A continuación escribiré las mejores críticas que he escuchado de los problemas de alcohol de Miguel Cabrera y demás peloteros venezolanos:
1- ¿Con qué moral un venezolano va a criticar a un pelotero porque maneje “rascao”?
2- ¿Cómo es eso que un pelotero de origen humilde tiene que ser ejemplo para “sus hijos”? El ejemplo para ellos debe ser usted.
3- Tal vez el tipo seguirá bebiendo como un kosako y nunca dejará de batear. Es cuestión de actitud.
Las dos primeras oraciones se explican por sí solas, pero a la tercera le encontré un significado filosófico casi exquisito.
Luego de leer Siddhartha –y creer que conozco algo de budismo- debería tener bien claro que la bondad y la maldad son relativas, además que debería meditar más seguido sobre el significado del Ying y Yang.
Escribo esto porque el pasado miércoles tuve una confrontación visual con un pasado que me dejó muchas cosas bonitas, pero que en el fondo quise olvidar –tal vez despreciar- a la vez que intenté borrar las enseñanzas que me dejó.
Hoy quise honrar a mi pasado y darle el puesto que se merece en mi presente. Omitir las enseñanzas del pasado es el mayor error que puede cometer un individuo, o peor aún, una sociedad.
Escribo esto porque luego de dos años entendí que sin la sabiduría de la experiencia, nadie puede avanzar. Algo así como “aprender de las malas decisiones y errores”.
Tal vez porque yo no soy ni bueno ni malo. A los Tigres de Aragua los estigmatizaron como el equipo grosero de la liga, cuando en realidad el “perreo” es su estilo de juego, su forma de ganar.
O tal vez escribí esto porque (tuve que cerrar el FB a juro) además de Tarantino, Nolan, Aronofsky, Burton y Boyle, también me gustan las películas de Stanley Kubrick.
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