lunes, 29 de noviembre de 2010

Cinema Paradiso


Exceptuando las películas de Pier Paolo Pasolini, siento una terrible debilidad por el buen cine italiano. No es que desprecie la extraordinaria fotografía de ese polémico director, sino que las historias de campo italiano suelen ser encantadoras.

En estos días pude ver Cinema Paradiso, en un intento por familiarizarme con uno de los idiomas que intento aprender. Es admirable la delicadeza de un guión que desnuda la vida rural italiana desde la Segunda Guerra Mundial hasta finales de los 80.

No conozco otra obra de Giuseppe Tornatore, pero más allá de un homenaje al cine desde la óptica de la pobreza italiana, es una historia sobre amor y amistad.

También me encantó “La vida es bella”, de Roberto Benigni.

Alfredo le cuenta a Totó

“Una vez un soldado se enamoró de una princesa. Le dijo que no podía vivir sin ella, que no podría respirar… Ella le pidió que comprobara su amor. Él le prometió estar debajo de su balcón por cien días y cien noches. Así pasaron los días, con lluvia, calor, el soldado se mantuvo firme en su empeño, mientras era observado por la princesa. En la noche 99, con menor peso y quebrantado de salud, decidió abandonar su promesa”.

“¿Y eso qué quiere decir?”, le preguntó Totó.

Alfredo respondió. “No sé. Así me lo contaron. El día que creas comprenderlo me lo explicas”.

Luego de una hora de película, Totó le respondió a Alberto.

“Ya entendí la historia de la princesa. El soldado sabía que ella no estaba obligada a corresponderle y no quería perder sus 99 días de ilusión”.

martes, 9 de noviembre de 2010

Ron y Coca Cola



De los que mencioné están en esa foto: Iván, Milagros, Angelito, Poyón, Yeyi y Armandeux.

La bebida Cuba Libre es conocida, al menos en Venezuela, como una combinación de Ron, Coca Cola y limón. A mí me encanta. De adolescente tomaba birras y en una época ginebra con jugo de naranja, pero el ron con coca cola nunca me ha abandonado.

Incluso durante el paro la gente se las ingenió. Con ambas empresas de huelga, creamos una nueva bebida llamada “Venezuela Libre”, que consta de KR –refresco de cola de muy mal sabor y que ya no existe- con ron Carta Roja.

La verdad no soy de los que cree en el alcohol como fórmula para salir de las depresiones. Tampoco creo que la gente lo haga conscientemente.

Todos los días libres que tengo los invierto en salir con los nuevos panas. La mayoría de las veces nos quedamos en casa de Droopy a jugar dominó y beber cubatas, sin limón. Tal vez estoy harto de la acidez en mi vida. Y de gastar plata.

Por eso que escribiré sobre ellos. A la primera que conocí fue a mi prima. Ella es prima de una chama con quien estudié en la universidad. La agregué cuando no era un riesgo meter a cualquier persona en Facebook. Cuando se residenció en Maracay empecé a salir con ella y sus panas.

Gracias a ella conocí a Armandeux, el mayor después de mi en el grupo. Es ingeniero en sistemas, maracucho y solía ser gordo. Cuando jugamos dominó somos imbatibles –juego mejor con él que con Calabozo Dundie- y está súper despechado por su ex. Se podrá cojer a 20, pero siempre llorará por la misma.

También por la prima conocí a la negrita Yeyi. Nació un 9 de junio, por lo cual podemos continuar la rumba de mi cumpleaños con el suyo. La conoce un gentío y siempre tiene un plan para la noche.

Los cuatro salimos por tres semanas hasta que conocí más amigos. Conocí a Poyón el día de su cumpleaños (en julio). El pana es bocón, forma peo, sobrado… pero es el pana. Esa noche jugó dominó con su primo Angelito y ganó 8 partidas consecutivas, 6 por zapatero, una de ellas a mi jugando con mi prima. Esa noche fue la primera vez que jugué con Armando y los sacamos zapatero. Todas las noches repetimos el “clásico”.

Angelito es completamente pana y siempre tiene un cuento de putas de su amigo Carlos Heredia.

Esa misma fiesta conocí a Droopy y a Mila. Droopy es hijo de colombianos –uno más pá la larga lista de mis amigos colombianos- nativo de Cúcuta, fanático del Deportivo Táchira e hijo del dueño de una conocida pizzería de Maracay. Su defecto es que tiene ideas radicales, pero hasta ahora siempre coincidimos. Con Mila las cosas son más fáciles, le encanta como juego dominó y también cumple los días cercanos a mí.

Esa misma noche –coño y la recuerdo a pesar que bebimos tequila y cuba libre- conocí a Kanzion, el pana con peores problemas con la bebida que he conocido. Es bajista, tiene drelos, un panzón y es cristiano evangélico. La verdad es una de las personas más felices que he conocido.

Kanzión tiene una novia y una prima que siempre son de la partida, a su vez Droopy siempre me presenta a más gente, como Máximo, Gaby, dos chamas más que no recuerdo sus nombres y a su mejor amigo Iván, quien tiene un programa de radio que nunca he escuchado.

Mi prima también me ha presentado a más gente, como a Ojitos, la Roommate y sus amigas odontólogas, a Salomón –su actual novio y su mejor amigo Adrian… Es decir, mi facebook volvió a superar los 500 amigos.

No sé si esta época se va a acabar pronto o si conseguiré otro grupo de amigos solteros con quien mantenerme feliz. Lo que siento es que ellos me ayudaron a salir de los malos ratos y que hoy soy más feliz que los meses antes de conocerlos. Y pensar que nunca he tenido nada con ninguna de las chicas del grupo.

Ellos tienen sus cuentos del pasado, iguales o peores que los míos, pero me ayudaron a sanar. Ahora siento que he recobrado el equilibrio.

martes, 2 de noviembre de 2010

Cualquier cosa que sueñes, no será cierta



Con Urbano Lugo Padre

El título del post no es un reflejo de mi arrechera a Deepak Chopra ni a Paulo Coelho. Tampoco he dejado de ver la vida con optimismo. Es sencillamente la conclusión menos científica ante un comentario que recibí el día de hoy.
Esta tarde, una compañera de trabajo me comentó sobre un sueño que tuvo. En él yo aparecía con una camina anaranjada y llorando. El comentario, tan inocente como desagradable, fue la razón para escribir este post.
Yo tengo una secreta obsesión con los sueños. No, no será otro post para alabar a la película Inception, sino a San Cono, uno de los libros más leídos en Venezuela después de la Gaceta Hípica.
“San Cono” es un santo italiano nacido en la ciudad de Teggiano en el siglo XII D.C. Dado que los sueños y su interpretación tienen un significado central en su vida, es considerado en muchos lugares como el santo patrono de los sueños y de los apostadores.
Siempre ha sido una referencia en mis mañanas. Recuerdo mis sueños, abro ese y otros libros de interpretación onírica y espero un lapso prudente para que las cosas ocurran. Regularmente acierta.
Es extraño, pero casi todas esas biografías coinciden en muchas interpretaciones. Por ejemplo, quien sueñe con muerte significa matrimonio, y si sueñas con matrimonio alguien cercano morirá. La misma interpretación si se te caen los dientes. En el caso que veas una serpiente, algún chisme te atacará, a menos que en el sueño le cortes la cabeza.
Sin embargo, ahora prefiero la interpretación de la película Inception sobre los sueños. Las personas y situaciones que vives en tus sueños son un reflejo del significado que tienes sobre ellas. Por ejemplo, si hacia alguien o algo tienes sentimientos de alegría, amor, desprecio o lástima, así los verás en tus sueños. Es sencillamente la voz de tu subconsciente.
Repito, no me detendré a analizar la película de nuevo.
Pero volvamos a San Cono. Al final del libro aparece una lista sobre el significado de los sueños según el día. Por ejemplo, lo que sueñes el día 11 de cada mes, ocurrirá al término de 4 días; lo que veas en la madrugada del 15 se verificará en un mes; si es un 31, de seguro te traerá un mal…
Y el día dos del mes, cualquier cosa que sueñes no será cierta.