viernes, 13 de mayo de 2011

El “Fight Club” del balón


La película “El Club de la Pelea” de David Fincher siempre fue un motivo de “pelea” con mis más inteligentes amigos. La razón es que siempre que me pidieron una opinión sobre la misma, les decía que me pareció una mierda. En aquella época creía insensato pensar que alguien pudiera acabar con el centro de Manhattan utilizando solo explosivos. Bin Laden lo intentó así en el 94 y fracasó.

Pero sí me pareció una gran película, sobre todo por el perfil psicológico del (los) protagonista (s).

Hoy en día tengo mi propio “Club de la pelea”. Unos panas bautizamos como “Miércoles de tetosterona” a nuestra citas de futbolito de todos los miércoles, entre 9 y 12 de la noche, porque era solo nuestra noche de chicos (mentira, siempre alguien lleva a un “culito”).

Comenzamos a las 9, luego de mi curso de italiano. Para elegir a los jugadores utilizamos el juego “Fu Man Chu”, que es un “Pare o nones”, pero con las manos. Quien muestra la mano juega para un equipo y el que muestra la palma en el otro. Yo nunca lo había jugado y me excusé diciéndoles que en el San José me habían dicho que eso era un juego del demonio.

La primera partida es para 2 goles y las demás a 1, para que todos podamos jugar muchas partidas.

La primera vez que jugué metí 3 goles. Por ello me gané el apodo de “La Sombra”, porque nadie se daba cuenta lo adelantado que me colocaba para “cazar guiros”. Esa noche tuve que tomarme 2 ibuprofenos para poder dormir.

A medida que pasaron las semanas mejoré mi estado físico. Ahora puedo correr durante las 3 horas y no sentirme tan cansado al día siguiente. Hace 15 días jugué en el encuentro deportivo de la empresa y participé en Futbolito y Baloncesto, y pude aguantar la pela.

Me gané el apodo de “Chicharito”, porque sigo metiendo muchos goles. También porque juego con mis camisas del Manchester.

Ayer ocurrió algo muy gracioso. Un pana botó un balón, que fue a dar a una camioneta. Cuando regresó de buscarla nos dijo: Hay un pana castigando aquí en las ballenas. Que bolas, en vez de llevarla a un motel. Mi mayor sorpresa es que la camioneta era de mi primo Pinky –asignada en realidad, porque es de la empresa para la que trabaja-. Lo excusé con los muchachos: Es que el pobre anda con una monstrua y le da pena entrar a un motel con ella.

Los miércoles de tetosterona son nuestra sagrada reunión de todas las semanas, en la cual sacamos todas las emociones. Es el miércoles el mejor día de mi semana. Y este año, mi cumpleaños cae día miércoles.

¡Y cada día somos más! Pronto seremos los suficientes para crear nuestra propia prganización terrorista.

Para mi segunda mejor lectora M. La mejor sigue siendo J.

1 comentario:

R-menor dijo...

Ya te envié un correo, pero quería dejarte un besito por aquí!
;-)