domingo, 14 de diciembre de 2014

¿Qué sientes chavito? ¡Coraje!

A mí me encantaba mucho “El Chavo”. Cuando tenía 8 años prefería las tardes de RCTV donde un viejo disfrazado de niño pobre dormía en un barril, le caía a “trompadas” (Coñazos) a un niño rico pero cobarde, recibía coscorrones de un viejo flojo (que fumaba) y a su vez a este una vieja (esposa del "niño" del barril) le daba una cachetada. En el “otro canal”, pasaban una serie llamada “Carrusel”, que nos demostraba por qué el niño negro y pobre Cirilo nunca iba a empatarse con la niña rica y desalmada “María Joaquina” ¿Qué era peor? Hoy no lo sé.

Si ven las fotos actuales de ambos actores, se darán cuenta que si en aquella época Cirilo la tenía difícil, hoy sería imposible. María Joaquina, a sus 30 y dele, es modelo y demuestra sus atributos de descendente polaca.

En cambio El Chavo era un programa de humor que se acercaba más a nuestra pobreza. Y aunque nunca vi una “Vecindad” en Maracay, la serie tenía un meta mensaje implícito que ha impedido que la sociedad mexicana se vaya por una cloaca. La mejor persona de la vecindad era el más rico: El señor barriga.

Ahora ¿por qué coño hago referencia a mi gusto por el Chavo? Hubo un episodio en el que la Chilindrina le dio un beso en el cacheta a El Chavo y le preguntó: ¿Chavito qué sientes? Y le respondió: Coraje.

El coraje como estilo de vida

“Ser tigrero, más que un gentilicio, es una forma de comprender la vida”, Fryddmar Álvarez.
En enero de 2004, los Tigres se enfilaban a su segunda final consecutiva. Hasta ese entonces había visto a mi equipo perder en 4 finales. En un viaje del equipo a Puerto La Cruz, el autobús sufrió un accidente, con el resultado de tres jugadores lesionados, dos de ellos lanzadores abridores.

Obviamente la primera pregunta que nos hacíamos los tigreros era: ¿Coño, por qué a nosotros? Sin embargo, en vez de echarle la culpa a la mala leche o a “Chucho”, el equipo, su directiva y los fanáticos que nos mamábamos viajes a Acarigua o Puerto La Cruz para apoyarles, transformamos esa frustración en una energía positiva que nos llevó “a ver a linda” por primera vez en 28 años.

Lo mismo pasó al año siguiente, cuando nos tocó calarnos a los canales de televisión diciendo que éramos unos muertos porque osamos jugar una final ante los Leones. Un ponche a Bob Abreu por parte de Francisco Buttó curó años de complejos de inferioridad. 2 años más tarde se remontaron 7 carreras de diferencia en un noveno inning para quedar campeones ante el Magallanes en casa, hecho inédito en la historia de este deporte.

En 2009 nos tocó otro episodio. En un escenario de empate triple, nos tocó jugar ante los Leones el primer juego para definir el primer finalista. Se perdió y a los Tigres les tocó cambiarse de dogout (el segundo puesto se definía ante los Tiburones) entre mentadas de madre e incluso escupidas, todo por el miedo de los capitalinos de no ser más los “únicos” tricampeones. Dos semanas después, Aragua coronaba su primer cetro del Caribe en Mexicali.

Finalmente en 2012, ante la trágica muerte de un pelotero en un viaje de regreso de Caracas, los Tigres de Aragua, como raza única en nuestra pelota, dedicó a la memoria de Rosman García lo que es hasta ahora su último título.

Como fanático y desde mis propias experiencias de vida, no me es extraño transformar la arrechera de la gente a la que no le caigo bien en fuerza para vencerles. A eso le llamo “Coraje”.

La excepción

En el año 2006 la tragedia también tocó a los Tigres, pero de una forma distinta. En una “borrachera” en la cual estaba presente media Maracay, a Francisco Buttó se le escapó un tiro que hirió de muerte al bat boy del equipo. Ese año se perdió la final ante Leones y los melenudos se coronaron campeones del Caribe en Maracay.

Lo cierto es que ese año no se logró transformar la tragedia en una energía colectiva para lograr la victoria, porque el sentimiento que sentía la cueva no era “Coraje” sino “Culpa”, el cual es el más inútil de los estados de ánimo.

Intentar transformar la tristeza o la culpa en coraje en el ámbito amoroso es un sin sentido. Aunque El Chavo sienta coraje hacia la Chilindrina en el contexto de una comedia mexicana, el dicho correcto en esos casos es que “amor con el amor se paga”.


Dedicado a una chica cuya nobleza es incapaz de traerme alegría, pero me hizo abrir los ojos.

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