no me molestó que el adeco más representativo en la actualidad retirara la imagen de Chávez del antiguo congreso y menos el del “Bolívar mulato”, que en nada se parece a los cuadros que, a juicio del otrora niño mantuano, eran su viva imagen. A pesar de la lloradera de los fanáticos del “comandante eterno”, la respuesta que dio Allup ante el propio maduro fue magistral: Aquí solo los símbolos patrios: La bandera, el escudo, el himno nacional y (a juicio del propio Simón Bolívar) la imagen  del Libertador.

La lentitud de los procesos iniciados por la AN es denunciada por todos los líderes de opinión. Primero que no debieron sacar la imagen del ex presidente del hemiciclo (Como si se tratara de un retrato de Iván Drago en Rocky IV), que Allup fue grosero, que legislan como si el país se estuviera hundiendo y, recientemente, que no se han avocado a sacar a Maduro. Ya allí hay un primer punto positivo: La comprensión del problema político por parte de la opinión pública.

Pero los resultados de las muy acertadas encuestas de Venebarómetro y Datanálisis, que han estado muy acertadas en sus resultados al menos desde octubre de 2012 hasta hoy, demuestran datos muy interesantes. La consultora propiedad de Carlos Croes y dirigida por Edgar Gutiérrez, plantea que el chavismo no llegaría en un escenario de polarización a un 30%, en parte porque ya no tienen el dinero para movilizarlo, y que de ellos, el 60% está dispuesto a votar para revocar a Maduro.

Por su parte, la empresa conducida por Luis Vicente León, asegura que de las leyes propuestas por la AN, como la de los cestaticket para los jubilados, la propiedad para la Misión Vivienda y la de producción nacional tienen el apoyo de más del 85% de los venezolanos. De hecho, la más polémica, la de amnistía cuenta con el respaldo del 68% del país y el rechazo de solo 17%. Este último dato representaría el chavismo duro hoy, que en un 50% respalda las demás proyectos de leyes de carácter social.


La inmensa mayoría de los venezolanos apoya a la oposición y sus acciones. La mayoría que se tiene no es transitoria, ni lo será mientras el gobierno se atrinchere en los tribunales para seguir robando.